2/06/2017

Los periodistas pal café. . . .



En lo esencial, Donald Trump ha confirmado a Fox News las controvertidas versiones sobre el agresivo telefonema que sostuvo con Peña Nieto el pasado 27 de enero. Mientras el ocupante de Los Pinos y su representante en Estados Unidos, Luis Videgaray Caso (el canciller de Troya), tratan de negar las intenciones intervencionistas del magnate gringo, éste ha dicho a una cadena estadunidense de televisión que el Ejecutivo mexicano está muy dispuesto a recibir tropas y ayuda para enfrentar al crimen organizado, porque no puede controlar este problema.
Elogios y benevolencia con veneno, lo propinado por Trump a Peña: es un muy buen hombre, y tenemos una buena relación; pareció muy dispuesto a recibir nuestra ayuda. Y, en otra frase: Me encanta la gente (de México), me gusta mucho esta administración, él es un buen hombre y nos llevamos muy bien (esta columna barriobajera se queda largo rato reflexionando sobre la interpretación que en esos ámbitos no académicos se da a la etiqueta de buen hombre, cuando la pronuncia el pendenciero del rumbo). Todo, en el contexto de que el gobierno mexicano tiene “problemas controlando algunos aspectos de su país, no hay duda sobre ello, y yo diría que las drogas y los cárteles de la droga son lo primero”.
Así pues, el ( bad) hombre de pensamiento lineal y obsesivo, Donald Trump, ya ha decidido que México no puede con el problema del crimen organizado y que, por tanto, es necesaria la amistosa intervención estadunidense. Y, porque tal sea la postura de Enrique Peña Nieto, o porque así quiere asumirlo el propio Trump, éste considera que el desplomado ocupante de Los Pinos está amablemente predispuesto a aceptar tal ayuda extranjera.
La amistosa consideración de Trump, para ayudar al vecino incapaz, tiene consecuencias prácticas en curso. México está en camino de aceptar más intervención gringa descarada que nunca, a través de los miembros de las agencias estadunidenses de inteligencia, espionaje y combate al narcotráfico. Una administración mexicana débil, sin apoyo social mayoritario (apenas poco más de 10 por ciento de aceptación a sus políticas, según algunas casas encuestadoras), está aceptando lo que el vecino expansivo exige, con un agregado que podría significar más violencia y abusos contra la población civil, pues el trumpismo condiciona su ayuda a que el combate al crimen organizado sea a fondo, que el exterminio de los “ bad hombres” sea real y no simulado como hasta ahora lo han permitido los gobiernos de todos los tiempos regidos por el narco, sobre todo en las etapas de Calderón y de Peña.
Mención aparte merece una de las líneas de lo dicho ayer por Trump a Fox News: “yo diría que las drogas y los cárteles de la droga son lo primero”, es decir, el jefe de la operación mundial denominada Estados Unidos primero estima que hay una lista de asuntos que debe corregir y resolver en el país vecino, pues la actual gerencia local no lo puede hacer. Habrá de verse si entre los asuntos de la agenda intervencionista de Trump hacia México está la definición del curso electoral y los resultados de la elección presidencial de 2018. Al fin que, ya encarrerado Trump...
Peña Nieto, mientras tanto, cumplía con un ceremonial de pompa y discursos absolutamente distantes de la realidad nacional. La clase política mexicana cumplió, con festejos de oropel, el primer centenario de la Constitución federal que ha sido utilizada como parapeto de la violación cotidiana de la legalidad. El ocupante de Los Pinos insistió en su llamado a una unidad nacional que pretende usar para beneficio personal y grupal, mientras en el país persisten el gran enojo social y las protestas, que ayer incluso llegaron al Querétaro de los festejos constitucionalistas.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano está de vuelta en el escenario electoral. Tal vez no necesariamente él, en lo personal, como futuro candidato, pero sí como aspirante a influir en el procesamiento de postulaciones de cierto sector de la izquierda mexicana. El sábado recién pasado, en un centro cultural de la capital del país, encabezó la presentación del proyecto denominado Por México hoy. En esa reunión, luego de consideraciones generales sobre la difícil situación nacional, el tres veces aspirante a la Presidencia de la República mencionó que 2018 está a la vista y, en ese contexto, planteó abiertamente: formulemos un programa común, agrupémonos en torno a él y, si efectivamente, con objetividad, constituimos una mayoría, veamos quiénes pueden encabezarla y quiénes pueden, en el momento oportuno, formar las candidaturas que formalicen el cambio.
Más allá de lo compartible de las consideraciones y el análisis general de lo que sucede en México (por ejemplo: luchar para salir del pozo al que se ha llevado al país), el nuevo lance del ingeniero michoacano significa en el terreno concreto un intento de sujetar a compromisos programáticos a la candidatura presidencial que fuera viable y añadirle postulaciones de otros participantes, algunos emanados de esta especie de nueva corriente de izquierda.
Esta agrupación de voluntades no va mayoritariamente en el carril específico de apoyo a Andrés Manuel López Obrador (aunque ha de suponerse que las circunstancias podrían hacerla desembocar, negociada y condicionadamente, en esa candidatura morena, tan adelantada y tan necesitada de un anclaje ideológico que frene su espiral de pragmatismo de retacería). En realidad, está más cercana a los intereses de Miguel Ángel Mancera (el propio Cárdenas ha sido funcionario del Gobierno de la Ciudad de México, en el área internacional) y, en general, del perredismo (en la reunión estuvieron la comisionada de Mancera para presidir al PRD, Alejandra Barrales; el acomodaticio senador perredista Miguel Barbosa y el concesionario del partido Movimiento Ciudadano, Dante Delgado). ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



