8/13/2013

Los periodistas pal café . . . .



La propuesta energética peñista (PEP) tiene como punto de partida la convicción triunfalista, arrolladora, de que la maquinaria institucional (sobre todo en sus planos partidistas, legislativos y represivos) está ajustada y bajo control, y que la capacidad de respuesta social en contra será aparatosa, pero manejable. Por ello es que Enrique Peña Nieto (EPN) va por todo, en plena euforia derechista privatizadora con intenso tufo a corrupción, sin conceder resquicios de salvamento al perredismo pactista que quiere aparentar dudas y reticencias y sepultando crudamente cualquier recuerdo de lo que fue el nacionalismo revolucionario del PRI.
La presentación oficial de la PEP ha servido para que EPN aparezca como una especie de Mesías Petrolero, ofreciendo al pueblo paraísos terrenos a cambio de que sea aprobada la privatización de las ganancias petroleras. Más empleos, cobros menores por consumos de gas y energía eléctrica, inversión empresarial creadora de círculos virtuosos, mejoría nacional: ¡todo como resultado de aceptar a los socios particulares, nativos y extranjeros!
La ecuación propuesta es tan socialmente divisoria y propagandísticamente sucia como los anuncios que en 2006 etiquetaban a un candidato presidencial como un peligro para México. Una de las traducciones prácticas de la Peñalandia de espejitos ofrecida a cambio de las cuentas de oro petrolero es que quien se oponga a la PEP estará impidiendo que la población alcance tales beneficios hipotéticos. Ese planteamiento tramposo podrá servir de programa de acción para batallones de priístas organizados para defender en las calles las promesas peñistas y enfrentar físicamente a los antipatriotas.
La confirmación de las intenciones privatizadoras del peñismo (siempre sabidas, confirmadas ante irreversibles testigos extranjeros, pero demagógicamente negadas en términos de propaganda y medios, al extremo de tomar como propia la bandera de No a la privatización) ha pretendido encubrirse tras la figura del presidente Lázaro Cárdenas, como si el peñismo estuviese ahora corrigiendo un largo error al reivindicar lo que el histórico general sí quería, pero no habría de cumplirse sino hasta que llegara al poder comercializador un visionario político del estado de México.
Frente al golpe que nadie podrá llamar sorpresivo, el Partido de la Revolución Democrática ha reaccionado en primera instancia con una postura obsequiosamente dubi-tativa. De entrada, los líderes izquierdistas pactados mantienen una cuidadosa actitud crítica, reacia a los cambios en la letra constitucional y preocupadamente predispuesta a aceptar que el espíritu de la propuesta peñista es privatizador. Ha sido más puntual el hijo del general Cárdenas, Cuauhtémoc, al adelantar que sería un despropósito que EPN quisiese apoyarse en la figura del gran michoacano para justificar una iniciativa que fuese lesiva a la nación.
El acomodo de los Chuchos dirigentes del PRD pareciera estar en espera de algunos arreglos en el camino legislativo que permitieran más adelante presumir victorias procesales menores. Este PRI, como el de siempre, ha sabido presentar sus intereses sustanciales en envases escandalosos a los que luego acepta quitar algunos ribetes polémicos para así conceder a los opositores alguna apariencia de triunfo. Por ello es que Jesús Zambrano pide que le expliquen algunos artículos de la propuesta y solicita que le garanticen discursivamente que no habrá la privatización que de la letra específica de la iniciativa se desprende.
Como era de esperarse, la única oposición institucional implacable proviene del partido en formación, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y del dirigente Andrés Manuel López Obrador. Hasta ahora, la batalla va quedando entre declaraciones de este polo opositor y la maquinaria legislativa, política, partidista, mediática e incluso represiva (fue notable el peso de la representación del Ejército, Marina y Policía Federal en la presentación de la PEP) que va a todo vapor en busca de una contundente aprobación en las cámaras: aritmética, en las del congreso, y propagandística, en las de televisiones aliadas.
La movilización populardel 8 de septiembre próxi-mo, a la que ha convocado AMLO, contará, sin embar-go, con la concurrencia de ciudadanos que, más allá o a pesar del cartabón partidista organizador, están dispuestos a entablar una lucha verdadera en contra de las formas de privatización sin compra de tornillos que está impulsando Peña Nieto (por cierto, fue poco afortunada la frase del tabasqueño en la que dice que no se necesita tanta ciencia para extraer petróleo, en referencia al catastrofismo de oportunidad que dibujó el docto científico Pedro Joaquín Coldwell para apoyar la privatización).
El futuro de esas protestas dependerá del rumbo que la cúpula morena decida tomar (si se mantiene el estilo, hasta ahora tradicional, de mítines, marchas y arengas, o, ante la gravedad del momento, se pasa con responsabilidad proporcional a una fase más activa, que algunos quisieran incluso más radical) y de los tiempos políticos y procesales; es decir, si la maquinaria oficial logra imponer la percepción generalizada de que la aprobación de la PEP es un hecho político ya casi consumado, al que la protesta social ha llegado demasiado tarde, o si aún hay espacio verdadero para intentar la reversión mediante la inconformidad activa.
Astillas
Varios lectores reportan robos y otras agresiones en el interior de tiendas departamentales, sin que los directivos atiendan las denuncias ni distraigan un poco de las ganancias para prevenir e impedir esos delitos. Un caso, a título de ejemplo, sucedió hace pocos días en la sucursal de Soriana en el quinto sector de Cumbres, en Monterrey, donde una señora de casi 60 años de edad fue amenazada dentro de la tienda para llevarla a su propio automóvil y conducir a su casa para que fuera asaltada por delincuentes. Ningún guardia se enteró y tampoco estaban funcionando las cámaras de videograbación. De Guadalajara, en la sucursal Galerías de la Comercial Mexicana, reportan también robos ante la pasividad empresarial ¡Hasta mañana!
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Insuficiente para unos, excesiva para otros, al fin fue presentada por el presidente Enrique Peña Nieto su propuesta de reforma energética.
Como otros miembros del Partido Acción Nacional, el secretario de la Comisión de Energía del Senado, Salvador Vega Castillas, aseveró que la iniciativa presidencial “se quedó corta en comparación con la que presentó el blanquiazul”.
Por el contrario, el ex candidato presidencial y dirigente del Movimiento Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo su total descuerdo por considerar que se intenta privatizar a Petróleos Mexicanos y el presidente del PRD, Jesús Zambrano, reiteró su oposición a una reforma constitucional e insistió en realizar una consulta popular.
Peña Nieto aseguró que es una vuelta a lo postulado por Lázaro Cárdenas al crear Pemex y que los cambios permitirán reducir los precios de luz y gas. Para dar una explicación a todo el país, el primer mandatario anunció que anoche mismo enviaría un mensaje por red nacional.



