“El corrupto es aquel que cree que es diferente, que tiene menos obligaciones y más derechos, por tener vínculos, por tener dinero, por tener posición, cuando en los sistemas democráticos el corrupto es la excepción", indicó el profesor e investigador.
(Foto: Karina Maciel)
En el combate a la corrupción, lo que está en juego es la democracia; cuando se decide transitar al sistema democrático, la regla básica es que todos somos iguales frente al Estado, señaló Max Kaiser, profesor e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México y autor de El combate a la corrupción, la gran tarea pendiente en México.
En entrevista para Aristegui CNN, dijo que “el corrupto es aquel que cree que es diferente, que tiene menos obligaciones y más derechos, por tener vínculos, por tener dinero, por tener posición, cuando en los sistemas democráticos el corrupto es la excepción y hay un sistema adaptado y adecuado, completo y complejo para identificar las situaciones de aquellos que provocan la corrupción”
“El sistema funciona porque lo extrae y la democracia sigue siendo aquel sistema que ve por el bien de todos y aquellos que se sienten con más derechos o menos obligaciones son extraídos del sistema y tienen una consecuencia”, porque “cuando todo el sistema está lleno de este tipo de personas y las estructuras y todo incentiva que esto sea el sistema como tal, está en riesgo”, expuso.
Explicó que la frustración viene de saber que las manifestaciones públicas, las marchas y demás pueden quedar solo en eso, por lo que “si no se pone sobre la mesa una serie de propuestas concretas que le digan a la clase política: ya sabemos cómo le hacen ustedes, nos dan una respuesta mediática y luego todo se queda en lo mismo. Me parece que es un gran momento para hacer un esfuerzo de poner los puntos sobre la mesa, analizar las propuestas que están ahí y poner parámetros claros y concretos de lo que creemos que debe de ser un sistema anticorrupción que de verdad funcione, porque si no lo que está en riesgo no es más que la democracia en su conjunto, la legitimidad de la democracia como tal”.
Respecto a las próximas reformas en esta materia, dijo que preocupa mucho que el órgano líder sea un “Sistema de Integridad Pública”, al que ya le quitaron el tema de corrupción, y el órgano que va a dirigir este sistema es un consejo nacional presidido por el presidente de la República, el cual va a ser una junta de personajes políticos que van a platicar de política sobre el tema, apuntó Kaiser.
Agregó que “suena a que otra vez estamos en este debate de que el problema de la corrupción es un problema de integridad moral, hay que perseguir a los inmorales y entonces si sacamos a los inmorales del sistema ya resolvimos el problema como si no fuera un problema de estructuras, incentivos, normas, procesos, un problema mucho más complejo que simplemente buscar a los inmorales y sacarlos de del sistema”.
Hay un Tribunal de cuentas que se crea en esta reforma constitucional, que será el órgano encargado de sancionar. El problema es que no creemos que sea suficiente un órgano encargado de sancionar; nos parece que es un sistema muy pobre en el sentido de lo que puede llegar al Tribunal de cuentas, comentó el investigador.
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