MÉXICO,
D.F. (apro).- Televisa ha emprendido una nueva ofensiva para doblar
otra vez, con todos sus recursos, a los poderes constitucionales y
materializar una ley –un conjunto de leyes en realidad– a la medida de
sus intereses, casi siempre antagónicos a los de la sociedad.
Conforme a las evidencias consignadas por Jenaro Villamil en el semanario Proceso, en su edición de esta semana,
Televisa ha reactivado sus complicidades con Enrique Peña Nieto y el
Partido Revolucionario Institucional (PRI) en su proyecto para que las
leyes secundarias en materia de telecomunicaciones mantengan intocada
su hegemonía.
Luego de una discrepancia pasajera por la reforma
constitucional en la materia, Peña y Televisa han olvidado los enfados
y vuelto al amor, algo que a nadie debe extrañar por la connivencia
establecida desde que, en 2005, el primero llegó a la gubernatura del
Estado de México y comenzó a edificar su candidatura presidencial con
recursos sin límite.
La reunión de Peña con Emilio Azcárraga Jean
y su consejero Bernardo Gómez, el 2 de enero, en Valle de Bravo –como
lo revela Villamil–, representa la continuación del plan de Televisa
para salirse con la suya cuando le dé la gana.
Televisa ya dobló
a los grupos parlamentarios en el Congreso, que debieron aprobar las
leyes secundarias de la reforma constitucional en telecomunicaciones a
más tardar el 9 de diciembre y ahora pretende que las mismas no afecten
los más mínimo su hegemonía.
Otro de los objetivo de Televisa es
que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (CFT), el órgano
regulador en la materia surgido de la reforma constitucional que le
quitó esa facultad al Ejecutivo, no la declare “agente económico
preponderante”, algo que deberá ocurrir antes del 9 de marzo.
La
empresa de Azcárraga ha recurrido a todas las argucias para evitar esa
declaratoria, como el alegato de que habrá desincentivación de
inversiones, y ya logró una suspensión de un juez para negarse a
entregar al IFT informes sobre prácticas monopólicas y de
concentración, pese a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) determinó que es constitucional la solicitud de esos informes.
El
carácter de “agente económico preponderante” de Televisa queda claro en
el documento “Programa de licitación y adjudicación de frecuencias de
televisión radiodifundida digital”, elaborado por el IFT y relativo a
la licitación de las dos nuevas cadenas de televisión.
Según ese
estudio, Televisa y TV Azteca poseen 95% de las concesiones de
televisión, 96% de la audiencia y 99% de la publicidad de televisión
comercial, por lo que “las posibilidades de competencia sólo pueden
venir de otras cadenas de TV abierta, de cobertura nacional”.
El
IFT identificó, según el reportaje de Villamil, que “hay integración
vertical” entre Televisa y TV Azteca, lo cual constituye una
“importante barrera de entrada” en este mercado, y determinó que
ninguna de las dos grandes compañías ni sus filiales, subsidiarias o
asociadas, pueden participar en la licitación de las dos nuevas cadenas.
Naturalmente,
esta posición del órgano regulador encolerizó a Televisa y a TV Azteca
que, ahora como socios y cómplices, pretenden entorpecer no sólo la
licitación de dos nuevas cadenas de televisión, sino evitar que sean
declaradas como agente económico preponderante y que en las leyes
secundarias no haya nada que les afecte.
Menos quieren que se
consagre en las leyes secundarias el derecho de las audiencias, que
implicaría crear un ombudsman o defensor de las audiencias, limitar el
contenido de los programas que denigran, ofenden o saturan la pantalla
con publicidad explícita o implícita.
Una vez que se ha
reactivado la subcultura priista de la “línea” –que de manera grotesca
se manifestó en la contrarreforma energética, porque no hubo ni voz ni
voto en contra–, la orden de Peña a los legisladores priistas la dio a
través del secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz
Esparza.
Haciendo suyo el discurso de Televisa, Ruiz Esparza
habló en la reunión plenaria de los senadores del PRI en Mérida, el 30
de enero, y ante ellos ordenó: “(En las leyes secundarias) debemos
privilegiar la inversión, no tanto por tratar de afectar a alguien, eso
ya no debiera ser, debemos ver a México, debemos ver la importancia de
que la inversión crezca, y debemos ver que no se inhiba, simple y
sencillamente”.
Al respecto, Villamil puntualiza en su reportaje publicado en Proceso:
“En anteriores esfuerzos por reformar las telecomunicaciones, la TV y
la radio, ‘privilegiar la inversión’ acabó beneficiando a quienes ya
dominan el sector.”
Así es: Otra vez Televisa y TV Azteca…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
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