Utopía
Soledad presidencial
Eduardo Ibarra Aguirre
El principal inquilino de Los Pinos atribuye a un grave problema de percepción ciudadana, que restringe a una “deficiente comunicación social” con los gobernados, la incomprensión sobre los importantes resultados que, según él, obtiene su gobierno en la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, que decretó sin consultar a nadie en los primeros días de su gobierno y que ya conquistó 25 mil muertos, cientos de víctimas inocentes, 10 mil huérfanos, un desastre en materia de derechos humanos y cuantiosos recursos dilapidados.
Pero ¿cómo se percibe a sí mismo Felipe (del Sagrado Corazón) de Jesús Calderón Hinojosa como para que haga más recurrente un discurso en el que se coloca como epicentro y solitario mariscal de campo de una aventura militar y policiaca?
Resulta ineludible recordar que la anticonstitucional aventura tiene buena parte de su origen en los resultados oficiales de las elecciones de julio de 2006 y la muy escasa legitimidad con que tomó posesión de la Presidencia de la República, en medio de un operativo castrense que implicó la virtual toma de San Lázaro y la colocación de francotiradores en la sesión del Congreso de la Unión.
Cada día es más frecuente el reclamo del esposo formal de Margarita Zavala Gómez del Campo a los poderes Ejecutivo –en los otros dos órdenes de gobierno--, Legislativo y Judicial, el “apoyo ciudadano” y del “sector privado”, porque sólo así “pondremos un alto al crimen”.
Tiene completa razón el comandante supremo de las fuerzas armadas. Pero incluso un oficial de Ejército entiende que antes de decretar una guerra desde la comodidad del escritorio, el hambre de legitimidad y estimulado por el grupo compacto que ya se desintegró, es indispensable sopesar las fuerzas propias y prepararlas, establecer alianzas institucionales y multipartidarias, sociales y con los agentes productivos para emprenderla. Mas ninguna alianza puede materializarse con base a la incorporación a lo decidido en forma autoritaria, ilegal –valga la insistencia--, por Calderón Hinojosa.
Prácticamente a la mitad de su guerra, que sólo le aplaude el procónsul que para efectos formales despacha en avenida Reforma 305, y su jefe en la Casa Blanca, Calderón pretende incorporar a sectores diversos y actores que le dan la espalda, pese a que no sólo votaron sino hasta se la jugaron por él, para hacerle el trabajo no tanto sucio como sanguinario a Washington.
Y a quien no obedezca la desesperada, angustiante convocatoria presidencial, lo descalifica con la cada vez más frecuente aclaración de que la lucha contra la criminalidad “no es sólo del presidente” –uso retórico digno del diván-- y lanza la acusación al gobernador de Coahuila, sin mencionarlo por su nombre, con motivo de que exhibió el regateo de fuerzas federales, tras la matanza de jóvenes en Torreón; como el año pasado las utilizaron en Michoacán para encarcelar a alcaldes perredistas sin que la facciosa Procuraduría General de la República probara sus exigencias penales.
Es contraproducente de principio a fin la convocatoria a brindar apoyos a una aventura militar y policiaca, a la vez que se agrede a los interlocutores y con una autoestima que está por los cielos, en el discurso por lo menos, situarse como el hombre solitario e incomprendido.
El solitario e incomprendido entendió tarde, pero más vale tarde que nunca, que el “apoyo ciudadano” no se gana a punta de metralleta y con recompensas millonarias por la delación de capos. Tampoco se compra el dolor de los padres de familia de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Menos aún la dignidad de electricistas en huelga de hambre desde hace 90 días porque “No buscamos la muerte, nos arrebataron la vida”.
Acuse de recibo
El reportero y editor José Sobrevilla comenta ¡Todos al suelo! (19-VII-10). “Resulta relevante el acento que le pones al tema, ya que la salida de Gómez-Mont y Patricia Flores debe ser revisada con mucha cautela, porque no creo que sea hormonal la decisión de FCH (más bien creo que es parte, entre otras cosas, de la desesperación por no poder tomar las riendas de la gobernabilidad). Lo preocupante es el nivel y capacidad de operación política de los relevos. El cambio en comunicación social creo que también será un gran fiasco, porque no hay nada qué comunicar dentro del gobierno (pese a Televisa y los demás) que sea creíble para la gente. La presión es grande para los que gobiernan, pero insostenible para los gobernados. Un abrazo y mi solidaridad con los amigos del GMC que perdieron a sus seres queridos”... En tanto que sobre Sabiduría y sensatez (21-VII-10) dice Julio Pomar, comunicador del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros: “Muy bien tu Utopía. Sólo te agrego que el anterior coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, Javier González Garza, El güero, en referencia al principal de los abogados de este gobierno, señaló: ‘Habrá que recordar a don Benito Juárez, cuando dijo que hay de abogados a abogados. Hay títulos sin abogado, así como hay abogados sin título’”.
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