Enrique Peña Nieto no ha encontrado la
manera de superar con inteligencia política las crecientes y cada vez
más desbordadas manifestaciones juveniles de rechazo a su candidatura.
Al contrario, tal como sucedió el famoso Viernes Negro de la Universidad
Iberoamericana, el peñanietismo se ha asomado con irresponsabilidad
estremecedora a los portales de la violencia contra sus opositores,
organizando grupos de parapriísmo, siempre con el apoyo de gobernadores
locales pertenecientes al partido de tres colores y asumiendo cada vez
de manera más abierta una suerte de reivindicación orgullosa de las
glorias históricas del porrismo y los Halcones.
Una muestra peligrosísima de ese jugar con fuego que en su ignorancia
e insensibilidad políticas practican mandos privilegiados del ente
volátil llamado peñanietismo se produjo la semana pasada en el estadio
Azteca, cuando miles de jóvenes (un cálculo generalizado hablaba de 16
mil) fueron llevados en 400 camiones a un partido de poco atractivo
entre las selecciones nacionales de futbol de México y Guyana.
Provenientes en su mayoría de los estados de México y de Hidalgo (de
donde provienen abundantes y sabidos apoyos a la campaña de Peña Nieto,
con cuadros activos como el gobernador Eruviel Ávila y los ex
gobernadores Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam), los
jóvenes fueron llevados para contrarrestar activamente la anunciada
pretensión de algunos segmentos del movimiento 132 de corear durante el
encuentro deportivo consignas contra el abanderado presidencial priísta,
movidos por el desahogo masivo en sí pero, sobre todo, por la obligada
resonancia que esos gritos tendrían en las transmisiones televisivas del
caso.
The Guardian hizo el involuntario favor de desplazar del
escenario la torpe e increíble provocación priísta del estadio Azteca.
Concentrada en los pormenores de la retomada denuncia sobre las
relaciones comerciales entre Televisa y el entonces gobernador Peña
Nieto, la atención pública ya no pudo analizar los detalles de esa
demostración priísta de que hay jefes dispuestos a activar a miles de
jóvenes para arrojarlos en contra de otros que se oponen a Peña Nieto.
Lo sucedido en ese partido de futbol quedó en enfrentamientos físicos
menores y no generalizados y en un sostenido ambiente de crispación,
pero es evidente que los priístas iban decididos a avanzar en el plano
de la violencia política hasta donde fuera necesario.
En las calles, y justamente en contra de esa competencia marcadamente
inequitativa y de las evidencias de que se preparan maniobras
electorales y mediáticas para imponer a Peña Nieto, se desarrolla una
protesta pública que adopta formas no sólo imaginativas sino, con
frecuencia, fuera de control (porque así es la dinámica de esa
movilización juvenil: sin dirigentes consolidados, con una gran dosis de
improvisación y audacia). En ese trayecto político tan poroso e
impreciso es natural, una obligación en automático de los órganos
gubernamentales de espionaje y de los grupos de poder que tratan de
sustituir e incluso de retar al Estado, el envío de informantes e
infiltrados que en determinado momento pueden servir de provocadores.
En ese panorama peligroso se ha visto el esquema claro de los
grupos de parapriísmo en Córdoba, Veracruz; Saltillo, Coahuila, y la
ciudad de Colima, donde jóvenes opositores a EPN fueron abiertamente
agredidos. Luego vino aquella colocación de una Suburban oscura
en Querétaro como señuelo para que jóvenes arremetieran físicamente
contra ese vehículo mientras las cámaras grababan lo que luego sería
exhibido en noticieros aliados como muestra de la violencia estudiantil.
Hasta llegar al episodio de ayer, cuando manos juveniles llegaron a
golpear los vidrios blindados de la camioneta en que viajaba Peña Nieto
en alguno de los desplazamientos que tuvo en Tepeaca, Puebla.
La violencia política es un recurso desesperado en procesos políticos
que desde poderes constituidos se ven perdidos, pero también puede ser
una expresión social irresponsable (genuina o sembrada) que por expresar
duro rechazo a una opción partidista podría acabar dañando a las que sí
le parecen aceptables. El movimiento 132, en sus distintas variantes,
debería analizar a fondo lo que hoy está sucediendo con esas protestas y
precisar los límites del activismo espontáneo y los riesgos de las
provocaciones armadas, de tal manera que no se abra la puerta a los
demonios que, de por sí, bastante sueltos y alebrestados andan.
