Por Gladis Torres México, D.F, 29 jun 10 (CIMAC).- La violencia sexual es un grave problema de salud pública y de violación a derechos humanos en toda la región de Latinoamérica y el Caribe, afirma el informe: “Violencia Sexual en Latinoamérica y el Caribe: Análisis de Datos Secundarios”, presentado ayer.
En entrevista con Cimacnoticias, la doctora Raffaela Schiavon Ermani, directora de IPAS México, informó que el documento sistematiza 200 informes y encuestas regionales sobre la violencia sexual ejercida contra mujeres, desde la adolescencia. El informe fue elaborado por el investigador Juan Manuel Contreras, del Centro Internacional para la Investigación Sobre las Mujeres, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Sexual Violence Research Initiative, así como Ipas México.
Raffaela Schiavon precisó a Cimacnoticias, que si bien el documento no presenta datos nuevos, fue preparado por un grupo de investigadoras e investigadores que sistematizaron la información ubicando las prevalencias, consecuencias y las intervenciones que en los países se han generado en justicia, salud y organizaciones de la sociedad civil. “Es un documento muy valioso que simplifica los hallazgos de investigaciones en la región, con una amplia bibliografía, por lo que para quienes trabajan en contra este flagelo será un instrumento e insumo muy importante”, subrayó la directora de Ipas México.
En él se indica que la violencia sexual es un grave problema omnipresente en la región, además que la evidencia indica que las mujeres corren mayor riesgo de sufrir violencia sexual perpetrada por sus parejas. “Las encuestas de población han encontrado que la prevalencia a lo largo de la vida de relaciones sexuales forzadas por una pareja íntima, varía entre el 5 por ciento y el 47 por ciento”.
En tanto un 8 por ciento de mujeres relatan haber sufrido violencia sexual por alguien que no era su pareja. En este sentido se precisa que la mayoría de los perpetradores que no son las parejas de las víctimas son conocidos por éstas, por ejemplo: parientes, vecinos, amigos, colegas, curas y maestros.
En la región, las formas más comunes de violencia sexual por una persona distinta a la pareja son: abuso sexual de menores y jóvenes de ambos sexos, la trata y la explotación sexual, la violencia sexual durante el proceso de migración, el acoso sexual en el lugar de trabajo y la violencia sexual en situaciones de emergencia o de conflicto armado.
El documento enfatiza que la evidencia indica que “las consecuencias para la salud reproductiva, sexual, física y psicosocial de las víctimas de la violencia sexual, pueden ser severas y duraderas”. De igual manera informa que la mayoría de los hallazgos de las investigaciones indican que la violencia sexual tiene sus orígenes en un orden social con desigualdad de género y en relaciones de poder entre mujeres y hombres en la sociedad. Las investigaciones analizadas asocian la violencia sexual con los siguientes tipos de normas sociales: legitimar la violencia contra las mujeres por parejas íntimas; culparlas por violación y otros tipos de violencia sexual; justificar la violencia perpetrada por hombres, por ejemplo debido a sus “inherentes deseos sexuales, así como verlas como objetos sexuales y el culto a la virginidad de la mujer”.
En este plano, la violencia sexual se asocia también con una aceptación social más generalizada del uso de la violencia. En este punto detalla que los niveles elevados de violencia son particularmente comunes en entornos de Latinoamérica y el Caribe donde se han experimentado conflictos internos.
Afirma que en “gran parte de la región, las respuestas del gobierno a la violencia sexual han sido débiles”. Tan sólo en México la violación entre cónyuges está tipificada como delito sólo en 12 de los 32 estados de la República Según el Informe Nacional de Violencia y Salud, publicado por la Secretaría de salud en 2006, las agresiones sexuales en México son poco denunciadas por estigma y discriminación. Estimaciones de la Secretaría de Salud (Ss), detallan que en México ocurren alrededor de 120 mil violaciones al año. De éstas, 65 por ciento son contra mujeres de entre 10 y 20 años, cuyos agresores pertenecen en el 70 por ciento de los casos, a su entorno social y familiar.
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