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Alguien me decía que no son pirruris los ciudadanos que participarán en la marcha blanca del 12 de febrero, bautizada como Vibra México. Pudiera ser, la lista la reproduzco al final, para que ustedes la evalúen. La marcha será contra Trump –el muro y demás motivos conocidos–, y para exigir más firmeza al gobierno de México en su defensa de los intereses nacionales. Muy bien. Hay un detalle: Hacienda ejecutará el pospuesto gasolinazo para el 17 de febrero, es decir, lo tiene agendado para una semana después de la marcha blanca. ¿Contra el gasolinazo no van a protestar? ¿Tampoco contra las promesas de Peña Nieto de que bajaría la electricidad? Han ocurrido dos aumentos con dos meses de diferencia: el de noviembre y el de este mes de febrero. Qué chistoso que vayan a salir a marchar contra el presidente –pero el de Estados Unidos.
De chile y de dulce
No más quejas. Reconozcamos nuestra responsabilidad y hagamos algo al respecto, dice Vibra México. Demanda defenderse de las amenazas de Trump, que el gobierno informe sobre las negociaciones con Estados Unidos, que no simule y asuma acciones contra la pobreza, desigualdad, corrupción e impunidad. Demanda respeto y protección de los derechos de toda persona. Muy bien. Nótese que saldrán a marchar los de la Universidad Panamericana (la del famoso plagio de la tesis) junto con la UNAM. Se antoja el comentario: juntos, pero no revueltos. Nótese también la ausencia del Poli. Estos son los convocantes:
Artículo 19, Causa en Común, Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Centro de Investigación y Docencia Económicas, El Colegio de México, Codice, Coparmex, Fundar, Impunidad Cero, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Instituto Mexicano de la Competitividad, Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Letras Libres, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, Mexicanos Primero, México SOS, México Unido contra la Delincuencia, Nexos, Observatorio Ciudadano de Agendas de Género, Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad, Transparencia Mexicana, Reinserta un Mexicano, Universidad Iberoamericana, Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación, Universidad del Valle de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Panamericana y la Universidad Tecnológica de México.
Anda buscándole tres pies al gato
Trump se entretuvo el fin de semana atacando vía Twitter la orden del juez de distrito James Robart por su decisión de bloquear temporalmente la aplicación del veto migratorio dirigido a siete países de mayoría musulmana. ¿Qué pasaría si Trump –o cualquier presidente– no reconociera la autoridad de este supuesto juez, como lo llamó con desprecio? Daniel P. Franklin, profesor de la Universidad Estatal de Georgia, dijo que no recuerda cuándo un presidente ignoró deliberadamente una orden, pero dice que a veces sí han interpretado las decisiones judiciales a modo, lo que lleva a crisis constitucionales. Si Trump llegara a este grado, podría ser retenido en desacato al tribunal, y entonces correspondería someterlo a proceso a la Cámara de Representantes. El desacato al tribunal, en mi opinión, es un delito contra la Constitución, y estaría sujeto a juicio político. Todo es muy hipotético, pero la retórica de Trump –no sólo sobre la decisión del juez, sino la autoridad real del juez– y su aparente deseo de presionar y ejercer su propia autoridad sugieren que no es tan descabellado.
Ombudsman social