En otro asunto (que es el mismo): el pasado viernes 8, a las 10 de la
noche con 3 minutos, quedó formalmente registrada en Miahuatlán de
Porfirio Díaz, Oaxaca, una
eventualidad considerada como relevante: la detección de 6 mil 319 boletas electorales
sobrantesa causa de lo que los funcionarios y representantes partidistas atribuyeron a
un evidente error de impresión de Talleres Gráficos.
Las boletas, que habrían servido para votar por presidente de la
República, senadores y diputado federal del distrito electoral 10,
llevan una numeración de folios que no permite suponer que su aparición
se hubiese debido a problemas o descuidos al inicio o al corte de cada
serie de impresiones. La constancia oficial de todo lo allí sucedido
está en www.astillero.tv, donde se
pueden ver al detalle el número de boletas sobrantes que habrían sido
enviadas a cada uno de los 56 municipios del distrito, con los
respectivos números de folios. Esas boletas sobrantes, según se asienta
en los documentos en mención, fueron inutilizadas
mediante dos líneas diagonales, posteriormente se depositaron en una caja que debidamente se selló y se firmó. Y todos felices. Pero, ¿cuántas boletas
sobrantesfueron impresas por los
Talleres Gráficos? ¿El IFE dará una explicación pública convincente de lo que ha sucedido con esas miles de impresiones que abonan la fundada sospecha de que hay operaciones de fraude electoral en curso? ¿Habrá una justificación técnica de esa generación de excedentes que fueron insertos entre las boletas válidas? ¡Hasta mañana!
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Facebook: Julio Astillero
e los tres secretarios de Hacienda que han desfilado por
el gabinete de Calderón –Carstens, Cordero y José Antonio Meade– el más
serio es Meade. Aquel resbalón del catarrito marcó el desempeño del hoy
gobernador del Banco de México. Cordero es un humorista involuntario,
dejó para el anecdotario su declaración de que una familia puede vivir
en la frontera de la opulencia con 6 mil pesos al mes. Ya como aspirante
presidencial confirmó su bien ganada fama de comediante cuando se hizo
bolas y llamó a su jefe
Vicente Calderón. En cambio, siendo un hombre muy joven, Meade ha seguido una línea de formalidad y seriedad. Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con sus ideas, pero ha ganado respeto. Calderón parece dispuesto a quemarlo.
Siguiendo los pasos de Fox
Fue un mal lance meterlo a la campaña para que rebatiera
los cálculos de López Obrador respecto del ahorro que se podría
conseguir restando del presupuesto el costo de la corrupción y los altos
salarios y prebendas de la elite burocrática, cuando todavía le falta a
Meade negociar el presupuesto del año siguiente y tal vez se ha ganado
la animadversión de tres partidos políticos, que luego le pasarán la
factura. ¿Cuál es el juego de Calderón? Ayudar a Josefina, obviamente
no. Tiene información de que está perdida y sigue cayendo cada día que
transcurre. Curiosamente a quien está auxiliando es a Peña Nieto, mas no
involuntariamente. No lo ha cuestionado, por ejemplo, por el explosivo
expediente de Yarrrington, Moreira o Eugenio Hernández. En cambio, sí
utiliza a su secretario de Hacienda como ariete contra el candidato de
la izquierda. ¿Qué sentido tiene ponerle piedras en el camino al número
dos? Es que algunas encuestas ya colocan a López Obrador muy cerca de
Peña Nieto; incluso dicen que lo rebasó por estrecho margen. Al parecer,
lo mismo que Fox, está trabajando para Peña Nieto. Y Josefina ahí que
siga en lo patético: haciendo rounds de sombra.
Walmartgate
En las mediciones sobre corrupción hechas por
Transparencia Internacional –no confundirla con Transparencia Mexicana,
que cobra servicios a su clientela, en la que figuran dependencias
gubernamentales–, el gobierno mexicano nunca ha sacado una calificación
aprobatoria. Comenzó a dar seguimiento a nuestro país en el último tramo
del zedillismo y lo ha seguido haciendo en los dos sexenios panistas; y
nunca jamás le ha dado una calificación superior a 3 puntos y fracción.
