Aunque en 12 países de la región se han establecido las cuotas de género, todavía hay techo de cristal, leyes contradictorias y el freno a la participación política de este sector poblacional
México, AmecoPress/SEMlac.- La creciente participación femenina en
los parlamentos latinoamericanos no significa que, automáticamente,
haya una mejor representación de los intereses de las mujeres. Aunque
en 12 países de la región se han establecido las cuotas de género,
todavía hay techo de cristal, leyes contradictorias y el freno a la
participación política de este sector poblacional.
Persisten
las barreras para interrumpir un embarazo o incluso aquellas
disposiciones que todavía limitan a las mujeres en las actividades
económicas, para no hablar de la discriminación o exclusión femeninas
en las áreas de salud, educación y trabajo. También es urgente revisar
dónde están las mujeres sensibles al género y cómo incorporar esa
sensibilidad en todos los hombres que hacen leyes.
Así quedó de
manifiesto en México, luego de que la Unión Interparlamentaria Mundial
(UIP) y el Grupo Idea Internacional promovieran una jornada de
reflexión en el Senado de la República, tomando en cuenta que México
tiene el quinto lugar en América Latina por el número de mujeres en las
cámaras de diputados y senadores y hasta el 25 por ciento en las
cámaras locales.
Con la
participación de legisladoras de todos los partidos políticos y una
organización civil especializada en monitorear las actividades del
Congreso en materia de género, el Consorcio para el Diálogo
Parlamentario, las jornadas fueron presididas por Jutta Marx, experta
de la UIP.
Marx presentó
los resultados de un estudio regional que apuntan a resolver pendientes
fundamentales en las áreas donde se cambian las leyes, ya que el marco
legal es fundamental para garantizar los derechos de las mujeres
ganados en el siglo XXI, como la paridad política en México o,
lentamente, los derechos reproductivos y el aborto, como en el Uruguay.
Se trata, con
este tipo de ejercicios, de lograr que en el Congreso mexicano se
garantice la igualdad de género en todas las normas a discusión,
conseguir que hombres y mujeres se vean iguales ante la ley, y que esas
normas no excluyan, discriminen o restrinjan la participación femenina.
Marx propuso
en esta jornada que el Congreso realice una evaluación interna y
examine si, realmente, es sensible a las cuestiones de género, tarea
que deberán llevar a cabo todos los parlamentos de América Latina, con
el objetivo de avanzar realmente en la igualdad de género.
Como
integrante del Comité Coordinador de Mujeres Parlamentarias de la Unión
Interparlamentaria Mundial, la senadora izquierdista Dolores Padierna
dijo que la igualdad entre hombres y mujeres implica la transformación
social y cultural en todos los ámbitos, y que uno de los logros más
recientes en México fue la incorporación a la Constitución de la
paridad de género en materia político-electoral.
Por su parte,
el senador Miguel Barbosa, coordinador de la bancada del Partido de la
Revolución Democrática (PRD), manifestó que "somos conscientes de esta
época y queremos remontar los viejos tabúes de otros tiempos que no
permitían la igualdad de los géneros".
La Unión
Interparlamentaria recomendó que los congresos "deben responder a las
necesidades e intereses, tanto de hombres como de mujeres en sus
estructuras, funcionamientos, métodos y tareas".
El senador
perredista destacó que se requiere de la promulgación de leyes sobre
igualdad de género, la revisión de las existentes, y recomendó el
diseño de políticas, planes de acción y reglamentos relativos a ese
tema.
Por su parte,
la senadora Angélica de la Peña Gómez, también del PRD, expresó que
"ser reconocidas como sujetas de derecho" es un paso esencial para
cambiar la situación de exclusión, marginación social y cultural en que
se encuentran las mujeres.
Agregó que en
México ha habido avances significativos, pues actualmente de los 128
integrantes del Senado, 44 son mujeres y de 500 diputados, 187 son
mujeres, pero advirtió que no es suficiente.
Consideró que
en México es fundamental e imprescindible que el Poder Judicial aplique
la ley, irrestrictamente, en todos los casos para que se haga realidad
la paridad de género en el Congreso de la Unión, en clara alusión a que
-pese a las leyes- los partidos políticos siempre encuentran la forma
de violarlas y poner obstáculos a la participación electoral de las
mujeres.
Para la
senadora Lucero Saldaña Pérez, del Partido Revolucionario Institucional
(PRI), en México se han alcanzado logros muy importantes. "Nuestro país
ocupa el quinto lugar en América con mayor porcentaje de mujeres en el
Congreso Nacional", dijo.
Sin embargo,
aseguró que aún hay trabajo por realizar, ya que "de las
discriminaciones, la correspondiente al género es la mayor", pese a que
desde 2006, cuando fue promulgada la Ley General para la Igualdad entre
Mujeres y Hombres, "la participación política de las mujeres en el
Congreso ha ido en aumento".
