Por: Teresa Ulloa Ziáurriz*
Se acaba de conmemorar el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, uno de los días más importantes del año y resultado de la lucha del movimiento feminista y amplio de mujeres.
Y así, dentro de la campaña internacional de los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres, amanecemos con noticias tan graves como la del feminicidio de Erika, Liliana e Isabel.
En el día 14 –de los16 días de activismo- vemos estos casos de extrema violencia ocurridos en Michoacán y el Estado de México, y que parecen obra de escuadrones de la muerte.
Mujeres como tú, como yo
Liliana Morales Flores, de 12 años de edad, desapareció el pasado 24 de noviembre en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México.
Salió de la escuela con 2 amigos y fue interceptada por una camioneta de la cual descendieron 2 sujetos desconocidos que se la llevaron.
Pasaron ocho días después de su desaparición y Liliana fue encontrada asesinada, en la zona oriente de Tultitlán, municipio aledaño a Cuautitlán Izcalli.
Erika Kassandra Bravo Caro desapareció el 3 de diciembre y fue encontrada el sábado 6 del mismo mes en Uruapan, Michoacán.
Salió a trabajar. Era enfermera. Iba a cuidar a unos bebés pero nunca llegó.
De tan solo 19 años, Erika fue asesinada de una forma indescriptiblemente violenta. Fue asesina por ser mujer.
Fue encontrada a la orilla de una carretera, con el rostro desollado y lesiones de arma blanca en el pecho, además tenía huellas de violación y maltrato.
Isabel Jiménez López, de 30 años de edad, fue asesinada por su pareja el pasado 6 de diciembre. Él la golpeó al interior de su domicilio ubicado en Ecatepec, Estado de México. Ella salió corriendo y él la persiguió hasta matarla propinándole cinco puñaladas en tórax y abdomen.
Liliana, Erika e Isabel, eran mujeres que estudiaban, trabajaban y se enamoraban.
¿Por qué tenían que morir? Y además ¿por qué tenían que morir de una forma tan violenta? Porque es claro que en estos tres casos se muestra la saña con las que las mataron. Las mataron por ser mujeres y aquí el Estado tiene toda la responsabilidad. Es responsable por no garantizar un entorno seguro para ellas, por no actuar con la debida diligencia y garantizar a todas y todos sus ciudadanos la garantía de la no-repetición.
Y aquí es importante resaltar la negativa del gobierno de decretar la Alerta de Violencia de Género en lugares con alta incidencia en casos de feminicidio, como el Estado de México o Morelos.
A partir de la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la sociedad civil ha presentado siete solicitudes de alerta de género en las entidades de Oaxaca, Guanajuato, Estado de México, Nuevo León, Hidalgo, Chiapas y Morelos. Guanajuato es la única entidad en donde se conformó un grupo de trabajo para investigar si existe violencia feminicida y con ello determinar la viabilidad de una Alerta de Violencia de Género, pero a la fecha no hay resultados.
¿Cuántas más? ¿Qué falta? ¿Qué tenemos que hacer para detener el feminicidio?
Por eso la importancia de la última campaña “Él por ella” de ONU- Mujeres pues es indispensable que los hombres se unan, y los incluyamos, en detener este flagelo que acaba con la vida de millones de mujeres. Se estima que en México, 7 de cada diez mujeres han sido víctimas de cualquier modalidad o tipo de violencia.
De igual forma, tanto en la trata como en la explotación, es de suma importancia el papel que juegan los hombres para desalentar la demanda de consumo de pornografía, de asistencia a “tables” y de consumo de prostitución.
“Él por Ella”, “Sino tú quién”, “Sino hoy, cuándo”
*Directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, (CATWLAC por sus siglas en inglés).
@CATWLACDIR
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.-
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