8/02/2013

Reforma energética: ¿un riesgo para el Pacto por México?

















Por Miguel Ángel Vargas V.  @Marca_Personal
   



Tres analistas consultados por ADNPolítico.com difieren sobre los riesgos que una reforma energética con mayor apertura al capital privado pudiera significar para la supervivencia del Pacto por México, aunque coinciden en que el tema le sirve como herramienta de negociación al PRD para lograr imponer su visión en otros rubros.“No veo mayor riesgo para el Pacto por México por esta reforma”, dice el politólogo José Merino.
“Vendrá una parte de la izquierda, de Morena y del mismo PRD a decir que ‘ni un peso de capital privado en Pemex’, pero quienes dominan al partido, ‘Los Chuchos”, no tienen mayor problema con que se permita la participación de capital privado en la extracción y transformación del petróleo”, agrega este profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
El encuestador Roy Campos, coincide en que el acuerdo entre los tres principales sobrevivirá a lo que suceda en el tema energético.
“Va a seguir el Pacto, no está en riesgo. ¿Por qué? Pues porque el Pacto por México está lleno de agenda opositora, de reformas que le quitan fuerza al gobierno, y porque lo único que queda de agenda de gobierno es la reforma energética y la fiscal”, explica.
“Por esto, creo que el PRD no querrá romper el acuerdo cuando todavía falta por cumplir parte de la agenda opositora”, añade Roy Campos.
Por su parte, el especialista en temas legislativos, Fernando Dworak, cree que dependiendo de cómo se maneje en la iniciativa presidencial el tema de las posibilidades de inversión privada en el sector, puede afectar el futuro del acuerdo firmado al inicio del sexenio por el PRI, PAN y el PRD.
“Pero en ese caso la pregunta relevante a analizar es qué le queda al Pacto por México que esté en el interés del PRI, ya es muy poco en realidad”, agrega Dworak.
El potencial conflicto entre una reforma energética con mayor apertura al capital privado y la supervivencia del Pacto, fue un tema que trató la revista británicaThe Economist en su edición del 12 de julio pasado, en la que sugirió al mandatario mexicano darle prioridad al proyecto petrolero.
“Ahora el señor Peña puede enfrentarse a una decisión difícil entre el Pacto o una reforma en el sector energético mexicano. Y si llega a eso, debe abandonar el Pacto”, señaló la publicación.
LAS POSTURAS
El Gobierno de la República, a través del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, ha señalado que no se busca privatizar Pemex ni ceder el dominio de la nación sobre los hidrocarburos, pero no ha dado más detalles sobre el contenido específico de lo que será la propuesta presidencial.
El PAN presentó este miércoles ante la Comisión Permanente su proyecto de reforma en el que plantea modificaciones constitucionales para permitir la participación de la iniciativa privada en todos los procesos de la cadena productiva petrolera y también en industria eléctrica.
El 18 junio pasado, The Wall Street Journal publicó un reportaje en el que tres funcionarios de alto nivel del gobierno federal que solicitaban el anonimato aseguraban que el proyecto presidencial de reforma buscaría permitir que las compañías privadas compartan los riesgos de desarrollar reservas petroleras cada vez más complejas.
En la misma fecha, el Financial Times difundió un texto en el que presidente Peña Nieto, en propia voz, se manifestaba confiado de que la enmienda energética sería “transformacional” y que incluiría “los cambios constitucionales necesarios para dar los inversionistas privados certidumbre”.
Sin embargo, en la misma publicación del referido diario británico, Peña Nieto enmarcaba la que sería su propuesta dentro del Pacto por México y resaltaba que más que lograr unanimidad “la democracia se trata de respetar a la mayoría”.
Dos días más tarde, el 20 de junio, secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong aclaró que, en materia energética el presidente “se va a ceñir a lo que se disponga y determine en el Pacto por México”... ¿Pero qué dice el Pacto sobre esta reforma?
LO QUE DICE EL PACTO
