12/08/2014

Los periodistas pal café. . .



Llegada la hora del cierre, el Teletón no había conseguido la suma de millones de pesos que se había propuesto. En estricto sentido, fue un fracaso. O, cuando menos, un notable incumplimiento de la meta establecida. Pero al estilo del Congreso federal, que a sus conveniencias se concede el establecer improbables relojes legislativos para alargar sesiones conflictivas más allá del calendario oficial restrictivo, el Teletón se habilitó una hora y media de recaudación más allá de lo originalmente considerado. Y así, 90 minutos después, se pudo decir, en un ambiente notablemente menos festivo que en todas las ocasiones anteriores, que en tiempos extras se había logrado empatar el marcador monetario deseado.
La edición 2014 del citado Teletón ha sido la más impugnada y descuadrada. Le faltó su emblemática figura lacrimal, Lucero, ahora distanciada de las estrellas del canal. Y, ante la pregunta emilista de ¿ahora quién podrá salvarnos?, apareció Eugenio Derbez como una especie de filósofo social de peluche que quiso confrontar (presuntamente en serio, queriendo querer) las múltiples y fundadas objeciones al ejercicio televisivo de filantropía fiscal constructora y operadora de centros de atención a discapacitados. Apenas unas semanas atrás había dicho el exitoso cómico de ligerezas que le avergonzaba tener un país donde ni siquiera tu presidente es capaz de poner orden, (lo que) duele y duele mucho. Pero, lanzado al rescate del Teletitánic, hizo segunda a los aires regañones de una esposa recientemente puesta en pantalla para explicar sus cuentas inmobiliarias alegres y pretendió enfrentar a críticos del sistema, de la televisora regente y del Teletón limpiador de imagen.
La frivolidad farandulera y la cursilería deducible de impuestos no lograron restar responsabilidades al andamiaje de oportunismo asistencialista de Televisa y sus aliados políticos, empresariales y mediáticos. Las Naciones Unidas han objetado ese ejercicio que se escuda tras el dolor y la desgracia (causadas por un sistema que mucho beneficia a la élite de esa televisora cómplice) para quitar a tesorerías públicas, federal y estatales, los recursos públicos que esos gobiernos deberían administrar por sí mismos y no cederlos al poder televisivo para que éste haga caridades con dinero ajeno. El comité de los derechos de las personas con discapacidad de la ONU dijo que le preocupa que buena parte de los recursos para la rehabilitación de las personas con discapacidad del Estado sean objeto de administración en un ente privado como Teletón. Pero, además de esa sustitución de las obligaciones del Estado, la pantallocracia promueve las donaciones individuales de una sociedad convocada no a pelear contra las causas profundas de la desigualdad, la injusticia y la corrupción, sino al ejercicio volátil de la caridad circunstancial.
Los juegos televisos del hambre consumían buena parte de la atención nacional mientras el drama nacional subía de grado. En Chiapas (donde el gobernador Manuel Velasco prepara su boda de ensueño con Anahí, otra estrella de Televisa que también apareció aportando una cuota a nombre de su fundación caritativa y defendiendo el Teletón), Agustín Gómez Pérez, de 18 años, tomó la determinación de hacerse prender fuego en demanda de la liberación de Florentino Gómez Girón, su tío, pero, sobre todo, dirigente del agrarista Frente Ricardo Flores Magón, al que el gobierno frívolo, despilfarrador y elitista de Velasco hizo encarcelar fabricándole delitos, entre ellos el de abigeato. Tan eficaz fue ese gobierno clasista de Velasco en poner tras las rejas a un líder que le resultaba molesto como lo fue para excarcelarlo de manera relampagueante luego del sacrificio del joven Agustín, que se mantiene a las puertas de la muerte. Mazmorras o libertad a gusto del virrey que se gasta el dinero chiapaneco en promover su figura en el país y el extranjero como presunto aspirante a la Presidencia de la República en 2018.
De Austria llegaron al Fabulador General de la República, Jesús Murillo Karam, noticias muy propicias para dar carpetazo abierto a la investigación sobre el destino de los normalistas rurales de Ayotzinapa. La dosificación de la verdad sobre los 43 ha permitido al régimen impedir una explosión mayúscula de descontento y le ha dado tiempo, en un razonamiento macabro, razones de Estado criminal para tejer una novela negra de la que todo mundo sabe el final pero que ha permitido a los habitantes de los sótanos político-policiacos (sótanos que en realidad son la cúpula, ingeniería de política real) esparcir la versión casi segura de la muerte de los buscados pero, al mismo tiempo, mantener bajo embargo acciones judiciales específicas en el nivel nacional y retardar consignaciones ante instancias internacionales. En esa estrategia de goteo, la identificación de restos como pertenecientes a uno de los 43, a Alexander Mora Venancio, confirma sin confirmar la historia murillista de los incinerados en Cocula. En ese contexto, hasta lo cansado se le quitó al titular de la Procuraduría General de la República, quien ayer leyó un boletín de prensa ante reporteros, sin preguntas y respuestas, para rendir un burocrático informe de actividades recientes.
Pero la desgracia nacional sigue adelante. De 19 años, la enfermera Erika Kassandra Bravo Caro desapareció días atrás en Uruapan y luego se le encontró torturada, apuñalada y con el rostro desollado (como sucedió con Julio César Mondragón en Iguala). Ayer hubo protestas de ciudadanos conmocionados por ese crimen y hoy se realizará otra en esa ciudad del Michoacán presuntamente ya controlado por el comisionado Alfredo Castillo. También hubo protestas públicas, reprimidas por policías estatales y municipales, luego que la estudiante Liliana Morales Flores, de 14 años, fue encontrada muerta en Tultitlán, estado de México, tras haber sido secuestrada el pasado 24 de noviembre en Cuautitlán Izcalli, en la entidad de alto índice de feminicidios sin justicia alguna.
Y, mientras Mancera ha cambiado de jefe policiaco, pero no de métodos ni espíritu represor, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Hernández, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