Un lector que suele escribirme, y debe ser doctor en economía procesal, pues siempre lo hace casi con monosílabos o con la parquedad muy agradecible de Toro Sentado, esta vez sólo me dice: ¿Y Creso? ¿Y las diferentes versiones sobre la autoría del trágico poema que transcribiste? Como tiene, además de razón, derechos adquiridos, lo atiendo de inmediato. Primero el asunto de Creso. Contesto con igual parquedad: murió. En la hoguera, dicen unos. Por su voluntad, aseguran otros, pero eso importa menos que el hecho de que su egolatría y su cerrada mentalidad lo llevaron a creer más en los mitos y supercherías con los que le endulzaban el oído algunos de los oráculos menos confiables de la época, aunque eran doctorados en las instituciones de futurología y prospectiva de mayor prestigio en la cultísima Grecia (por ejemplo, el Instituto Totalizador de Altos Merecimientos, ITAM), pero que, sin embargo, ya practicaban la redituable teoría de “tiene usted razón, señor presidente: la hora que vivimos usted y nadie más la marca. ¡Qué ocurrencias del padre Cronos, suponer que él podría definir los horarios con mayor precisión que usted, soberano del tiempo y el espacio! Creso tampoco hacía caso a los comunicadores que se atrevían a darle informaciones ciertas, pero que chocaban con la realidad que él construía a diario a partir de sus deseos y fantasías. Por eso no supo entender el eu­femis­mo que le expresó el muy cotorro oráculo de Delfos, cuando le vaticinó que si emprendía la absurda batalla contra Ciro II de Persia, e insistía en deportar a todos los inmigrantes de Lidia, que habían constituido un factor muy importante de su indiscutible poderío, se corría el inminente peligro de que un imperio se derrumbara. Creso, obnubilado, carente ya de la mínima capacidad de razón, nunca entendió que ese imperio podía ser el suyo. Heródoto tenía razón cuando lo calificó de ignorante y fanfarrón. En la historia, ganó lugar de excepción: ha sido uno de los pocos caudillos que con su personal empeño y obnubilación fue capaz de hacer trizas, él solito, un imperio. Por eso, seguramente, desde aquellos lejanos tiempos (595/547 aC) se hizo popular una tonadilla que en la última mitad del pasado siglo repicó fuertemente en las voces de Los Tres Diamantes, Lucho Gatica y la Sonora Santanera, a saber: Trump towers once thought heavens bound, are now fallen from grace. O lo que es lo mismo: Las (trumpistas) torres que en el cielo se creyeron, un día cayeron en la humillación. ¡Dios lo quiera!




