6/25/2009

La TV: desinterés electoral



JESúS CANTú

Durante mayo pasado, los noticiarios nocturnos de Televisa, TV Azteca y Once TV México prácticamente ignoraron las campañas electorales federales, pues durante los 20 días hábiles de ese mes sólo transmitieron 10 notas relacionadas con ellas.
De acuerdo con reportes de Ciudadanos en Medios, Democracia e Información A.C., en promedio, esos espacios informativos difundieron media nota diaria. Ello contrasta con el comportamiento de los diarios El Universal, La Jornada y Reforma, que en el mismo período publicaron, entre los tres, 224 notas; es decir, más de 11 por día.

La disponibilidad de espacio en los medios electrónicos y los impresos es muy distinta. La televisión tiene muchas más restricciones, pues para proporcionar la principal información en un máximo de 50 minutos se requiere de gran selectividad. Sin embargo, es muy contrastante el tratamiento del tema electoral en ambos medios.

Llama la atención que en el mismo período esos tres noticiarios televisivos difundieron profusamente las actividades del presidente Felipe Calderón, del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Difundieron 114 impactos en torno de estos personajes, lo que equivale a casi seis notas diarias.

Durante esos días de mayo, El Noticiero con Joaquín López Dóriga, de Televisa, sólo transmitió una información relacionada con las campañas electorales. Sin embargo, pasó 30 notas del presidente Felipe Calderón, 9 de Enrique Peña Nieto y 16 de Marcelo Ebrard. Por su parte, Hechos, con Javier Alatorre, de TV Azteca, incluyó 6 notas de los partidos políticos (3 del PAN, 2 del PRI y 1 del PRD) contra 15 de Calderón, 9 de Peña Nieto y 3 de Ebrard.

En cambio, Once noticias, con Adriana Pérez Cañedo, incluyó tres notas de los partidos políticos (una de cada uno), 23 de Calderón y 9 de Ebrard. En este caso no hubo ninguna información relacionada con Peña Nieto.

Las seis notas de TV Azteca se difundieron dentro de la sección “El juego de las sillas”, de sátira política, donde se hacen comentarios editorializados para ridiculizar a los actores políticos.

En el lapso referido, Reforma publicó 103 noticias relacionadas con las campañas electorales, de las cuales 30 fueron del PAN, 35 del PRD, 23 del PRI, 5 de la coalición PT-Convergencia, 4 del PVEM, 4 del PSD y 1 del Panal. Por su parte, El Universal difundió en total 57 notas, de la cuales 29 correspondieron al PAN, 14 al PRD, 12 al PRI, 1 al PVEM y 1 al Panal. A su vez, La Jornada publicó 64 notas, de las cuales 14 fueron del PAN, 25 del PRD, 13 del PRI, 4 de la coalición PT-Convergencia, 3 del PVEM y 5 del PSD.
La mayor parte de esta información se dedica a la cobertura de las disputas entre los dirigentes del PAN y del PRI, así como al conflicto interno en el PRD, sobre todo a la negativa de su comité ejecutivo nacional a transmitir los spots que Andrés Manuel López Obrador realizó para el comité del Distrito Federal.
Ninguno de los medios de comunicación masiva ha informado a los electores acerca de las propuestas de campaña de partidos y candidatos.

El análisis de la información realizado a partir de los reportes de Ciudadanos en Medios confirma, con datos duros, tres hipótesis planteadas por numerosos analistas políticos:

1. Las televisoras mantendrán su oposición a la reforma electoral e intentarán abortarla en la elección de 2009.

2. Los gobernantes ya no pueden utilizar los recursos públicos para promover su imagen personal en los espacios publicitarios, pero la compra de éstos les permite hacerlo en los espacios noticiosos.

3. Todas las instancias de gobierno deben suspender la propaganda gubernamental a partir del inicio de las campañas electorales, pero mantienen (o quizás acrecientan) su presencia en los noticiarios.

En el caso de la primera hipótesis, las televisoras mantienen su beligerancia al hacerle el vacío a las campañas electorales. Con ello pretenden evitar que éstas influyan en el ánimo de la ciudadanía y se genere un ambiente propicio para la mayor participación en los comicios.

Además, en el caso de TV Azteca, esta postura se hizo todavía más evidente cuando el pasado 14 de mayo transmitió una entrevista que la reportera Yoelí Ramírez le realizó a Miguel Arroyo Ramírez, presidente del Consejo Nacional de la Abogacía. La transcripción textual habla por sí misma:

Javier Alatorre: Por cierto, hay quienes por intereses políticos buscan callarlo a usted, a mí, a todos; que la sociedad no hable. Ante esto, expertos en materia legislativa hicieron una dura crítica.

Reportera: Las próximas elecciones pasarán a la historia como las más antidemocráticas de México, según el Consejo Nacional de Abogacía.
Miguel Arroyo Ramírez: La democracia no solamente es el voto, los ciudadanos no nos podemos expresar a través de los medios de comunicación, evidentemente son campañas antidemocráticas.

Reportera: Miguel Arroyo aseguró que la última reforma electoral que prohíbe a los ciudadanos opinar de política en tiempos electorales viola la libertad de expresión y va más allá, advierte que la fórmula de políticos sordos y ciudadanos mudos provocará un alto nivel de abstencionismo.

Aquí se advierte una total falta de respeto a fundamentos y principios básicos del periodismo que exigen separar las opiniones de la información, para evitar confusiones. En este caso la entrevista ocupa el menor espacio, y es un mero pretexto para manifestar su oposición a la reforma.

La segunda y tercera hipótesis se prueban con la alta presencia en los espacios noticiosos de funcionarios gubernamentales que utilizan recursos del erario para comprar costosas campañas publicitarias en los mismos medios.

De esta manera, gobernantes y televisoras respetan puntualmente las disposiciones que la Constitución establece, en sus artículos 134 y 41, de que los servidores públicos no podrán utilizar los recursos públicos para promover su imagen personal. Así mismo, acatan la disposición de suspender por completo la propaganda gubernamental desde el 3 de mayo. Los consorcios televisivos les agradecen su generosidad al darles un alto perfil en sus espacios noticiosos.

Esta presencia, además, embona a la perfección con la estrategia comunicacional de los tres partidos políticos, que utilizan las acciones de gobierno de estos tres gobernantes (Calderón, Peña Nieto y Ebrard) para convocar a votar por ellos. Obviamente, el más beneficiado es el PAN, pues su campaña tiene alcance nacional, mientras que el PRI limita su promoción al Estado de México, y el PRD, al Distrito Federal.

Además, cada personaje aborda en los espacios noticiosos preferentemente aspectos que concuerdan con los ejes temáticos de las campañas publicitarias. Así, Calderón se refiere a temas de inseguridad y al combate contra el crimen organizado, que respalda con las acciones emprendidas por el Ejército en estas últimas semanas y que son el eje central de la campaña panista. Ebrard habla acerca de los programas sociales, y Peña Nieto sobre asuntos económicos y de bienestar social.

De este modo, cierran la pinza en forma ideal y, además, amplían todavía más la falta de equidad que afecta a los partidos con menor participación electoral, que son ignorados por completo en los espacios informativos.
En este entorno, personeros de los mismos partidos políticos autores de la reforma se coluden con los consorcios de la televisión para eludir sus disposiciones, sacarle el mayor provecho posible y al mismo tiempo reventarla. Los actores políticos encuentran una vía para mantener o incrementar su popularidad; y las televisoras, para sostener o elevar sus ingresos publicitarios, al tiempo que no cejan en su oposición a la reforma electoral.

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