Foto
No es la primera vez que ocurre: los grandes corporativos privados están muy endeudados en dólares, y la devaluación del peso los coloca en situación de riesgo. El fin de semana el dólar libre se cotizó en 14.75 pesos, una depreciación de casi 10 por ciento en lo que va del año. La Secretaría de Hacienda informa periódicamente de la deuda del sector público, tanto la interna como la externa, pero no se ocupa de la privada. Sin embargo, según el Banco de México, al cierre del segundo trimestre del año llegó a 119 mil 402 millones de dólares, históricamente la más alta.
¿Qué sucede si una o varias empresas privadas caen en insolvencia y se declaran incapaces de cubrir los intereses y la deuda principal en dólares? Ya ha sucedido antes: el gobierno utiliza dinero de los contribuyentes para rescatarlas. La lógica que usa es que hay que salvar la planta productiva. Es curioso: los dueños de esa planta productiva son los que se resisten a un aumento sustancial del salario mínimo.



Después del trago amargo de haber estado ausente de estas páginas tres lunes seguidos sin que nadie lo notara, sin que la multitud airada se apersonara en avenida Cuauhtémoc 1236 exigiendo el retorno de la columneta o, al menos, la repetición de algunas anteriores, tomé la decisión de regresar a la brevedad, antes que el coordinador de edición descubriera la inutilidad de mi esforzada presencia. También me produjo sospechosismo el hecho de que algunos cálidos y estimulantes mensajes que recibía el propio día de la publicación: De acuerdo contigo, Ortiz. De lo mejor que has escrito. Una investigación muy seria. Ni Pérez Reverte, OT, siguieran llegando durante mi ausencia. Entré en duda: O hay una extraña especialidad de bots amigables o mis hijas me dedican media hora todos los lunes para evitar mis profundas frustraciones cuando llega mediodía y aún no he sido tuiteado. Pues por estas razones y otras de mayor trascendencia decidí empezar con una actitud abiertamente propositiva. Hace no mucho tiempo expresé mi fundado temor de que, al correr del tiempo, inevitablemente Ayotzinapa pasara a ser el recuerdo, cada día más disminuido, de la espantosa tragedia que hoy ha cimbrado no sólo a los habitantes del país y a los connacionales que viven fuera del territorio, sino a todo ser humano sin distinción de etnia, creencias, idiomas, culturas, latitudes, que se ha enterado de este infame holocausto (una definición: ceremonia en la que ofrecían en sacrificio víctimas que eran quemadas). El asombro y la indignación se acrecientan cuando se conocen las características de las víctimas: jóvenes, campesinos, indígenas algunos, y pobres, muy pobres, todos. Y, si todavía fuera dado agregar agravantes, víctimas sin motivo ni razón (¿podría haber alguna para el proditorio crimen?). Los estudiantes no eran enemigos personales de los asesinos. Lo eran, sí, de la ignorancia, la miseria, la marginación, la injusticia y la explotación que los habían convertido en seres infrahumanos. De alguna manera, ellos estudiaban para impedir que el estigma alcanzara a sus hijos: querían ser maestros.
Antes de exponer mi propuesta, un poco de antecedentes que la justifican.



