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En el gobierno federal se están volviendo expertos en hacer uso
político del despido de sus empleados. Aurelio Nuño, secretario de
Educación ha usado la amenaza de la separación, para que según él,
impulsar su dizque reforma educativa.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, para no
quedarse atrás acaba de anunciar el despido de 15 mil 825 trabajadores
para 2016, lo que dice representará un “ahorro” de 7 mil millones de
pesos.
Sin embargo habrá que reconocer que estas estrategias no han
resultado del todo benéficas para el gobierno, porque lo han expuesto al
ridículo. Por ejemplo, Aurelio Nuño tuvo que dar marcha atrás al
anuncio de despedir a miles de maestros cuando se percató del malestar
generalizado en todo el país contra una evaluación que no tiene ni pies
ni cabeza y le representaría una revuelta política.
Miles de docentes simplemente no se presentaron a la evaluación
porque se percataron que el propósito era sancionarlos y no mejorar su
capacidad de enseñanza.
El señor Nuño se atrevió a vociferar que despediría a aquellos
docentes que no se presentaran a la evaluación, pero nunca tuvo el
cuidado de vigilar que los citatorios respetaran la propia ley del
servicio profesional docente. A muchos se les informó verbalmente, por
internet o por terceras personas para acudir al examen. Otros más
recibieron el aviso escrito con apenas tres días de anticipación. Fue
un desaseo generalizado en todo el país y así todavía persistieron todo
tipo de amenazas.
Nunca antes se había visto que elementos del ejército, la marina,
policías federales y estatales formaran parte del equipo de
“convencimiento” para que los maestros se presentaran a la evaluación. A
pesar de no existir un pronunciamiento del Congreso Federal, los
derechos humanos de los maestros de manifestación, de expresión, de
circulación y de protesta están anulados. Se les trata como mexicanos de
segunda, peor que si fueran delincuentes.
Hubo lugares en que estas fuerzas gubernamentales se enfrentaron a
golpes y garrotazos contra aquellos maestros que protestaban por estar
contra la reforma educativa. Algunos tuvieron que sufrir
encarcelamientos por horas por su actitud de protesta.
La detención de los cuatro maestros de la CNTE en Oaxaca es una claro
signo de un gobierno que prefiere el uso de la fuerza desmedida al
dialogo.
Estos hechos se dan a la par con el anuncio de miles de despedidos
por parte del secretario de Hacienda para el próximo año. Para ellos
representa “un ahorro” pero para los afectados la peor de las tragedias,
porque pierden un empleo estable.
Sin embargo es de desconfiar estas medidas gubernamentales de
supuesta austeridad. Lo que ha ocurrido en medidas similares es que
posteriormente las operaciones que tiene que realizar el gobierno las
hacen por medio de empresas privadas, esas que llaman subcontratistas u
outsourcing. Así nadie se da cuenta de estos negocios que pululan por
todos lados.
Dice el gobierno que estos despidos son para ahorrar pero en realidad
pretenden beneficiar los intereses de amigos que tienen sus empresas
contratadoras de personal, eso sí con bajos salarios y extensas jornadas
de trabajo.
Gobierno delgado y empresas que se regocijan en el lucro con la mentira gubernamental.
Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx Twitter: @Manuel_FuentesM
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