La escala es de 10 a 0, y el 10 es para los países no corruptos del
mundo. No sería extraño que cuando Transparencia Internacional dé a
conocer sus nuevas calificaciones todavía quite algún punto a México,
dado el escándalo internacional desatado por el Walmargate.
Cada vez que se habla de este asunto en los medios internacionales, y es
casi a diario, se menciona que funcionarios mexicanos recibieron
sobornos de Wal-Mart para facilitarle su expansión. El fondo de
pensiones de los empleados de Nueva York, su afore para decirlo de un
modo que nos resulte familiar, presentó una demanda contra la cadena de
tiendas ante un tribunal del estado de Delaware. Ya son más de 10. El
fondo asegura en su querella que los directivos de Wal-Mart
incumplieron sus obligaciones fiduciariasal no manejar
de forma apropiadalas denuncias
creíblessobre los presuntos sobornos e intentar
encubrirlos hechos. Busca que los ejecutivos los compensen.
Que
no cuadran las cuentas, grita el ciego cuan indecoroso coro de la horda calderonista. Y tiene razón: no cuadran las del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados con las divulgadas el pasado lunes por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, y en ambos casos la referencia es el costo de la nómina federal burocrática. Y tan no cuadran, que la diferencia entre unas y otras es cercana a cuatro tantos. Si se consideran las contenidas en el primero, el ejército burocrático federal es alimentado diariamente con 2 mil 498.63 millones de pesos; si se atienden las del funcionario, ese monto se reduce a 723.29 millones cada 24 horas. Así es: 912 mil millones autorizados por el Legislativo, contra 264 mil del
titular de las finanzas nacionales(así le llaman). Obvia es la cuenta que sí cuadra, pero que el coro no menciona.
Por lo que toca a las cuentas referidas por Andrés Manuel López Obrador en el pasado
debate(ahorro por 300 mil millones de pesos, proveniente de recortes salariales a mandos superiores, y de la austeridad presupuestaria”), los numerólogos del peje equipo no sólo reiteran que es posible, sino que aclaran la situación y la desmenuzan de la siguiente manera:
1. Reducción de 50 por ciento en los sueldos de mandos superiores del
gobierno central (de inquilino de Los Pinos a director de área; excluye
paraestatales y poderes autónomos); de acuerdo con el presupuesto de
egresos de la federación (PEF) 2009 y 2012, las plazas de mando superior
directas u homologadas en la administración pública central (APC) se
incrementaron en 2 mil 147. En 2009 el total de plazas de mando superior
de la APC fue de 49 mil 322, con una nómina anual total de 83 mil 834
millones de pesos. Para 2012, dicho universo aumentó a 51 mil 469
plazas, con una nómina anual de 88 mil 34 millones de pesos. Entonces,
si se redujeran a la mitad las percepciones salariales y prestaciones de
las plazas de mando superior de la APC, es decir en 50 por ciento, el
ahorro total por este concepto sería de 44 mil 17 millones de pesos.
2. Reducción de 50 por ciento en sueldos de mandos superiores de
paraestatales y poderes autónomos. (Pemex, CFE, Legislativo, Judicial,
IMSS e Issste). De manera adicional, en 2009 el costo de los servicios
personales para los organismos paraestatales de control directo y los
poderes autónomos fue de 283 mil 926 millones de pesos y para 2012
ascenderá a 303 mil 132 millones de pesos. A pesar de que no se cuenta
con información detallada del número de plazas de
mando superioren estos órganos del Estado, pero se asume un ahorro de 15 por ciento en el gasto total por concepto de la reducción salarial exclusivamente a mandos superiores, se obtendrían ahorros de 45 mil millones de pesos. Con esta medida, el salario presidencial se reduciría a poco más de 76 mil pesos mensuales, el de los secretarios a 75 mil, el de los diputados a 63 mil 500, el de los senadores a 80 mil y el de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a 166 mil. El ahorro sería de 90 mil millones.
