Después de la reunión en Gobernación, que duró alrededor de cuatro horas, Esparza se trasladó al campamento para hablar con los huelguistas. Alrededor de las dos de la mañana emitió un discurso ante cerca de dos mil personas, a quienes les dijo que por consenso habían decidido cesar el ayuno.
Sobre la avenida 20 de noviembre había alrededor de 18 ambulancias. El primero en salir fue Miguel Ángel Ibarra, el joven de Necaxa que presentaba problemas de salud y que el martes le dio un síncope cardiaco. El último fue Cayetano Cabrera Esteva, pero lo hizo por detrás de la carpa, argumentando que se trasladaría a un hospital privado por decisión de su familia.
Por la madrugada, Esparza señaló que se logró una negociación al más alto nivel con Gobernación, a partir del lunes.
“Ellos dispensaron con la toma de nota que darán al SME y aceptaron la protesta del sindicato de reorganizar las labores de Luz y Fuerza del Centro”, indicó, por eso, dijo que entregaron el documento elaborado por el sindicato desde el año pasado sobre la viabilidad de mejorar las condiciones laborales de LyFC.
En la propuesta se plantea crear una nueva empresa, como se hizo durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando quiso extinguió la Compañía Luz y Fuerza del Centro para privatizarla, pero la negociación con el entonces líder del SME, Jorge Sánchez, lo impidió y dio pie a la creación de LyFC, extinta desde el 11 de octubre del año pasado por decisión de Felipe Calderón.
Los ocho primeros huelguistas fueron trasladados al Siglo XXI, el resto recibirá atención en La Raza.
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