Amenos de una semana de la desafortunada decisión del jurado que en Misuri exoneró a un policía blanco por el homicidio de un joven afroestadunidense, el pasado 4 diciembre se repitió la historia y se escribió un capítulo más de la sistemática violación a los derechos humanos de ese sector de la población en Estados Unidos. Esta vez, en la ciudad de Nueva York otro jurado exoneró al policía que asfixió a Erick Garner, afroestadunidense que vendía cigarros en las calles de esa urbe. El momento fue captado con un teléfono celular por un transeúnte que presenció la forma en que uno de los policías que cercaron a Garner le aplica lo que en el argot policiaco se conoce como la llave china. En el video se advierte cómo Garner, ya en el suelo y totalmente indefenso, grita con desesperación que se está asfixiando por la fuerza con que el policía lo inmoviliza. Garner murió de asfixia minutos más tarde. En todo el país ha habido manifestaciones por lo que se considera un problema sistémico en el uso desmedido de la fuerza policiaca en contra de los afroestadunidenses.

En meses recientes, invariablemente policías blancos han estado involucrados en una docena de homicidios de ciudadanos afroestadunidenses en diversas ciudades de ese país. No es nueva esa brutalidad policiaca, pero sí es grave que la mayoría de los policías que los cometieron hayan sido absueltos como resultado de la deficiente presentación de pruebas condenatorias por los fiscales. La evidente complicidad de éstos con los cuerpos policiacos ha ocasionado la demanda de juristas, legisladores y diversas organizaciones de derechos humanos para que el Departamento de Justicia sea el responsable de presentar las pruebas ante el jurado y no los fiscales locales o estatales.



Caída libre registra el precio del petróleo mexicano de exportación, pero en el primer círculo de Los Pinos aseguran que no tiene mayor importancia porque, dicen, las coberturas (una suerte de seguro) contratadas por la Secretaría de Hacienda garantizan un barril a 79 dólares en todo 2015.
El pasado viernes la cotización del crudo nacional cerró en 58.98 billetes verdes por barril, o lo que es lo mismo, 25 por ciento por debajo del precio promedio aprobado por el Congreso para 2015, el cual, dicho sea de paso, ya había sido recortado (de 82 al límite señalado).
Sólo esta última acción representó una pérdida para el erario por mil 200 millones de dólares, y si para la comparación se toma la estimación oficial para el cierre de 2014 (94 dólares por barril como promedio, contra 79 para 2015), entonces el agujero financiero se acercaría a 6 mil millones de billetes verdes (alrededor de 90 mil millones de pesos al tipo de cambio actual).
Para las eternamente petrolizadas finanzas públicas el impacto negativo es severísimo, pero las citadas coberturas (por las que el gobierno mexicano pagó alrededor de 800 millones de dólares) garantizan el ingreso estimado, siempre de acuerdo con la Secretaría de Hacienda.
A partir de los primeros días de septiembre pasado, el precio de la mezcla mexicana de exportación comenzó a hundirse. El día cinco de ese mes el barril se cotizó a 91.29 dólares, y de allí para abajo. Entre esa fecha y el cierre del pasado viernes la caída acumulada supera los 32 dólares por barril, es decir, un desplome de 35.4 por ciento, y contando. Y de cada peso presupuestal cuando menos una tercera parte proviene del oro negro.
Pero en Hacienda insisten en que no hay de qué preocuparse, que para eso están las coberturas. Sin embargo, no todos son fieles de ese santo. Como publicó La Jornada (Israel Rodríguez), “pese al seguro de cobertura de los precios del petróleo a 79 dólares por barril para todo 2015, existe incertidumbre respecto de la situación de las finanzas públicas hacia 2016 y también en lo referente a posibles afectaciones de la baja en los precios del crudo sobre los proyectos de inversión que se esperan (ronda uno) cuando de hecho estamos en plena fase de aplicación de las reforma en el sector de hidrocarburos”, advierten los expertos del Grupo Financiero Santander.
Como se ha comentado en este espacio, oficialmente y por decreto presidencial, las finanzas públicas quedaron despetrolizadas desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, quien en su sexto Informe de gobierno (primero de noviembre de 1994), celebró que ello fue posible como resultado de la política económica por él emprendida, la cual, dijo, logró diversificar la captación de recursos públicos. Por aquellas fechas, el ingreso petrolero equivalía a 4.9 por ciento del producto interno bruto y alrededor de 30 centavos de cada peso presupuestal provenían del oro negro.
Despetrolizadas las finanzas públicas (versión oficial), a estas alturas, ya con EPN en Los Pinos, el ingreso petrolero aporta cerca de 35 centavos de cada peso presupuestal y equivale a 7.6 por ciento del producto interno bruto, es decir, que entre una fecha y otra la dependencia del erario de los dineros provenientes del oro negro se incrementó la friolera de 55 por ciento, y no existe actividad o sector que tape el agujero.



