“La sociedad actual es el exponente máximo de un sistema patriarcal que sustenta su vigencia y su poder con violencia, y la violencia está centrada en los cuerpos, en la autoestima de la mujer”
Graciela Dora Jofré*
Buenos
Aires, 09 dic. 14. AmecoPress/DGF.- El Siglo XXI y su globalización
está marcado en el cuerpo de millones de niñas, mujeres, niños y
adolescentes explotados, comercializados sexualmente como objetos de
consumo, torturados , arrastrados a vidas de tragedia y a muerte en
vida reviviendo la esclavitud humana pero con mayor sofisticación ;
perversa en sus métodos de promulgación, propagación y expansión.
La
sociedad actual es el exponente máximo de un sistema patriarcal que
sustenta su vigencia y su poder con violencia, y la violencia está
centrada en los cuerpos, en la autoestima de la mujer.
La
desvalorización de la figura humana femenina , estigmatizándola,
vendiéndola como “carne fresca” , cuestionando su rol maternal y de
cuidado de los hijos, amordazando sus ansias de cambio en un mundo
globalizado extremadamente cruel, deshumanizado , ávido de consumo,
violento in extremis, perdido en sus disvalores, en su ausencia de
sentido . El “eterno retorno” de un hombre que en una desquiciada
carrera ha olvidado el “para que”.
Las mujeres y
muy especialmente el movimiento ideológico que las convoca , “el
feminismo” , es cuestionado con virulencia porque evidencia la llaga
existencial humana que tiene sus víctimas propiciatorias no solo
mujeres sino aquellos que debe cuidar como madre : niñas, niños y
adolescentes.
Sociedad
patriarcal cuyo poder es autoritario y sobrevive por la violencia
.Violencia física, sexual, verbal y psicológica ejercida hacia toda
mujer que cuide con coraje a sus hijos del maltrato de sus parejas ,
que propenda a hacer efectivos los derechos humanos de otras mujeres y
niños al trato tierno, amoroso , cuidadoso ; que alce su voz contra la
explotación sexual de su cuerpo , de su libertad de decidir y elegir ;
que enfrente los siniestros designios hacia donde se pretende llevar al
ser humano . Cada mujer que abraza esta causa contraria al sistema
patriarcal imperante es para este una enemiga.
La violencia de género no es solo una realidad aplicable al ámbito privado es también una impronta de actuación pública.
Silenciando, aislando, hasta las formas más crueles y en la zona de mayor vulnerabilidad femenina, su cuerpo y su sexualidad.
Nuestra
historia nacional argentina tiene miles de ejemplos en las victimas
femeninas de la represión cruenta del proceso militar, violadas,
torturadas, despojadas de sus hijos, muertas.
Historia que en ondas expansivas se repite diariamente en nuestro presente aquí y en otras naciones del mundo.
El cuerpo femenino, territorio de atropello con los actos mas devastadores
Se ataca la
zona sensible y frágil de la mujer, su cuerpo porque hay un espacio
infranqueable para la sociedad patriarcal: su espíritu de coraje cuando
se conecta con lo mejor de sí y toca su zona de mayor sensibilidad, la
defensa de hijos propios o ajenos. Es una realidad evidente que la
causa de los niños convoca mayoritariamente a mujeres y varones
antipatriarcales y sensibles a la causa feminista.
Es indispensable hacer visible lo que se pretende invisibilizar, la violencia contra la mujer es la violencia contra los niños.
La pedofilia,
la trata avanzan enmascaradas y promovidas en este siglo cosificante de
los cuerpos femeninos e infantiles .Millones de mercenarios sustentan
con sus actos cómplices la impunidad de los agresores de mujeres y
niños, abusadores sexuales , pedófilos, proxenetas, violadores,
asesinos, torturadores de cuerpos y espíritus humanos vulnerables.
Mercenarios, porque tras todo hay negocio mercantil y poder.
Desde este mi
lugar como jueza, desde este ínfimo lugar en un universo cruel intento
cada día dar un paso mas en este camino trazado por el coraje de otras
mujeres por la causa de los niños. Derecho humano a una infancia con
esperanza, con ternura, el derecho humano al amor que tiene todo niño
al nacer.
En esta
galaxia somos muchas pequeñas y aisladas estrellas tratando de iluminar
la gran oscuridad del poder patriarcal que asola el mundo humano.
“Como es arriba es abajo” Miles de pequeñas estrellas que van acercándose unas a otras…
(*) Jueza de Paz, Letrada de Villa Gesell – Argentina.
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