Capulalpam ha desarrollado su propio modelo de desarrollo basado en los bienes naturales de propiedad comunal.
Mientras el bus subía por el profundo y serpenteante camino, empezaron
a aparecer las señales con la promesa de nuestra llegada al pueblo
mágico de Sierra Juárez de Oaxaca. Al mismo tiempo, al mirar las verdes
montañas me preguntaba cuál era exactamente la magia de este pueblo.
Capulalpam tiene una historia de más de dos siglos de minería de oro y
plata. Saúl Aquino, líder indígena zapoteca y presidente del
Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad, recuerda que los
desechos químicos de la actividad minera devastaron los acuíferos y
contaminaron el agua, las tierras comunales y el bosque. La mina
pertenecía a una empresa mexicana, pero ahora es de propiedad de
Sundance Minerals, con sede en Vancouver, Canadá. Los
conflictos más graves en Oaxaca se produjeron en comunidades indígenas
donde las corporaciones procedieron a explorar y explotar sin el
consentimiento previo de las poblaciones indígenas. Comunidades como
San José del Progreso, en la que el gobierno no cumplió con informar y
consultar a la población local antes de entregar concesiones mineras
por 50 años y donde fueron asesinados dos líderes por defender
pacíficamente el derecho al consentimiento previo libre e informado del
pueblo indígena sobre la implementación de proyectos en sus
comunidades. A pesar de ello, el gobierno canadiense se niega a hacer
cumplir cualquier tipo de regulación sobre derechos humanos fuera de
Canadá; en vez, el gobierno apoya financiera y políticamente a la
industria minera a pesar de sus prácticas (1). La industria
minera canadiense es la más grande del mundo, y en el 2004 su
participación en el mercado mundial constituía el 60% de todas las
empresas mineras. De hecho, en términos de la amplitud de la
exploración y desarrollo de la actividad minera, la totalidad de la
región latinoamericana está en segundo lugar después de Canadá (2).
Actualmente, sólo el estado de Oaxaca tiene alrededor de 343 títulos de
concesiones mineras.
Territorio libre de minería
En
el 2011, el gobierno de Oaxaca presionó a las autoridades mineras de
Capulalpam a que aceptaran una nueva concesión minera a cambio del
título de “pueblo mágico”. La iniciativa de los pueblos mágicos fue
lanzada en el 2001 por la Secretaría de Turismo (SECTUR) de México para
promover y reconocer una serie de pueblos en todo el país que ofrecen a
los visitantes una experiencia “mágica”. La población y autoridades
indígenas no aceptaron la presión; por el contrario, se organizaron,
movilizaron y llevaron a cabo su asamblea comunitaria. Finalmente, la
comunidad decidió que Capulalpam sería territorio libre de minería.
La población de Capulalpam y el Colectivo Oaxaqueño en Defensa del
Territorio (CODT), fundado en el 2009 como un espacio de organizaciones
de base y activistas para trabajar juntos en la defensa y promoción de
los derechos de las comunidades a sus territorios y bienes naturales,
trabajaron juntos para declarar Capulalpam territorio libre de minería.
“Ha sido una ruta difícil la que estamos caminando juntos. El espíritu
colectivo de Capulalpam es como un cinturón que nos mantiene unidos”,
dijo Francisco García, autoridad indígena encargada de bienes
naturales. “Nuestros valores espirituales como indígenas están unidos a
nuestra tierra, agua y territorios, que van más allá del simple valor
monetario”. De hecho, Capulalpam es el primer territorio reconocido libre de minería en México.
En los últimos años, Capulalpam ha desarrollado su propio modelo basado
en los bienes naturales de propiedad comunal. Además de su proyecto de
ecoturismo reconocido a nivel nacional, también embotella agua de su
manantial en la montaña, maneja un servicio forestal sostenible, y
tiene una cantera de grava a pequeña escala. Todos esos proyectos son
administrados de manera cooperativa por la asamblea comunal.
Luego de mi experiencia con la población de Capulalpam, entendí cuál
era la magia de este pueblo. Una de las definiciones de magia es “el
uso de poderes especiales para hacer que ocurran cosas que por lo
general son imposibles”. Matthew Strecher definió el realismo mágico
como “lo que sucede cuando un entorno altamente detallado y realista es
invadido por algo ‘demasiado extraño para creer’” (3). La magia de
Capulalpam reside en el poder de los pueblos indígenas para unirse y
decidir su futuro colectivamente, y preservar su identidad, existencia
y relación espiritual con el bosque, el agua, la tierra y su
territorio. Una magia que el gobierno y las corporaciones mineras
todavía no entienden porque es demasiado real y poderosa para creer.
Notas:
(1) Gordon, Todd and Webber, Jeffrey R. “Imperialism and Resistance,
Canadian Mining in Latin America, Third World Quarterlu, 29:1,70
(2) http://www.coha.org/hidden-hegemony-canadian-mining-in-latin-america
(3)
Matthew C. Stretcher, Magical Realism and Search for Identity in the
Fiction of Murakami Haruki, Journal of Japanese Studies, Volume 25,
Number 2 (Summer 1999), pp. 263-298, at 267
Angela Martínez es Oficial Senior de Programas Internacionales de
American Jewish World Service (AJWS), organización que acompaña al
Colectivo Oaxaqueño en Defensa del Territorio y otras organizaciones
sociales de Oaxaca.
Fuente: http://noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7031
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