En el “Compromiso 54” el Pacto por México establece que la nación mantendrá la propiedad y el control de los hidrocarburos y de Pemex; en el 55 se dice que se establecerán reglas de gobierno corporativo y de transparencia para hacer de la paraestatal una empresa productiva; y en el 58 se asegura que se promoverá la “competencia en los procesos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos”.
Pero ante la falta de precisión en lo dicho por el Gobierno Federal y también en lo estipulado en el acuerdo firmado por el PRI, el PAN y el PRD, todavía no es posible saber si la iniciativa presidencial entrará en conflicto con el Pacto.
“En cuanto a declaraciones todavía no hay claridad si pretenden tocar la Constitución o sólo leyes secundarias”, señala Fernando Dworak.
Este investigador en temas parlamentarios cree que aunque el PRI tiene clara cuál sería su reforma ideal, todavía está sondeando cuáles serán las reacciones de los diversos actores políticos para entonces decidir qué tanta entrada se da al capital privado en el sector petrolero, pero aclara que no tiene mucho margen de maniobra.
“El PRI tiene claro que no hay mucho para dónde hacerse, que se requiere una reforma a fondo, que es casi imperativo tocar la Constitución si México quiere seguir siendo competitivo; pero el PRI también está arrastrando un discurso que mantuvo por décadas de que el petróleo es nuestro, que es patrimonio de la nación”, señala Dworak.
Por el contrario, a José Merino le parece claro que la iniciativa que presentará Peña Nieto irá de en el mismo sentido de la presentada este miércoles por Acción Nacional, es decir, que se conservará la propiedad del petróleo para la nación, pero se permitirá la inversión privada en la exploración y en la transformación.
“No cambiará la propiedad ni el control sobre los hidrocarburos, se permitirá que alguien más lo explote cobrando un 'oil tax', una carga fiscal sobre las ganancias totales”, señala.
“Se puede compartir riesgos con otras petroleras pero mantener la tenencia del hidrocarburo, no se está descubriendo aquí el café con leche, ese es el esquema por ejemplo en Noruega o Canadá, no es nada novedoso (…) lo importante es la certeza jurídica que el Estado pueda darle a los inversionistas para dirimir conflictos potenciales”, añade.
¿MONEDAS DE CAMBIO PARA EL PRD?
Ambos especialistas consideran que el PRD tiene incentivos para mantenerse en el Pacto y para utilizar las concesiones que pudiera estar haciendo en el tema  petrolero para lograr mejores acuerdos en otros temas.
“Quizás el PRD admita aprobar la reforma energética sin mayores cambios respecto a lo que propone el PAN, pero eso seguramente será algo que le permitirá negociar otros contenidos en otras reformas”, dice José Merino, catedrático del ITAM.
Entre los compromisos que falta por concretar del Pacto se encuentra la reforma para implementar la seguridad social universal, el seguro de desempleo, las leyes secundarias de la reforma educativa y de la de telecomunicaciones, la creación de la Gendarmería Nacional, de un Código Penal Único y la reforma política del Distrito Federal, entre otros.
“Para el PRI es importante sacar la reforma energética y la fiscal, y podría apostarle a que sería ya muy costoso para el PRD y para el PAN bajarse del Pacto para sacar las leyes secundarias de lo ya aprobado: telecomunicaciones y reforma educativa, principalmente”, indica Fernando Dworak.
“Y hay sectores de la izquierda que les urge mantenerse en el Pacto para ver si logran sacar la reforma política del DF”, resalta el especialisa.
Para José Merino, el tema realmente importante no es qué tanto capital privado se permite en el sector petrolero, sino las implicaciones fiscales de dotar de mayor autonomía a Pemex, cuyas utilidades actualmente aportan una tercera parte del total de recursos ejercidos por la federación en el presupuesto de egresos.
Y cuando se estén buscando nuevas fuentes de ingresos para reemplazar lo que hoy va de Pemex al presupuesto de la federación, el PRD podría lograr que las nuevas medidas recaudatorias no afecten a los segmentos más pobres de la población.
“El PRD puede utilizar su capacidad de negociación para inhibir el IVA en alimentos y medicinas, o al menos para conseguir que una canasta básica quede exenta del gravamen”, sentencia el politólogo.
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