4/03/2016

Incidencia pública e impacto social de las OSC



Miguel Concha
La Jornada
Por muchos años, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han promovido el desarrollo social, atienden problemáticas específicas de un grupo o localidad y defienden los derechos humanos. Reconocen, sin embargo, que buena parte del trabajo que realizan es poco visible; regularmente se pierde o no se sistematiza, pues la mayoría no lo documenta y no aprovecha los conocimientos producidos en sus buenas prácticas. Con esta afirmación se introduce el resultado de la investigación La coinversión social, factor relevante en el impacto social y la incidencia pública de las Organizaciones de la Sociedad Civil, recientemente publicada por la organización DECA, Equipo Pueblo, AC, con la intención de mostrar y relevar los aportes de las OSC en torno a una multiplicidad de ámbitos y temas urgentes.
Nos recuerda, en ella, la vigencia del debate entre actores políticos y sociales sobre la pertinencia de reconocer, apoyar y fomentar a las OSC en nuestro país, aun cuando ya son reconocidas por su interés en lo público y contar con un marco normativo e institucional para sostener su trabajo y favorecer su participación. La investigación de Equipo Pueblo se planteó dialogar con OSC de cinco regiones de México acerca del impacto social que han conseguido en el contexto del Programa de Coinversión Social (PCS), del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), ya que hay mucha evidencia, no difundida, de los beneficios, resultados y cambios que las OSC logran progresivamente con sus iniciativas. Si bien cada entidad tiene progresos y dificultades particulares, en general los proyectos operados por las OSC muestran resultados tangibles e impacto social en las dimensiones analizadas: impacto social, directo e indirecto en el entorno comunitario y en procesos de incidencia en las políticas públicas.
En la dimensión cultural, las OSC identificaron los cambios de actitud, conducta o conciencia que sus proyectos generan entre la población y su entorno, no sólo familiar, sino también comunitario, incluyendo a las autoridades locales. En los ejemplos ofrecidos hay un reconocimiento del significado de los apoyos del PCS, aunque también explicaron que los factores que influyen o determinan un proceso o un buen resultado son diversos, de manera que los recursos del Indesol en algunos casos son complementarios, en otros definitivos, o simplemente el punto de partida de un proceso de transformación. Sin duda, hay otros factores que influyen, como la trayectoria, experiencia y compromiso de las organizaciones, que por lo regular van acompañados de un reconocimiento público y/o de las instancias de gobierno que están cercanas a la problemática o sector con los que trabajan.
Las OSC en general consideran que sus proyectos alcanzan impactos de largo aliento. Entre ellos la generación o fortalecimiento de capacidades del grupo o comunidad; mejoras en las condiciones de vida del grupo o sector atendido; concientización y/o sensibilización sobre determinados problemas; participación en procesos colectivos, alianzas con organizaciones afines para la incidencia pública y formalización de redes; procesos de desarrollo local, e impulso de iniciativas para influir en políticas públicas relacionadas con los problemas o grupos de población con que trabajan. En el marco de un proyecto, o como un efecto posterior a su desarrollo, identificaron experiencias de gestión para la incidencia en la legislación y políticas públicas dirigidas a grupos de población determinados, por lo regular precedidas de experiencias de cabildeo en años anteriores con el Legislativo y el Ejecutivo, para posicionar algún tema de su ámbito de actuación. También es común en esas iniciativas el respaldo o fortaleza que significa ser parte de una red de OSC.
Si bien las OSC reconocen la importancia del apoyo del Indesol en sus procesos, identificaron también las dificultades y desafíos para que las acciones de fomento sean más efectivas y favorezcan su impacto social. Una limitante es el monto asignado a cada proyecto, con una cobertura insuficiente y lejana a las demandas de las OSC del país, a lo que habría que añadir los retrasos en la entrega de los fondos, y aunque no es responsabilidad del Indesol, en algunas entidades se genera por ello entre las organizaciones una competencia que las lleva a la división por los recursos. Otra dificultad es la temporalidad de los proyectos aprobados por el PCS, pues regularmente se deben operar en seis meses o menos, por lo que no es viable conseguir el impacto social que el Indesol coloca como horizonte.
En ánimo constructivo, y considerando que las políticas de fomento para las OSC son fundamentales para que sigan siendo actoras de interés público con impacto social, se hicieron recomendaciones de distinto alcance. Que el conjunto de los programas sociales que implementa el gobierno federal tenga un vínculo mayor con las OSC, que al final son las que trabajan en los temas relacionados con la política social, lo que potenciaría su impacto, las fortalecería y le daría una vuelta de timón a los apoyos con recursos públicos.
Que se consideren proyectos con mayor tiempo para su implementación (dos a tres años), se rediseñen con las participación de las OSC los indicadores de impacto social y se contribuya para que el tema fiscal y de comprobación de gastos se flexibilice y no sólo tome en cuenta la naturaleza no lucrativa de las organizaciones, sino también a las comunidades donde operan los proyectos. Se sugiere igualmente que el Indesol se muestre como una sola institución y trabaje de forma coordinada para dar seguimiento y apoyo a todas las OSC del país. Si se retoman esas recomendaciones, el PCS podría convertirse en el bastión principal de la política de fomento de las organizaciones de la sociedad civil.

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