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La presentación del presupuesto 2017 cambió sustancialmente (sobre todo en los ingresos) respecto a la de 2016, por ello, a fin de hacerlos comparables reclasificamos las cifras 2017 al formato 2016, por considerar éste más claro para cumplir con este registro y seguimiento anual de Reporte.
El presupuesto aprobado para la Ciudad de México en 2017 asciende a 198 mil 966 millones de pesos, cifra 6.5% superior en términos reales (quitando la in-flación de la Zona Metropolitana, 3.24%) a la aprobada para 2016.

Los ingresos
De los ingresos totales presupuestados (198,966 millones), el 32.9% corresponde a la participación de la CDMX de los ingresos federales (4.4% más real que en 2016); 25.4% ingresará por impuestos locales (18.6% +); 8.7 por transferencias federales (aportaciones y convenios con recursos etiquetados para fines específicos) (-22.7% inferior a 2016); 8.2 por colaboración administrativa (recaudación) con el gobierno federal (22.8% +); el 7.7% serán ingresos de orga-nismos y empresas de la CDMX (10.1% +); 6.6% ingresará por cobro de derechos (4.7% +); 5.3 por productos (3.2% +); 2.7 por aprovechamientos (27.5% +); y el 0.3% por productos financieros (0.2% +). Adicionalmente, el 2.3% (4 mil 500 millones) se obtendrá vía deuda (-3.2% respecto a 2016) (Gráfico 1).



Donald Trump ha llevado al país al precipicio de una crisis constitucional sin precedente en la era moderna, y al mundo al borde de un nuevo desorden internacional, mientras se desata el debate sobre qué es lo que está sucediendo.
En dos semanas, cualquier imagen –tanto real como de propaganda oficial– de que este país goza de un orden democrático estable se ha deteriorado. Ese mito oficial, de que este país es un faro de libertad y democracia para el mundo, requiere modificaciones. Dos semanas después de la llegada de Trump al poder, ese faro se está apagando; algunos temen que está casi fundido.
Pero nadie sabe bien a bien cómo definir esto. Hay un incesante debate sobre si Trump y su gobierno son un régimen neofascista (¿que tiene de neo?) o si es nada más fascistoide neoliberal, o si es nada más nacionalista autoritario (¿se puede ser nacionalista en un imperio?), o posiblemente totalitario, o, para dejarlo más ambiguo, antidemocrático.
Después de que el viernes pasado un juez federal en Seattle suspendió de manera temporal la orden ejecutiva antimusulmana de Trump, el sábado temprano el presidente declaró en un tuit que un dizque juez había emitido un fallo ridículo vulnerando la seguridad.
Un presidente puede expresar su desacuerdo con una decisión judicial, pero no puede descalificar una orden judicial o a un juez federal. Expertos y abogados se alarmaron porque Trump estaba a punto de provocar una crisis constitucional; sólo necesitaba declarar que su gobierno no acataría la orden judicial.
El veterano senador Patrick Leahy, del Comité Judicial, declaró el mismo sábado con alarma que la hostilidad del presidente al estado de derecho no sólo es vergonzosa, sino peligrosa.
El presidente parece estar impartiendo una clase maestra de transformar Estados Unidos en una dictadura, escribió el abogado y comentarista Dean Obeidaliah en CNN.
Varios observadores han indicado que Trump cuestiona sistemáticamente la legitimidad de diversos actores institucionales, desde los grandes medios y amplias partes de la burocracia federal, incluidas las agencias de inteligencia, y ahora, el Poder Judicial. Algunos argumentan que es un actor de reality show, otros que es un niño que finalmente será controlado por los adultos a su alrededor, pero otros temen que haya una lógica dentro de toda esta locura.




