"Puesto que es difícil distinguir los profetas verdaderos de los falsos, es mejor sospechar de todo profeta."Primo Levi
Mucho tiempo hemos criticado a los priistas que se mudaron de partido para fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Reconozco que la crítica esta equivocada.
La disidencia y la fractura es un fenómeno normal y hasta sano en un régimen político porque ayuda a depurar. Como hecho es importante aunque pueden serlo más las causas que lo motivan. Podríamos valorar de una manera más elevada las rupturas ideológicas en contra de aquellas que se dan simplemente por la lucha por el poder. Estas últimas generan lucha entre personajes con expresiones similares. Hay muy pocas diferencias entre personajes del PRI y del PRD y hasta uno podría encontrar más congruencia entre ciertos priistas y perredistas que entre muchos perredistas.
Una de las confusiones consiste en suponer que el PRD representa el devenir de la izquierda mexicana. Este partido fue formado por Cárdenas, supuesto heredero de un "izquierdismo" mal entendido de su padre y Muñoz Ledo, cuyo logro izquierdista fue haber sido secretario del Trabajo y que no se cayera mucho el salario mínimo, mientras que el todavía no aclara su Díaz Ordacismo y su silencio frente a la masacre de 1968. En verdad es que no queda claro gobernó como izquierdista Cárdenas o la gestión legislativa izquierdista de Muñoz.
Si vociferar, agredir verbalmente como hace Muñoz fuera señal de izquierdismo, Manuel Espino el Yunquista del PAN lo acompañaría en esta categoría.
Los restos del comunismo mexicano, una "izquierda" delirante como el Partido Revolucionario de los Trabajadores y una muy corrupta como el Partido Socialista de los Trabajadores se acercaron oportunistamente al "cardenismo" para adquirir alguna viabilidad en su nueva existencia electoral. Ese matrimonio de conveniencia muy bien explotado por algunas de las familias dirigentes hoy empieza a resquebrajarse. Han caído en la confusión ideológica y sobrevive exclusivamente la lucha —encarnizada— por el poder. Los apetitos por el poder los han llevado a la lucha sin cuartel, hay mucho que ganar controlando posiciones legislativas.
En el actual caso de enfrentamiento en la delegación Ixtapalapa finalmente será candidata la esposa del cacique local Rene Arce que además es senador de la República. Y esta es una historia que se repite en todos lados. Cárdenas ha hecho de Michoacán su feudo, Jesús Ortega y su esposa se transfieren curules, Muñoz Ledo se las queda él me imagino que para enriquecernos con sus peroratas pero poca efectividad legislativa, López Obrador coloca a sus hermanos en varias partes del país, etc.Hoy parece más cierto que nunca aquello de que la historia se repite y los perredistas ya están en un proceso que los lleva directo a la fractura debido a la lucha de personalidades.
No hay razón para que la "pseudo-izquierda" mexicana salga de la congruencia nacional y rompan los patrones de caciquismo, clientelismo y corrupción de la política mexicana. Simplemente son miembros del mismo club.
Estamos viendo una lucha entre visiones corruptas de la política que alguno de ellos cínicamente denominó "formas de hacer política de la izquierda". Existe por ahí una visión algo distorsionada que esperaría de los izquierdistas conductas éticas superiores y compromisos políticos desinteresados a favor de las mayorías junto con una entrega irrestricta a los oprimidos, sin embargo, hoy en México parece haberse hecho realidad aquella frase ingeniosa de alguien que dijo: Contra los ricos, hasta que los alcancemos.
Posiblemente el Tribunal electoral se excedió en su decisión de ordenar cambio de candidata, pero es indudable que tenían una prueba documental del desaseo electoral que lo permitió.
Posiblemente el Tribunal electoral se excedió en su decisión de ordenar cambio de candidata, pero es indudable que tenían una prueba documental del desaseo electoral que lo permitió.
Hoy se habla de una escisión —si no es que expulsión— de los pejistas, ojo no se habla de corrientes ideológicas sino de simple caudillismo. Se habla de purgas, de traición, en fin, que ya que por adjetivos no paran, pero en ningún lado se habla de rumbo nacional ni de construcción alternativa del país.
La política mexicana —la izquierda incluida— se ha degradado de forma escandalosa. El ciudadano los ve desgarrarse por el botín optando por retirarse del ring para que la batalla de lodo no salpique.
Hoy los mejores no se meten a la política y esta parece haber caído en el territorio exclusivo de aquellos con bajos instintos y peor calidad moral.
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
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