3. Reducción del gasto de operación diferente a sueldos y salarios
(excluye subsidios y aportaciones federales). De acuerdo con el tomo I
del PEF, entre 2009 y 2012 el gasto de operación del gobierno federal se
incrementó cuando menos 12 por ciento en términos reales, mientras la
economía mexicana creció a una tasa promedio de uno por ciento. La
Auditoría Superior de la Federación confirma este comportamiento, al
señalar que durante el ejercicio fiscal 2010 el gasto de operación
(corriente) ejercido superó en 132 mil millones al aprobado por los
diputados. Por lo anterior, un programa de austeridad presupuestaria,
basado en la regla de que
el gasto de operación no pueda crecer más de la mitad que el crecimiento económico proyectado en los Criterios de Política Económicapermitiría alcanzar tres objetivos:
Evitar el sobrejercicio presupuestario respecto a lo aprobado
por la Cámara de Diputados, que durante los últimos tres años ha sido en
promedio de 90 mil millones de pesos anuales; detener el crecimiento
inercial y desproporcionado que se ha observado a lo largo de los
últimos años, y que ha sido de cuando menos 10 por ciento superior al
que debería observarse dado el crecimiento de la economía; en suma, los
ahorros potenciales que se podrían alcanzar serían al menos de 175 mil
millones de pesos. El Programa de Austeridad incluiría las siguientes
medidas: eliminar las erogaciones destinadas al pago de los seguros de
gastos médicos privados; eliminar las erogaciones destinadas al pago del
seguro de separación individualizado, y seguro de vida de los
funcionarios; eliminar la creación de plazas de secretario privado,
secretario técnico, coordinador, asesores o equivalentes; derogar las
pensiones a los ex presidentes de la República y limitar los gastos de
publicidad de los poderes de la unión, los órganos constitucionales
autónomos y demás autoridades federales.
Además, adquisición de bienes y servicios de uso generalizado de
manera consolidada en cada uno de los poderes o entes públicos, para
obtener las mejores condiciones en precio, calidad y oportunidad;
eliminar gastos por concepto de telefonía celular, remodelación de
oficinas, estudios e investigaciones, arrendamiento de vehículos,
aviones, equipo informático y alimentación para mandos medios y
superiores; prohibir la utilización de aeronaves privadas a cargo del
presupuesto. Sólo los servidores públicos de mandos superiores podrán
utilizar aeronaves comerciales, con excepción de aquellos funcionarios
encargados de la seguridad, la atención a desastres naturales, o de la
atención médica; prohibir la adquisición de vehículos oficiales para los
servidores públicos federales.
4. Reducción del gasto corriente en las entidades federativas.
Durante los últimos años, los recursos canalizados a dichas entidades
han registrado un importante incremento; de hecho, en el PEF se
proyectaron asignaciones por un billón de pesos entre participaciones
(Ramo 28) y aportaciones federales (Ramo 33). De la aplicación de estas
medidas salariales y de austeridad se obtendrían ahorros hasta por 50
mil millones. Esta cantidad representa el 5 por ciento de todo el gasto
federalizado. Con todas las disposiciones citadas se ahorran 300 mil
millones de pesos.
Las rebanadas del pastel
Entre las propuestas de Carlos Slim para salvar a la
humanidad de la crisis, destaca la de aumentar impuestos. En el caso
mexicano, ¿quién se llevaría la peor parte? El SAT nos ilustra: 62 por
ciento de los causantes son asalariados, 34 por ciento personas físicas y
apenas 4 por ciento empresas. Entonces, no parece muy equitativa la
fórmula redentora, aunque en este país se practica con singular alegría.
En días recientes han
tenido lugar diversas agresiones y hostigamientos con el telón de fondo
de la contienda electoral en curso. Salvo dos casos gravísimos –el
homicidio del perredista guerrerense Margarito Genchi, candidato al
Congreso de su entidad, y el del simpatizante panista Edgardo Hernández
Corzo, presuntamente asesinado por quien era hasta el momento el
postulado priísta a la alcaldía de Villaflores, Chiapas–, se ha tratado
de episodios menores de violencia en los que bases priístas han golpeado
a detractores y manifestantes –como ha ocurrido en Saltillo, Coahuila;
Córdoba, Veracruz, o el Estadio Azteca, en la capital del país–, con
saldos de unos cuantos heridos leves, o de manotazos sobre los vehículos
de la caravana del candidato presidencial priísta, Enrique Peña Nieto,
como ocurrió en Querétaro, la semana antepasada, y en Tepeaca, Puebla,
ayer.