"Si votaste, no te quejes”, decía una maestra que comulgaba poco con las ruedas de molino del sistema de partidos y las artimañas seudodemocratizantes de la democracia nominal a costa de una sociedad manipulada y explotada. Han transcurrido varias décadas y las animadversiones de aquella educadora –enseñar a descreer de lo establecido– adquieren hoy mayor consistencia, más que contra la democracia contra los falsos demócratas, negociantes de la política y legisladores oportunistas y sobrepagados al servicio de intereses en contra de la ciudadanía.
Se pueden escribir muchos libros sobre el papel que ha jugado y juega el derecho como instrumento de poder y coto de privilegios de los dueños del sistema y sus cómplices, aunque la letra y el espíritu de las leyes pretendan evitarlo. El problema de fondo reside, antes que en derogar o reformar una constitución, en la mayor o menor capacidad de gobernantes y gobernados para, juntos, cumplir y hacer cumplir la existente, todos los días y a todos los niveles, sin excepción. Hoy celebramos el centenario de esa incapacidad.
Al atraso de leyes y códigos se añade la falta de sensibilidad social de nuestros inefables legisladores, representantes espurios de sus esperanzados electores; el deliberado rezago legal an­te el mundo real y la exhortación a proteger la dignidad de la vida al tiempo que se omite el derecho irrenunciable a la dignidad de la muerte, complemento de aquélla. Nos sigue faltando una legislación menos demagógica para una realidad más deshumanizada pero sobrada de ciencia y tecnología autorreguladas.



Desde hace varios años José Fernández es socio de Assurance Services, una de las más importantes firmas de contabilidad en el mundo, y gracias a ello (y a su intenso ritmo de trabajo) ha logrado hacerse del tiempo y del ánimo necesarios (tiempo justo y excelente ánimo) para promover el jazz nacional en sus diferentes niveles.
Apasionado heredero de la bohemia y la buena música, en junio de 2009 se integró al equipo de producción de Live Jazz, que se transmitía los domingos de 22 a 24 horas. por MVS Radio. “Fue muy curioso –comentó el maestro Fernández–. Llegué ahí porque yo iba a todos los conciertos de NY at MX que organizaba Carlos Mercado en el Lunario y en Anthropology. Después el baterista Jaime Ortega me presentó con Carlos, nos hicemos amigos y un día me invitó al programa de radio para llevar la música que me gustara”.
Y así, con una buena dotación de discos de Miles Davis y Mike Stern, José comenzó sus labores en Live Jazz, donde se mantuvo hasta agosto de 2012 haciendo mancuerna con Octavio Echávarri –Mercado había emigrado por falta de tiempo–, cuando el programa salió del aire.




Ayer se cumplieron cien años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuya versión original fue acordada y redactada en Querétaro, principalmente por representantes de las facciones armadas carrancistas y obregonistas que por aquel entonces habían logrado el control de la mayor parte del territorio nacional, aunque también dejaron su impronta en el texto políticos e intelectuales radicales y magonistas. Fue, en esa época, un documento avanzado, sin precedente en el mundo, que suprimió la relección, incorporó diversos derechos sociales y políticos, instituyó el municipio libre y la educación laica, gratuita y obligatoria, estableció formas tanto individuales como colectivas de propiedad de la tierra, definió la soberanía nacional sobre el territorio y sus recursos y creó un marco de derecho laboral con jornada de trabajo máxima de ocho horas, entre otras reivindicaciones.

Indispensable, recuperar fuerza del artículo 27 constitucional
Conmemoramos el centenario de la promulgación de la Constitución federal vigente. Resalta la importancia de los artículos constituidos para satisfacer demandas urgentes de índole social. Uno fundamental es el 27; con su redacción original se sentaron las bases jurídicas para la recuperación del patrimonio nacional, particularmente el inmobiliario, que se encontraba en manos de acaparadores, extranjeros en su mayoría. Con sus reformas afortunadas se le dio precisión y fuerza, como en los años 1940 y 1960; también ha sufrido modificaciones adversas por las que se suprimieron reivindicaciones sociales, como sucedió en 1992 y en diciembre de 2013.