La diputada
Martha Lucia Micher, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en
la Cámara de Diputados, manifestó que con los parlamentos sensibles al
género se busca integrar las inquietudes y experiencia, tanto de
hombres como de mujeres, en el diseño, implementación, seguimiento y
evaluación de todas las políticas y programas.
México,
indicó, asumió un compromiso sobre este tema, y por ello dijo que no es
casualidad que "estemos aquí en la Cámara de Senadores conversando
sobre la importancia y los avances en el quehacer parlamentario de las
mujeres como estrategas del rumbo político, social, económico y
cultural del país".
"Nuestro
principio constitucional es la igualdad, no la equidad, y es a esta a
la que aspiramos todas las mujeres", señaló Micher.
Por su parte,
Daphne Cuevas, directora de Consorcio por el Diálogo Parlamentario y la
Equidad, hizo ver que las condiciones de género en el congreso mexicano
han mejorado en comparación con un estudio llevado a cabo en 2010.
A manera de
ejemplo, dijo que en ese año el Congreso, en su conjunto, tenía 24,5
por ciento de mujeres, mientras que la legislatura en curso tiene
36,78, lo cual representa un incremento de casi 12 por ciento.
Precisamente,
esta jornada denominada "Parlamentos con Perspectiva de Género", que
duró dos días, busca poner en práctica en los parlamentos de América
Latina y de otras latitudes las recomendaciones de varios estudios
sobre sensibilización de género realizados por la UIP, según los
cuales, si bien las mujeres legisladoras en América Latina están
aumentando, ello no significa que automáticamente haya mejor
representación de los intereses de las mujeres.
Se planteó
entonces la pregunta de cómo hacer para que la maquinaria del
parlamento funcione orientada a las necesidades e intereses, tanto de
los hombres como de las mujeres.
Se trata
entonces de que, sobre la base de la experiencia adquirida a raíz de un
estudio de la UIP, titulado "Parlamentos sensibles al género", y por
prácticas que han sido efectivas en diversos países, la reflexión
colectiva permita que las y los legisladores se familiaricen con los
conceptos y los métodos para realizar la evaluación en el Congreso
mexicano.
El estudio
evidenció que, a pesar de haberse creado un buen número de leyes y
reglamentos en parlamentos de la región, estos aún no son suficientes,
pues hay que trabajar más en la educación, de modo que hombres y
mujeres lleguen a ver la igualdad de género no como un objetivo
estrictamente femenino, sino como un logro de profundo y perdurable
valor para la sociedad en su conjunto.
Ahora toca
hacer un debate permanente sobre el tema, habida cuenta de que en
México, por su composición federal, hay contradicciones permanentes
entre las leyes federales y las estatales, hay disparidad,
disposiciones que se contradicen, espacios locales donde todavía no se
establece la igualdad y obstáculos graves para el avance de las
mujeres. En algunos Congresos nacionales de la región, los techos de
cristal todavía indican la necesidad de introducir modificaciones en
los reglamentos internos de las cámaras legislativas, con el fin de
garantizar una participación proporcional de legisladores y
legisladoras en todas sus instancias.
Por ejemplo,
se hizo ver que las reglas formales que regulan las condiciones de
trabajo de legisladores y legisladoras en la región, no parecen haberse
adecuado a la creciente presencia femenina al interior de los
parlamentos nacionales.
En general,
los órganos legislativos no promueven medidas sistemáticas y concretas
destinadas a fomentar la igualdad de género entre sus integrantes, por
lo que la UIP recomienda efectuar reformas al respecto.
Otro de los
temas analizados fue el hecho de situaciones persistentes, de reglas no
escritas que resultan discriminatorias para las legisladoras y, en ese
sentido, se hace indispensable que los poderes legislativos se
conviertan en instancias ejemplares para combatir las tendencias
negativas en la igualdad de género y su aportación a la formación de la
opinión pública.
Es evidente
que la presencia de mujeres en la mayoría de los Congresos nacionales
de América Latina ha permitido ampliar y enriquecer las agendas
legislativas, además de que en los últimos años se sancionaron algunas
leyes de envergadura en la temática de género y derechos de las
mujeres. Ahora toca que se respeten y promuevan.
Un problema
que se debatió es que los hombres legisladores, en términos generales,
no suelen acompañar estas iniciativas por no percibir que ellos mismos
forman parte de las relaciones de género, por lo que urge capacitación
en este sentido.
En este
contexto, se explicó que la entrada en vigencia de leyes de cuotas
femeninas o de género en 12 de los países de la región constituye un
factor de suma importancia, de manera tal que resulta recomendable que
aquellos que todavía no cuentan con ellas consideren la oportunidad de
instrumentarlas.
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