Amenazan a adultos mayores con privarlos de medicina si no votan por el PRI y PVEM
Deseo denunciar que este
martes 12 de junio de 2012, llamaron dos veces, vía telefónica, a casa
de mis padres, adultos mayores ya, para indicarles que si no votan por
el PRI y el Partido Verde Ecologista no les harán válido el surtido de
sus recetas médicas. Mis padres son derechohabientes del Issste y en los
años recientes allí han tenido el problema de que no les proporcionan
los medicamentos que requieren, con el argumento de que no hay en
existencia. En ocasiones, cansados de la situación, terminan por comprar
sus tratamientos (uno para el control de la presión arterial y otro
para el mal de Parkinson). Verdaderamente es indigno el mal servicio de
salud y que todavía los amenacen y hostiguen para que voten en estos
tiempos electorales por los
partidos de siempre.
Quien diga que la
tendencia del voto evangélico será abrumadora en favor de alguno de los
candidatos desconoce las complejidades y diversidad de la población
protestante en México. Estamos hablando de más o menos 10 por ciento de
los habitantes del país, y posiblemente de entre 5 y 6 por ciento del
total de quienes emitirán su voto en las elecciones presidenciales del
próximo 1º de julio.
Durante el domingo
pasado, aniversario del trágico 10 de junio, se vivieron experiencias
inusitadas en el país. Como en aquel entonces, ríos de jóvenes,
estudiantes la inmensa mayoría, se adueñaron de las avenidas y parques
principales de varias ciudades exigiendo ser escuchados. Desean
participar en las decisiones que marcarán el presente y que los
afectarán de varias y variadas maneras. Como sus antecesores de ese
cruento día de verano, los de ahora también protestaron por las heridas
que, desde las élites del poder, se le causan al cuerpo social y del que
son parte doliente. La jornada dominguera se completó con el debate
entre los candidatos presidenciales. Las audiencias a tan necesario
recurso informativo se contaron por decenas de millones. Pocos, entre
los expectantes ciudadanos, pueden sentirse defraudados por lo que ahí
se dijo a pesar de las notables ausencias de asuntos sustantivos. Los
perfiles de los aspirantes se dibujaron con claridad meridiana. Las
ofertas esgrimidas, y lo que cada uno representa, también quedaron
impresas en las pupilas y los oídos de los mexicanos.
En el congreso de San
Remo (abril de 1920), París se quedó con Siria y Líbano y Londres
permaneció en Palestina (ocupada a partir de 1948 por el enclave
neocolonial llamado
Israel), la Transjordania (donde en 1950 los ingleses inventaron
Jordania), Kuwait (protectorado de Londres desde 1899,
independienteen 1961), e Irak, destruido tras la invasión militar de la
comunidad internacionalen 2003.
Hoy que está a discusión
el papel de los medios en la política, valdría la pena ampliar la
mirada para pasar de inmediato a proponer la regulación de espacio libre
para el imaginario.
El movimiento de los jóvenes
estudiantes y no estudiantes tiene una lucidez envidiable. A través de
su fuerza y rebeldía genuina expresa el rechazo de los tres candidatos
que proponen la continuación y profundización del neoliberalismo. Y que,
dicho sea de paso, han sugerido también el fortalecimiento de los
sistemas represivos del Estado mexicano. El movimiento estudiantil tiene
razón porque ese modelo y el paquete de políticas que lo sustenta está
basado en la desigualdad, la precarización del trabajo y la explotación.
El neoliberalismo ha dejado un legado de pobreza y destrucción que
llevará décadas superar. En materia educativa tenemos un rezago del que
será difícil salir. Mucho han dicho los candidatos del neoliberalismo
sobre la necesidad de impulsar un proyecto educativo, pero no han
hablado sobre el daño que el PRI y el PAN le han causado al país al
restringir la inversión en educación.
La gráfica muestra la evolución del gasto en educación media y
superior durante los últimos 35 años. Los datos provienen de un análisis
del economista Marcos Chávez y están en pesos reales de 2010. El gasto
ha sido dividido entre la población estudiantil media y superior para
reflejar de manera realista lo que los gobiernos federales han ido
invirtiendo en este segmento de la educación.
Si debemos medir la
grandeza de un libro por la imaginación que provoca, Ray Bradbury es
autor de por lo menos dos libros de ese tipo: Crónicas marcianas y sobre todo Fahrenheit 451.
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