10/30/2011

Las muchas realidades


Sara Sefchovich

Hace un par de semanas, el escritor Paco Ignacio Taibo II habló en una entrevista de su participación en una serie televisiva sobre historia de México y aseguró que en ella lo que se cuenta no es lo que dicen los libros oficiales sino “la verdad”, la cual, en su opinión, “ya es hora que se sepa”.

Con esto se refería a que había que mostrar de otro modo a los héroes, a Hidalgo y Morelos, a Villa y Zapata, a Madero. Y también incorporar a la narrativa de nuestra historia momentos y personajes de los que no se habla, sea por omisión, por conveniencia o por llano olvido.

Sin duda eso es importante. Pero al pasar la página del mismo diario que traía la entrevista, me topé con esta historia: María Marisol Ortiz Hernández, treintañera, aparentemente procedente de Honduras, llegó a principios del mes de octubre a la Casa del Migrante San Juan Diego en la colonia Lechería, con su hijo de casi un año de edad.

Semana y media después, el cadáver de ella fue localizado en una zanja en la zona de las vías del tren y se desconoce el paradero del bebé, que según el sacerdote que dirige el lugar, lloraba mucho, quizá, digo yo, porque estaba enfermo, quizá porque tenía hambre, quién sabe. Lo que sí se sabe es que la madre no tenía ni un centavo, pues pidió ayuda económica y se conformó con recibir 100 pesos que sirven de muy poco cuando se tiene algo y de mucho cuando no se tiene nada.

El contraste de las dos notas me pegó fuerte. Estaban frente a frente el México que quiere reconsiderar y revisar la versión de su pasado y el México que no puede con su presente.

Ese mismo día había yo recibido dos correos electrónicos, en uno se me invitaba a participar en un gran evento para presentar un libro que analiza al México actual y en el otro una lectora, a quien no conozco, me relataba lo siguiente:

“Vivo en la parte de atrás de un mercado, no hay día que no venga la gente a tirar la basura, muebles, cascajo. En la banqueta de mi casa no hay día que no vengan los perros a defecar. Por el día hay personas que en la esquina venden droga y ni qué decir por la noche. Va usted a hacer algún trámite a la delegación, no le dan bien la información de los papeles que debe llevar, o la cantidad de copias, o dónde debe hacer su trámite. Disculpe la grosería pero creo que la gran mayoría somos una mierda, a las personas mayores no se les respeta, soy fatalista y no creo que los ‘buenos’ puedan arreglar a nuestro país, una gran mayoría somos apáticos, o no confiamos ya en nada y no creemos en nadie”.

De nuevo el contraste de los dos correos me pegó fuerte. Estaban frente a frente el México que quiere hacer propuestas para el futuro y el México que no puede con su presente.

Nuestro país es, sin duda, complejo y contradictorio y nuestra realidad no es una sino muchas: incluye por igual a los estudiosos que a los desamparados; a los jóvenes que ganan medallas en los Panamericanos corriendo, saltando, nadando y practicando artes marciales que a los muchachos que se enredan con el narco; a los ricos con sus fiestas y paseos, que a quienes año tras año tienen el agua a media pierna metida en sus pobres casas en Tabasco; a los que autorizan aumentar el presupuesto para institutos electorales y tribunales, consejos y comisiones de todo tipo y se asignan a sí mismos bonos, que a los que se lo rebajan a las universidades públicas y a los programas sociales; a los que sólo piensan en la próxima elección y qué sacar de ella y a los que militan a favor del respeto a los derechos humanos para todos; a los que hacen programas de televisión para dar otra versión de la historia o para discutir sobre México, que a los asesinados por cualquier motivo en cualquier esquina.

Estoy convencida de que las investigaciones, las revisiones de la historia, los análisis y propuestas, los libros y debates inciden en modificar la realidad que daña y lastima a tantos. Sólo que es desesperante ver la lentitud con que eso sucede, la dificultad para lograr los cambios y, mientras tanto, el enorme sufrimiento y dolor.

¿Dónde está el bebé de Marisol?
sarasef@prodigy.net.mxwww.sarasefchovich.com
Escritora e investigadora en la UNAM

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