¿Qué significa para nosotros los contribuyentes, los consumidores, el proyecto de reforma energética que presentó ayer el presidente Peña Nieto? Veamos muy brevemente de qué se trata. Dice que 1) Pemex está al borde de la bancarrota; 2) necesita urgentemente una inyección de capital; 3) el capital será aportado por empresas privadas extranjeras y nacionales, y 4) en reciprocidad Pemex compartirá sus utilidades con dichas empresas. ¿A cuánto ascienden las utilidades por repartir? Esta cifra nos da una idea aproximada: Pemex entregó a Hacienda sólo en el último año del sexenio anterior 979 mil 139 millones de pesos. En el futuro ese dinero no iría completo a Hacienda, sería dividido con empresarios privados.
Aumento de impuestos
Entonces, ¿qué significa la reforma para ciudadanos y contribuyentes? En primer lugar tendremos que pagar más impuestos, porque Hacienda deberá reponer las utilidades que comparta con los empresarios. Para tal fin será necesario un ajuste al precio de la gasolina, además de los gasolinazos mensuales. (Peña Nieto corrigió su discurso, en otras ocasiones había dicho que bajaría la gasolina, ya no se ocupó del tema). Continuarán subiendo las tarifas del gas y la luz, es falso que bajarán. Si bien nos va, continuarán ajustándose gradualmente al incremento de la inflación. ¿Y los millones de empleos que supuestamente creará la reforma? Son los mismos que prometió Peña Nieto para que el Congreso apoya el reformón laboral a principios del año, y no han llegado; al contrario, lo que está ocurriendo es que algunos empresarios aprovecharon las facilidades del nuevo marco legal para despedir gente. ¿Y la transparencia y la corrupción? Romero Deschamps estaba en primera fila, su ancha sonrisa es la clave de la respuesta.
Los ganadores
Exxon, Chevron, Royal Dutch Shell Plc y Repsol SA se cuentan entre las grandes compañías que han expresado interés en los campos petroleros de México, de acuerdo con el servicio informativo Bloomberg. Damos la bienvenida a cualquier decisión del gobierno y el pueblo de México para proveer nuevas oportunidades a las inversiones, dijo Kurt Glaubitz, vocero de Chevron, antes del anuncio de Peña Nieto. Exxon y Repsol declinaron hacer comentarios. Y Shell dijo que su opinión estaba expresada en un discurso de junio 7 del director de su división Upstream Americas, Marvin Odum, en el cual se refirió al enorme potencial de México y la fuerte y creciente relación con Pemex, de acuerdo con la misma nota de Bloomberg. Todas estas empresas ya realizan negocios importantes con Pemex, sólo están esperando que entre en vigor el nuevo marco legal para aprovechar sus beneficios.
Cortinas de humo
Algunos temas han servido de cortina de humo para distraer a la gente. Uno es la legalización de la venta de mariguana. Sin embargo, hay una realidad que ninguna cortina puede ocultar.
Alejandro Pereyra, director general de ATL Farmacias, fue víctima de robos en sus establecimientos. En tan sólo un año registró siete asaltos. No buscaban dinero, sino medicamentos controlados como diazepam, valium y otros ansiolíticos o hipnóticos que sirven de droga.
Dejé de vender controlados por la inseguridad, no me pedían el dinero de las ventas, sino los fármacos, porque con éstos se drogan; ahora imagínate vender mariguana, la verdad yo no la metería a mi negocio por seguridad, incluso de mi personal, comenta.
Por su lado, Juan Núñez, coordinador de la Alianza Nacional para el Control del Tabaco, precisa que desde el punto de vista médico, es innecesario legalizar la mariguana con fines terapéuticos, pues existen otros fármacos. La morfina es el analgésico más poderoso. Hay que recordar que el Estado debe garantizar la salud, pero también la seguridad de la población, agrega. El experto en adicciones asegura que la legalización no bajará el clima de violencia que priva en México, pues el crimen organizado tiene varias vertientes, como secuestro, robo, y trata de personas. Además, antes deben informarse sobre los tratados internacionales que ha firmado México en la materia, pues estarían violando acuerdos suscritos con la ONU y la OMS.



¡Felicidades, mexicanos crédulos!, que de Pemex no se vende ni un tornillo, pero sí se privatiza el mercado y la renta petrolera, mientras que en materia eléctrica cómodamente se legaliza lo ilegal, o lo que es lo mismo, la creciente participación privada en dicha actividad. Para ello se pretende modificar los artículos 27 y 28 constitucionales, con el fin de celebrar contratos de utilidad compartida con el sector privado, reclasificar la petroquímica básica y autorizar la participación conjunta (léase gobierno y particulares) en la Comisión Federal de Electricidad.
Todo con base en las ideas fundamentales de las reformas del presidente Lázaro Cárdenas, consecuentes con la expropiación petrolera de 1938, y las que guiaron a la Esfinge de Jiquilpan en materia eléctrica. Dado lo anterior, “la recuperación del diseño original cardenista, motivo de la iniciativa implica necesariamente una reforma constitucional… La propuesta que se presenta es congruente y consistente con las ideas fundamentales del presidente Lázaro Cárdenas”.
Ese es, en resumidas cuentas, el quid de la iniciativa energética del presidente Enrique Peña Nieto, la cual comienza por privatizar al propio general Lázaro Cárdenas, un truco utilizado desde tiempos del mariguanero Vicente Fox y su entonces director de Petróleos Mexicanos, Luis Ramírez Corso, quienes –como ahora lo hace el inquilino en turno de Los Pinos– usaron a conveniencia –mediante corte y confección– el discurso y la línea marcada por el expropiador del oro negro nacional.
La citada propuesta busca eliminar la prohibición de que el Estado celebre contratos (con el capital privado) para la explotación de hidrocarburos, y sustraer de las áreas estratégicas del Estado a la petroquímica básica y dar certeza a nivel constitucional para que las actividades de la industria petrolera, tales como el procesamiento de gas natural y la refinación del petróleo, así como el transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de dichos productos y sus derivados puedan ser realizadas tanto por organismos del Estado como por los sectores social y privado, a través de permisos que otorgue el Ejecutivo federal. Y en materia eléctrica se limita al desarrollo del sector basado en la participación conjunta de la Comisión Federal de Electricidad y de particulares.
El texto de la iniciativa asegura retomar los fundamentos cardenistas. ¿En serio? Bueno, pues va un repaso de esas ideas fundamentales y la congruencia y consistencia que con ellas dice mantener la iniciativa presidencial:
En su cuarto Informe de gobierno (1938), el general Cárdenas subrayó: y para evitar en lo posible que México se pueda ver en el futuro con problemas provocados por intereses particulares extraños a las necesidades interiores del país, se pondrá a la consideración de vuestra soberanía que no vuelvan a darse concesiones del subsuelo en lo que se refiere al petróleo y que sea el Estado el que tenga el control absoluto de la explotación petrolífera.
En su quinto informe (1939), la Esfinge de Jiquilpan subrayó: “si una parte de las fuerzas productivas del país se retrae y no participa u opone resistencia a esta grande empresa nacional; si para algunos elementos no existe otra mira ni propósito que obtener de sus inversiones el máximo de utilidades para beneficio propio exclusivamente, no sería concebible que la Revolución, nacida de una protesta del país entero en contra de un sistema económico estrictamente individualista y utilitario, y habiendo mantenido este espíritu durante 28 años, detuviera su marcha ante la consideración de que sus actos pudieran provocar momentáneos trastornos, contribución insignificante cuando se trata de alcanzar una organización económica que, descansando sobre bases humanas y de justicia, provoque permanente bienestar y un robustecimiento sano y fecundo de la explotación de los recursos del país.
“Fomentar la riqueza para aumentar las utilidades de los inversionistas; emplear los fondos y la autoridad pública en rodear de todo género de facilidades y garantías a los privilegiados para que éstos retiraran un mayor lucro sin otro fin que disfrutarlo en beneficio propio, dictar leyes protectoras de esta política grata a los que ven en la riqueza un objetivo final sin preocuparse de quienes la disfruten, constituyó el ideal político de los gobernantes del país durante un largo periodo de nuestra historia y fue la causa del desencadenamiento en su contra de las incontrastables energías populares y del triunfo de la Revolución… los recursos del país no deben constituir reservas especiales en provecho de intereses personales, nacionales o extranjeros, sino ser explotados en beneficio de la colectividad”.
Por si hubiera duda el general Cárdenas advirtió: “mi gobierno (…) se encontró dentro de los términos contradictorios de un dilema ineludible, constituyendo uno de sus extremos la subordinación de todo programa de mejoramiento social a la conservación de la riqueza organizada, solución preferida por la clases conservadoras que, cerrando los ojos a la miseria y a las necesidades del pueblo, han perseguido un interés lucrativo individualista. El otro extremo (…) la organización solidaria de los trabajadores... El gobierno se decidió por este último extremo del dilema”.
Y en su último informe (1940): bastó al gobierno considerar el supremo interés nacional de la reivindicación de la riqueza petrolera para negarse a toda sugestión que pudiera conducir las cosas a nada que fuera parecido a la antigua situación, esto es, la principal riqueza del país en poder efectivo de la gestión extranjera aunque se cubriera bajo la estructura de compañías nacionales. Con el mismo estímulo el gobierno ha debido rechazar en anteriores negociaciones con las empresas afectadas por la expropiación, algunas proposiciones que se le hicieron y que acaso sean renovadas en lo porvenir en el sentido de la formación de una gran empresa concesionaria de los bienes expropiados.
Y de cereza: “el gobierno que presido, sin ánimo de trazar normas de futuro, se permite, sin embargo, consignar que es un afán patriótico de todo el país el que la riqueza rescatada legalmente (…) sea una conquista definitiva para la nación. Y espera que el pueblo mexicano, cuya capacidad de sacrificio y resistencia acaso sea puesta a prueba en nuevas ocasiones por la tenacidad agresiva de los intereses en lucha, sabrá sostenerse en su firme voluntad de defender (…) el valor más importante del patrimonio nacional”.
Las rebanadas del pastel
Así, o más coincidencias privatizadoras.
Twitter: @cafevega



Adecir verdad lo alarmante no está en la iniciativa que presentó Enrique Peña Nieto. Era más que sabido que trataría de saldar un tanto de las muchas deudas que contrajo para llegar a Los Pinos, con la enajenación, a las manos privadas, de la riqueza petrolera. Eso estaba claro. Tampoco que los panistas irían en su apoyo. Para ese partido la prosperidad de algunas firmas vale la desgracia del país. Y menos aún que el PRD, en manos de usureros, inclinara más aún la cabeza para que le encaje mejor el yugo que se impuso con el pacto. Sino la mayoría legislativa que significan el PRI y el PAN en el Congreso, porque hace inevitable el robo. Eso es lo que alarma.
Es decir, la derecha golpea con sus intereses y sin ningún contrapeso porque la oposición en las cámaras, tanto en la de Diputados como en la de Senadores, dejó de existir. Los chuchos lo han logrado. Apartarse de ese instrumento (el pacto) para deslegitimar a la administración actual era la única salida honrosa que le quedaba a la semiderecha amarilla, pero prefirió no dejar sus canonjías antes que defender a la población.
El fin de semana pasado se reunió el PRD para dar paso a una nueva farsa. El bejaranismo, consciente de que el chuchismo no tocaría a Peña Nieto desde el pacto, y que ellos no podían cambiar el curso del atropello, se lanzó, sin convicción pero con enjundia sobre la idea de romper con el pacto. Tal vez si hubiera tenido alguna posibilidad de éxito no lo hubiera hecho, pero así, con la lucha perdida, puso el dedo en la llaga y salvó de cualquier manera la deshonra completa de los amarillos.



La sesión de cierre de la segunda emisión del diplomado Cocinas y cultura alimentaria en México: usos sociales, significados y contextos rituales, que tuvo lugar en el Museo Nacional de Antropología hace unos días, fue una fiesta en la que prevaleció la voz de numerosos jóvenes que compartieron sus conocimientos con varios de sus maestros, y con las coordinadoras de esta actividad impulsada desde la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la antropóloga Catharine Good y la nutrióloga Laura Corona.
En este diplomado, más que centrarse en la cocina mexicana tradicional, se busca mostrar que en un país tan diverso como México, existen numerosas tradiciones culinarias que reflejan gran diversidad ecológica y cultural, además de una compleja experiencia histórica. Las cocinas mexicanas son, entonces, resultado de complejos procesos de creación cultural.
Otro aspecto que se enfatiza, es que a partir de la comida puede haber un acercamiento a distintos aspectos de la vida social, como la familia, la estética, la ecología, la vida religiosa, formas de representación, las relaciones económicas, aspectos de género, las influencias históricas, la salud y el cambio sociocultural. Además de las clases teóricas, se hicieron diferentes recorridos guiados por el antropólogo Roberto Ramírez Cortés, con una perspectiva etnográfica.




Tras varios meses de postergaciones y anuncios en falso, el gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto envió ayer su iniciativa de reforma constitucional para legalizar la participación privada en las industrias petrolera y eléctrica, cuya explotación está actualmente reservada de manera exclusiva a la nación.

Reforma a Pemex busca legalizar lo clandestino, dice
Pemex es una empresa gruyere, es decir llena de agujeros y de ratones. A estos agujeros les llaman tomas clandestinas. Hay tomas clandestinas en los ductos y en el sindicato; otros boquetes grandotes ocultos en Hacienda; otros en los bolsillos de políticos y funcionarios y tomas privadas con mucha iniciativa. De Pemex chupan vorazmente todos los clandestinos y aun así sigue siendo de las empresas más importantes y redituables del mundo. La reforma energética busca es legalizar lo clandestino y hacerlo constitucional, como la mariguana.

Enrique Peña Nieto cuenta con los votos de PRI y PAN para, como dijo el senador y ex secretario de Hacienda de Calderón Ernesto Cordero, consumar su aspiración máxima: la apertura total del petróleo mexicano al capital privado (nacional y/o extranjero). Ese honorable senador le sugirió a Peña no desanimarse en el intento de constitucionalizar el gran despojo en curso y, en efecto, procedió rápido y furioso a consumar una hazaña antinacional que es componente vital del vasto programa de ajuste estructural en los tiempos del techo del petróleo, a sólo ocho meses de iniciado este sexenio. Tampoco escatimó invocaciones a Lázaro Cárdenas, como quien dejó las puertas abiertas a la privatización a lo largo del texto o aducir el agotamiento de los estratos convencionales –de bajo precio, fácil acceso y alta calidad– en la enmarañada e infundada argumentación histórica y técnica usada como sostén de la iniciativa de decreto que presentó hoy, 12 de agosto de 2013, a la Cámara de Senadores para mutilar la Carta Magna, en artículos cruciales, obstáculos formales que los cabildos de la cleptocracia doméstica e internacional han querido vencer desde hace décadas.

Dentro de sus múltiples contribuciones a la democracia y justicia en nuestro país, el emblemático líder de 1968 Raúl Álvarez Garín emprendió una singular batalla con Félix Hernández Gamundi y Jesús Martín del Campo de manera destacada, bajo el manto del Comité de 68 por las libertades democráticas. Se trata de la activa participación para lograr el juicio y condena penal para los responsables de los crímenes de lesa humanidad que el Estado mexicano cometió en 1968 y 1971. Dentro de los cuales y tras la muerte de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez fue y es el acusado central. La convicción de los promoventes, entre muchas otras, parecía expresarse en una suerte de desafío contra la impunidad.

CEO es una palabra que no está registrada en el diccionario de la Real Academia, pero se volvió lenguaje común en el mundo de las grandes instituciones y empresas anglosajonas y actualmente se ha generalizado al resto del planeta. CEO es el acrónimo de chief executive officer, y se trata de la persona con más alta responsabilidad de una organización o corporación de cualquier tipo. En la etapa del capitalismo podrido –la del presente–, y muchas veces con independencia de los resultados de las aludidas organizaciones o corporaciones, suelen percibir ingresos delirantes, incomprensibles, estratosféricamente elevados. Pero los CEO son los Zeus tronantes de la economía de hoy, y ante ellos suelen inclinar las cerviz los dirigentes de los gobiernos. El ejemplo más notable, pero no el único, es el de los bancos. Una vez rescatados por el poder público, con recursos públicos cuantiosísimos, porque estaban en rapidísimo hundimiento, los CEO continuaron asignándose ingresos multimillonarios por sus inútiles y/o embaucadores servicios. Son una plaga sin conciencia, con una conducta execrable, vil, perversa: pueden robarse esas sumas en una sociedad con ingresos destripados e índices de desempleo de una cuarta parte de la población económicamente activa.

El presidente Enrique Peña Nieto presentó su propuesta de reforma energética en un momento muy delicado. Confluyen en la arena política un amplio rechazo ciudadano contra la privatización petrolera y un rizoma social opositor de gran calado en torno a cuestiones educativas, la devastación ambiental y la inseguridad pública.

El 22 de mayo el Congreso de Chihuahua decretó que Ciudad Jiménez es la cuna de la División del Norte, con fundamento en un oficio enviado –a solicitud del ayuntamiento de Jiménez– por el subdirector de archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional, general José Luis Valdés Chávez (oficio 2311, 13 de noviembre de 2009), en el que afirma, sin aportar prueba de ninguna especie que, como el solicitante afirma, la División del Norte nació en la segunda quincena de septiembre en aquella localidad. El decreto del Legislativo chihuahuense detuvo –por iniciativa de la bancada panista– uno que su similar de Durango estaba por aprobar, para hacer de La Loma, municipio de Ciudad Lerdo, cuna de la División del Norte.

Al calor de la crisis que estalló a finales de 1994 –y que fue provocada, en buena medida, por los turbios manejos económicos de su antecesor Carlos Salinas– Ernesto Zedillo y sus asesores idearon el negocio de convertir deuda privada en pública, es decir, hacer pagar al conjunto de la población enormes sumas de dinero dilapidado o robado por banqueros y otros empresarios. Éstos mantuvieron sus fortunas intactas, en tanto que el grueso de la sociedad se empobreció por efecto de la inflación, la devaluación, los recortes presupuestales y las políticas de contención salarial del sexenio; muchos perdieron total o parcialmente su patrimonio, mientras un puñado de favorecidos por el régimen multiplicaron sus fortunas en el casino con dados cargados que fue la conversión del Fobaproa en IPAB, una maniobra legislativa ejecutada por el PRI y por el PAN.

En el debate sobre la posible legalización de la mariguana en la ciudad de México hay varios argumentos que aparecen reiteradamente a pesar de que son evidentemente absurdos. Por ejemplo, algunas personas piensan que el quid de este debate radica en determinar si la cannabis daña la salud o no. Para oponerse a la legalización, se esmeran en buscar los argumentos para demostrar cualquier tipo de efecto nocivo de la yerba. Pues sí, quien lo busca lo encuentra, como puede hallar efectos nocivos en las aspirinas o cualquier fármaco, o en la ingestión excesiva de agua.

Además de comentar fotografías propongo algunas inquietudes que no pude resolver mientras observaba con detenimiento y mucho placer la exposición del Museo Amparo. Así, pudiera ser que determinadas fotogra-fías correspondan a impresiones distintas de las que conocíamos de antaño.

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