7/19/2009

¿PODRÁ EL EJERCITO FRENAR LA REBELIÓN SOTERRADA DE LA MISERIA?



Pedro Echeverría V.

1. Pareciera que el líder de la nueva revuelta o revolución en México será el hambre. Las izquierdas otra vez estarán al margen por su debilidad política. Ya somos 108 millones de habitantes y la mitad de éstos viven en abierta pobreza, miseria y hambre. Hoy se publica que la pobreza en el país ha aumentado en lo que va del sexenio de Felipe Calderón. Con un ingreso mensual de mil 900 pesos en el área urbana y de mil 282 pesos en la rural, la mitad de la población estuvo el año pasado imposibilitada para cubrir sus necesidades básicas (educación, salud, alimentación, transporte). El número de mexicanos en pobreza patrimonial pasó de 46.1 millones a 50.6 millones entre 2006 y 2008, reveló el organismo oficial Coneval. El promedio: tres dólares al día.

2. ¿Pueden acaso empresarios como Slim, Azcárraga o Hernández, así como políticos como Calderón, los jueces de la corte o los del IFE -con ingresos multimillonarios- atender en el reporte difundido ayer que señala que “en 2008 19.5 millones de los mexicanos (18.2 por ciento) estaban en pobreza alimentaria porque “sus ingresos mensuales per cápita, menores a 949 pesos en el área urbana y de 707 en la rural, les impidieron adquirir una mínima canasta alimentaria, aún si destinaran todas sus entradas a ese fin (y que de) esos mexicanos, 7.2 millones estaban en zonas urbanas y 12.2 millones en las rurales y que en estas últimas la pobreza alimentaria afectaba a 31.8 por ciento de los habitantes”? Los números duros son para ellos simples cifras.

3. Pero Calderón no es tonto como muchos piensan. Además de recibir armas, helicópteros y dólares de los EEUU por el Plan México y de tener ocupado el país con decenas de miles de soldados del ejército, acaba de enviar a otros seis mil militares a Michoacán para tener ocupado ese estado que puede ser el centro de una rebelión indígena, campesina y popular. Sus asesores yanquis parecen estar organizándole un plan estratégico de ocupación. ¿Creen acaso que Calderón se va a entretener pensando en que la situación económica del país empeora, en que el desempleo hoy es el más grande de los últimos 25 años o en que el ingreso promedio del país no alcanza para comprar siquiera la mitad de la canasta básica mínima de alimentos?

4. Desde que Calderón tomó posesión en diciembre de 2006 y vio que las protestas masivas lo acosaban por todos lados, entendió por medio de sus asesores que la única fuerza que le dará permanencia en el poder era el ejército y la policía; que si no obtenía el respeto por la fuerza de los militares no la tendría por ningún lado. Entonces adoptó aquella frase de los tiranos: “prefiero que me odien con tal de que me teman”. Desde entonces todos sus discursos –que obviamente son públicos- son amenazantes, son retadores y autoritarios. Sólo habría que adivinar la violencia con las que impone sus órdenes privadas. ¿Podría recordarse a Díaz con aquello de “mátalos en caliente”? La realidad es que Calderón no esconde sus malévolas intenciones. ¿No queremos verlas?

5. Ante la terrible situación de inestabilidad que vive el país en México no podrá haber un golpe de Estado como el que EEUU preparó sigilosamente en Honduras. El golpe se dio en 2006 por medio del fraude electoral y se ha consolidado con el ejército de ocupación que con el pretexto del combate contra el narcotráfico va fijando los focos rojos para evitar una revolución de la miseria y el hambre. Calderón es una garantía para el Banco Mundial y el FMI, por no decir para el gobierno estadounidense. ¿Para qué otro golpe de Estado si los gobiernos yanquis nunca habían tenido mayor apoyo que en estos tiempos de gobiernos panistas en los que varios millones de trabajadores mexicanos cruzan las fronteras para ser explotados en los campos agrícolas gringos?

6. La pérdida de empleos en México se agravaría aún más el próximo año, incluso si el país sale de la recesión, dijo este viernes el jefe de la OCDE en el país. Atraviesa actualmente su peor recesión económica desde 1995 por la desaceleración en Estados Unidos, su principal socio comercial, y por el brote de influenza H1N1 que afectó las actividades productivas del país en mayo. Según OCDE la economía de México se perfila a desplomarse este año hasta un 8.0%, aunque el Gobierno pronostica una contracción del 5.5%. Es una de las más profundas en décadas, se perderían unos 700,000 empleos, según el banco central, pero la situación no se calmaría en 2010, cuando la OCDE proyecta una expansión económica para México del 2.8%.

7. Los únicos que podrían tratar de componer esta situación son los priístas que barrieron a la derecha panista y la centroizquierda perredista. Ellos podrían obligar a Calderón a retirar al ejército de las calles y a realizar algunas reformas que impidan que la situación del país siga desplomándose. Derrotados el PAN y el PRD sólo han visto sus conflictos internos y no tienen cabeza para pensar en la gravedad de los problemas del país. Sin embargo el PRI, no debe olvidarse, es parte de la derecha que ha dominado al país y difícilmente pueda soltar ataduras. Pareciera que las corrientes de Beltrones y de Paredes presionan para que Calderón le baje a su orgullosa posición retadora. De todas maneras la consigna de ¡Regreso del ejército a sus cuarteles! Parece correcta.

8. Estamos cada vez más cerca de la cábala de las revoluciones en México. 2010 no deja de ser una esperanza para quienes las han perdido casi todas. Cuando los obreros vallejistas en 1958/59 vivían sus huelgas ferrocarrileras sentían que la revolución de los trabajadores estaba cerca; cuando en 1968 protestábamos en los mercados, los barrios y por Reforma, creímos que los estudiantes éramos la vanguardia de las luchas del pueblo. Pensamos lo mismo en 1994 cuando aquel primer día del año vimos en San Cristóbal la gran rebelión indígena. Si no viviéramos con esas esperanzas otras seguramente nos siguieran conservando con vida. ¿Son ilusas las esperanzas porque no representan realidades? Mi realidad la encuentro hoy en la terrible situación económica del país y de sus trabajadores. ¿Podremos convertir esa esperanza revolucionaria en realidad?

pedroe@cablered.net.mx

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