La información reciente sobre la producción nacional y el sector externo al tercer trimestre van perfilando lo que será un segundo año fallido en lo económico, pero además vergonzoso en materia legislativa, ofensivo en lo judicial, y convulso en lo social por el hastío de la ineptitud, la inequidad y la corrupción rampantes.
Foto
PIB enero-septiembre
Los datos de los tres primeros trimestres del año anualizados (promedio de los tres x cuatro) apuntan a un PIB total en este año de unos 16.8 billones de pesos, cifra que supone un crecimiento de 1.9% sobre 2013 (Gráfico 1).
Tras múltiples reducciones, las últimas estimaciones sobre el crecimiento del PIB en 2014 y 2015 son: SHCP 2.35% (media de 2.1-2.6) para 2014 y 3.7% (media 3.2-4.2) para 2015; Banco de México 2.25 (media 2.0-2.5) para 2014 y 3.5 (media 3.0-4.0) para 2015; analistas del sector privado 2.19 en 2014 y 3.51 en 2015; y Cepal 2.1 para 2014 y 3.2 para 2015.
Un comparativo enero - septiembre 2007-2014 se presenta en el gráfico 2.
El PIB agropecuario registra un crecimiento positivo de 3.93% en 2014 (Gráfico 1) aunque tal esfuerzo se ve aplastado por el agravio gubernamental de permitir a corporativos transnacionales (y nacionales) derrumbar los precios - y acrecentar sus ganancias - sin importarles que ese precio justo que no se paga al campo es la base misma del bajo ingreso y la pobreza rural.
Es inaceptable - por decirlo suave - expropiarle al campo la justa ganancia por lo que se produce, trasladarla a los oligopolios acaparadores, y para colmo inventar programitas asistenciales tan costosos como disfuncionales (salvo electoralmente) para paliar o tratar de contener la pobreza que aun así se expande en nuestro México de la desigualdad.



No puedo respirar se escucha, se grita, se escribe en las calles de Nueva York y otras ciudades. Fueron las últimas palabras de Eric Garner, afroestadunidense, antes de morir en las manos –literalmente, con una llave aplicada por un policía que lo ahorcó– de las autoridades.
Esta consigna se combina con manos arriba, no disparen, vidas negras valen, Eric Garner, Michael Brown/ Shut it down (clausuren todo), y dejen de matarnos, lemas que brotan no sólo por las muertes y los abusos de las autoridades contra minorías, sobre todo contra hombres y jóvenes afroestadunidenses desarmados, sino también por la impunidad que prevalece en casi todos los casos.
La ola de protestas en decenas de ciudades con miles de participantes (que se saldan con cientos de arrestos) es un coro creciente de indignación contra el abuso de las autoridades contra las minorías tanto a manos de la policía como del sistema judicial.
Casi dos veces cada semana un policía blanco mata a una persona negra en Estados Unidos, según reporta USA Today con base en datos oficiales de la FBI. No se sabe cuántos de estos homicidios cometidos por policías fueron justificables –no hay datos precisos sobre cuánta gente mata la policía en Estados Unidos–, pero sí se sabe que en los casos donde todo indica un homicidio no justificable, la impunidad impera.
El problema no es nada nuevo, pero el movimiento que se ha detonado sí.



Razón le sobra a Julio Solórzano cuando habla ( La Jornada, 3/12/14) del inexcusable desaprovechamiento de los archivos de su madre, la escritora, maestra y poeta Alaíde Foppa, por parte de las instituciones responsables de acercarse a los acervos y fondos de ciudadanos pensantes y creativos en este país, principal perjudicado de ese hueco aún sin subsanar entre organismos y archivos públicos y privados.

A principios de 1980, mientras convocaba a plumas de primer nivel para la parte editorial de la revista de modas Vogue México, alguien, a quien suplico me perdone por no recordar ahora su nombre, me sugirió proponerle a Alaíde Foppa la sección de Artes Plásticas, con una convincente frase: su erudición tiene el don de la sencillez.

La llamé por teléfono y de entrada dijo no, pues tenía demasiado trabajo y el contenido de la publicación no le atraía. Pero cuando le argumenté que allí colaborarían Moreno Rivas, Espejo y Glantz, y que otro sector culturalmente marginado era el de las lectoras de revistas de modas, se animó a decir en estos términos: que cada mes mandara a su casa por el texto y le enviara el pago correspondiente.