No es equivocado afir-mar que Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos colgado de la franquicia del Partido Republicano. Como hombre de negocios, experto en las artes del engaño y una capacidad histriónica innata para el espectáculo, logró seducir primero a los miembros de esa organización política en las elecciones primarias, y después a casi la mitad de los votantes estadunidenses para llegar a la primera magistratura de ese país. Aunque paulatinamente se ha establecido que no representa a la ideología ni a la base conservadora de ese partido, ha logrado el apoyo del liderazgo republicano, debido no a sus aciertos, sino a la necesidad enfermiza de borrar el legado del odiado Barack Obama. Pero lo que a fin de cuentas prevalece en el pensamiento político de Trump, si es que existe, es: primero él y después él.

Se comienza a discutir con cierta pasión cuál podría ser el fin (o el final) de un personaje como Donald Trump, quien, en estas tres semanas de poder, ha puesto de cabeza o se propone poner de cabeza a todos los modos de hacer política ya arraigados, en su país o en otros países. Precisamente aquellos modos que son parte de su armazón político normal, y que sacados de su ámbito habitual ponen en vilo su papel estructural. O, dicho de manera más directa, son capaces, bajo las órdenes de Trump, de desquiciar economía, las reglas elementales de la política y la diplomacia, ojalá no en próximo futuro ciertas normas y valores que han impedido nuevos holocaustos nucleares que cada vez serían más graves. Pero no exagero: un hombre con tales odios raciales y vanidades anidados en el corazón sería sin duda capaz de oprimir un botón nuclear de esos que los presidentes de Estados Unidos tienen siempre a la mano por si es necesario…

Aprincipios del siglo XX hubo en Hispanoamérica una corriente de poesía patriótica muy leída, influyente y ciertamente inflamada de patriotismo; la patria no era Argentina, Perú o México, era la gran patria latinoamericana, la que vislumbraba por aquellas épocas José Vasconcelos en su famoso y polémico libro La raza cósmica.

Todavía estaban frescas las conclusiones de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (la COP13), celebrada en Cancún en diciembre. Entre ellas, respeto a los derechos humanos y reconocimiento que los pueblos originarios tienen del patrimonio natural en cada país; de cómo son los mejores aliados para defender y conservar la flora y la fauna del planeta. Y es asesinado Isidro Baldenegro, integrante del pueblo rarámuri, con larga trayectoria en defensa de los bosques de su comunidad y los del estado de Chihuahua, saqueados por los intocables caciques. Sobre su asesinato, ni una expresión de duelo por parte del mundo oficial. Ninguna promesa de las agencias gubernamentales para castigar a quienes cometieron el crimen. Quizá porque, como ya es costumbre, la muerte de los defensores de la naturaleza queda en la impunidad. Los últimos 40 años en la Tarahumara han asesinado a 11 activistas ambientales.

Comenzó el festival de propuestas demagógicas en Ecuador. El primero ha sido Lasso, el banquero-candidato, quien ni corto ni perezoso ha presentado un documento-compromiso para eliminar los impuestos en Ecuador.

La inquietud y la incertidumbre están hoy instaladas firmemente en esta sociedad. La causa próxima puede relacionarse con los recientes acontecimientos externos, es especial la tensión de las relaciones con Estados Unidos. Pero hay, por supuesto, otras causas de fondo, de largo aliento, que conforman el escenario actual.

De cara al Mediterráneo, las Calancas (Calanques) de Marsella le ponen a la naturaleza desnuda un espejo increíblemente nítido. Más increíble aún es que, estando contiguas al puerto y la urbe de Marsella, sean reserva natural y sí, paseo dominical de los marselleses. Las calanques (calancas, o ensenadas) ocupan una vasta extensión de rocas y vegetación arisca cundida de lomas abruptas y pendientes de escalofrío. A nuestros pies aparecen las riadas rocosas de una de las calancas, Sormiou, incrustadas de turquesa marino. Los manchones de vegetación en las grietas colindan con el mar inmisericorde de sol y de viento, tormenta y sequía. Para las cabras, te digo, para las cabras tan solamente y otras pocas bestias.

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