Los pasados días 3 y 4 de mayo se
cumplieron 6 años de la represión policial en el pueblo de San Salvador
Atenco, en el Estado de México (México). En 2006, las fuerzas de
seguridad estatales, federales y municipales -más de 2.500 efectivos-
entraron en la comunidad donde se enfrentaron con manifestantes que
protestaban contra el desalojo de unas vendedoras del mercado municipal.
Aquellos hechos, que salpicaron a La Otra Campaña que el EZLN realizaba por entonces[1],
se saldaron con más de 200 detenidos, decenas de heridos y dos civiles
muertos (Javier Cortés de 14 años y Alexis Benhumea de 20 años). Además,
a los pocos días se dieron a conocer denuncias de 26 mujeres que,
durante su detención, habían recibido torturas, abusos sexuales y
violaciones a manos de los policías. Desde entonces, esas denuncias han
caminado por diferentes instancias judiciales, incluida la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde actualmente se encuentra el proceso debido a las irregularidades que ha sufrido desde que se iniciase.
Seis años después de lo sucedido, México
vuelve a sumergirse en un proceso electoral, aunque los habitantes de
Atenco siguen recordando lo que ocurrió en sus calles. Reclaman que los
culpables materiales e intelectuales paguen por ello, algo que según
defienden, no ha ocurrido.
Estos días se han realizado diferentes actos conmemorativos en la localidad, como fue la presentación del libro Atenco: seis años de impunidad, seis años de resistencia[2]. En dicho acto, más de 100 organizaciones expresaron su repulsa
a lo que dicen es una ausencia de justicia. “Han sido seis años de
impunidad, pero también seis años de valor de las mujeres que
sobrevivieron a la tortura perpetrada por agentes policiales en San
Salvador Atenco y quienes han denunciado incansablemente estos hechos
esperando la justicia que no ha llegado”, declaró Alberto Herrera, director de Amnistía Internacional México.
Posteriormente, Herrera aseguraba que la lucha de su organización en
este caso seguirá activa hasta que se esclarezca lo que pasó en 2006.
Por su parte, Edith Rosales, una de las víctimas señalaba en otro acto que:
“han pasado 6 años desde que fuimos objeto de tortura sexual en Atenco, me hubiera gustado ser de ahí, pero ese día sólo estaba de apoyo, comenzaban a desalojar a los locatarios y así fue como padecí esta situación, seis años después seguimos denunciando, este caso no debe quedar impune”.
El pasado viernes 4 de mayo la protesta
se llevó a México DF, donde más de mil personas marcharon desde el Ángel
de la independencia hasta el Zócalo para exigir justicia. También se
reclamó la liberación de los presos políticos. Los manifestantes
denuncian que, mientras los culpables de las muertes y las violaciones
continúan impunes (los policías que fueron consignados, posteriormente
fueron absueltos), a los activistas que fueron detenidos en 2006 sí se
les imputaron cargos: 50 personas siguen en procesos judiciales y 13 aún
están encerradas.
Durante la marcha, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco estuvo acompañado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el Sindicato Mexicano de electricistas, la organización Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio (HIJOS México), la Coordinadora Nacional Plan de Ayala
(CNPA), estudiantes universitarios, activistas en defensa de la paz en
Cherán (Michoacán), diversas agrupaciones de izquierda, entre otros
colectivos.
La manifestación caminaba al grito de “Cuando el pueblo se levante por pan, libertad y tierra, temblarán los poderosos de la costa hasta la sierra”
y con la mira puesta en una persona en concreto: Enrique Peña Nieto,
quien fuera gobernador del Estado de México durante los sucesos de
Atenco y quien hoy se postula para la presidencia de la República por el
PRI. Los manifestantes consideran que Peña Nieto es el máximo
responsable de lo sucedido aunque no ha sido castigado por ello. Además,
Peña Nieto reconoce que, como gobernador, fue él quien ordenó el
dispositivo policial en 2006. No obstante, en junio de aquel año, el
ahora candidato declaró que “también es conocido que los manuales de los
grupos radicales dicen que hay que declararse violadas, en el caso de
las mujeres, y en el de los hombres haber sido objeto de abuso y
maltrato”.
Los activistas y las víctimas de los
hechos de hace seis años temen que si Peña Nieto gana las próximas
elecciones presidenciales no sólo el caso seguirá congelado
judicialmente sino que se seguirá reproduciendo la política de represión
hacia los movimientos sociales. De hecho, leemos en la página del FPDT que durante la presentación del libro Atenco: seis años de impunidad, seis años de resistencia,
“Rosalva Aída, quien tiene un amplio trabajo académico sobre tortura
sexual, señaló que votar por el abanderado de la coalición Compromiso
por México es igual a decir que a la sociedad no le importa que se viole
sexualmente a las mujeres”.
Hoy, las mujeres, las víctimas, los
detenidos, los habitantes de Atenco, los activistas de izquierda y las
agrupaciones nacionales e internacionales que actúan en solidaridad,
recuerdan el sexto aniversario de la represión policial que se vivió en
aquel lugar y todas las consecuencias que tuvo. Temen que se olvide y
desaparezca como un hecho aislado en la historia de México. El resto del
país, en cambio, se encuentra abrumado por la presente campaña
electoral que copa las páginas de los periódicos y la parrilla
informativa en radio y televisión.
[1]
La Otra Campaña fue un recorrido organizado por el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN) paralelo a la campaña electoral oficial de
los candidatos a la presidencia en 2006. El EZLN denunciaba que dichos
candidatos se encontraban alejados de los ciudadanos, con una política
clasista, neoliberal y marcada por los intereses y no por el bien
nacional, de modo que impulsaron otra campaña para hacer otra
política. El Subcomandante Marcos lideró La Otra Campaña que recorrió
muchos puntos del país donde existían conflictos políticos o sociales
para recoger sus demandas, sus propuestas y para entender su situación
de primera mano. Cuando La Otra Campaña se encontraba en México DF
ocurrieron los hechos de Atenco y seguidamente el EZLN paralizó su
proyecto para solidarizarse y apoyar a las víctimas de Atenco. El pasado
5 de mayo de 2012 la Red Contra la Represión y por la Solidaridad
emitía un comunicado en memoria de los hechos de Atenco:
“Pronunciamiento de la RvsR a seis años de las agresiones contra la Otra
Campaña en San Salvador Atenco” en Megáfono, 5 de mayo de 2012. (En línea): http://www.megafono.lunasexta.org/node/212?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter
[2]
En el libro participan Jody Williams, ganadora del Premio Nobel de la
Paz en 1997; Javier Hernández, Representante en México de la Oficina de
la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(OACNUDH); Clemencia Correa, académica de la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México (UACM); Rosalva Aída Hernández, académica del Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS); y
Martha Figueroa Mier, defensora de los derechos de las mujeres
indígenas en Chiapas. También recoge las voces de las mujeres detenidas y
violadas a través de dos de ellas, Bárbara Italia Méndez Moreno y Edith
Rosales Gutiérrez.
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