Seis prisioneros de la base de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, considerados por aquel país reos de baja peligrosidad, llegaron la madrugada de ayer a Uruguay como parte de un acuerdo entre Washington y Montevideo. Se trata del mayor traslado de presos de esa cárcel ubicada en la isla desde 2009 y el primero realizado hacia América del Sur. A nivel latinoamericano, el hecho tiene sólo un precedente público, el envío a El Salvador, en 2012, de dos cautivos musulmanes chinos, quienes posteriormente abandonaron el país centroamericano.

A legisladores sobre ley de movilidad
Señoras y señores diputados: soy una de las mexicanas que, a mis 63 años de edad, tengo un gran kilometraje andado por la avenida Reforma hasta el Zócalo; desde el Casco de Santo Tomás hasta el Zócalo; desde Tlatelolco hasta el Zócalo; en las ciudades de Monterrey, Guadalajara, San Luis Potosí, Puebla, Guerrero. Soy madre de dos hermosas personas; soy esposa de un desaparecido político desde la década de los 70; soy profesionista y afortunada con empleo, haciendo elástico lo más que puedo mi tiempo disponible.
Fue el Estado. El operativo especial en 36 alcaldías de la Tierra Caliente, que abarcará espacios territoriales de Guerrero, Michoacán, Morelos y el estado de México, no podrá hacer desaparecer la responsabilidad del Estado mexicano en los hechos de Tlatlaya e Iguala. En ambos casos, agentes del Estado, en su carácter de servidores públicos, participaron de manera directa en la comisión de ejecuciones extrajudiciales y en la práctica de la tortura y la detención-desaparición forzada de 43 normalistas, lo que configuran crímenes contra la humanidad sancionados por el Estatuto de Roma, del que México es signatario desde 2005, por lo que dichos actos caen bajo la competencia de la Corte Penal Internacional (ONU, 1998).

La fuerza de la efervescencia social y de la solidaridad internacional a raíz de la masacre de Iguala ya ha rebasado los acontecimientos tanto de 1968 como de 1994 en México. Ni el histórico movimiento estudiantil de los sesenta ni el gran levantamiento indígena de los noventa lograron en tan poco tiempo un vuelco tan fuerte en la conciencia y el empoderamiento social. Los nuevos tiempos de madurez ciudadana, comunicación digital y desmoronamiento imperial han facilitado el surgimiento de un movimiento nacional cuya flama difícilmente podrá ser apagada en el corto plazo.

El mundo recuerda estos días que hace 30 años la ciudad de Bhopal, en la región central de India y con un millón de habitantes, fue cubierta por una nube tóxica que causó más de 20 mil muertes y centenas de miles severamente afectados en su salud. Todo sucedió como a la una de la madrugada del 3 de diciembre de 1984, cuando la población dormía. La nube tóxica estaba compuesta por 42 mil kilos de una sustancia química, el isocianato de metilo, que se escapó de una fábrica de plaguicidas de la trasnacional estadunidense Union Carbide. Aunque las autoridades habían asegurado que la fábrica era segura, se comprobó que no contaba con el personal técnico para efrentar emergencias, había corrosión de materiales y equipos, los sistemas de alerta eran insuficientes y no funcionaban adecuadamente.Todo ello facilitó la fuga de esos miles de kilos que, al entrar en contacto con el aire atmosférico, formaron diferentes compuestos gaseosos también muy tóxicos.

Les hemos perdido respeto. Han dado pruebas de incompetencia, irresponsabilidad e inmoralidad. Pero sería un error considerar que todo es ceguera y torpeza en sus actos.

La fortaleza macroeconómica está flaqueando notoriamente. La inflación es mayor al rango superior establecido por la política monetaria, el peso se está depreciando de modo significativo, la deuda pública se incrementa, los ingresos del gobierno resentirán la severa caída del precio del petróleo. El gasto de consumo e inversión están en niveles muy bajos, la creación de empleo no satisface la oferta del mercado de trabajo, la informalidad persiste. Habrá una presión adicional sobre los precios por el reciente aumento de la gasolina y por la vía de los bienes y servicios importados.

Rara vez nos enteramos, porque la rendición de cuentas de las autoridades es raquítica, pero se conoce que los cuerpos policiales mexicanos en sus distintos niveles y denominaciones se la pasan recibiendo talleres, capacitaciones, asesorías y entrenamientos por especialistas de diversos países colonialistas, como Estados Unidos, Francia o Israel; hace poco un alto mando extranjero fungió como asesor de nuestras policías, fichado en esa peña de contrainsurgencia en que se ha convertido Colombia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario