Mientras los promotores de la
reforma energética hablan de sus debilidades, un informe de la
paraestatal revela una de sus fortalezas: es más eficiente que las
empresas extranjeras que entrarían a su ‘rescate’
Miércoles 14 de agosto de 2013
Supera al doble en eficiencia a British Petroleum (BP), Chevron, Shell, Exxon
Mobil y otras petroleras que entrarían al país gracias a la apertura
10,000
barriles por día, Arabia Saudita
3,000
barriles por día, República China
4,000
barriles por día, Irán
3,000
barriles por día, Kuwait
2,500
barriles por día, México-Pemex
Pero los que están en contra afirman que esto sería un engaño.
Argumentan que si una empresa privada descubre una nueva reserva, aún
con el modelo de “utilidad compartida”, significaría que pueden pedir
un préstamo bancario usando ese recurso descubierto como garantía de
pago y el contrato con el gobierno mexicano como prueba.
De esta forma podrían explotar los campos mexicanos y extraer el petróleo y el gas con dinero obtenido de préstamos sobre los mismos campos mexicanos, es decir, sobre las reservas que exploraron.
Lo que Pemex ha vendido a las petroleras es precisamente este potencial de crudo que aún queda por explorar y explotar en sus campos convencionales.
Lejos del argumento –repetido hasta el cansancio–yhtv de que los extranjeros vendrán a hacer lo que Pemex “no puede, no sabe o no le alcanza el dinero para hacer”, la presentación a los inversionistas habla de los yacimientos que la paraestatal conoce perfectamente.
Cuando Pemex habla a sus inversionistas sobre su “gran potencial petrolero” no se refiere a campos maduros, shale gas o proyectos de petróleo difícil.
El informe da detalles sobre producción, reservas y recursos prospectivos en los campos del sur de Veracruz, del litoral de Tabasco, de la cuenca Tampico-Misantla, de Sabinas y de Burgos.
Todos estos campos han sido explotados por Pemex con técnicas convencionales sobre las que tiene conocimiento y experiencia.
Para más detalle, la petrolera muestra a sus posibles inversionistas cuáles han sido los campos maduros en los que han invertido algunas compañías extranjeras y en cuánto se ha incrementado la producción después de esos contratos.
Cuando hablan del “gran potencial” de Pemex se refieren a los campos de Tsimin Xuxa, Ku Maloob-Zaap y Ayatsil Tekel, en la sonda de Campeche.
Conceden un pequeño margen a los contratos integrales, a Chicontepec y el mayor margen lo colocan en los proyectos de exploración, de los que aún no se concreta ninguno.
Si la reforma que propone el PRI pasa el trance legislativo, las compañías privadas podrían explotar aguas someras en campos aún no explotados por Pemex, que pertenecen hoy a esta categoría de proyectos en exploración.
Del tesoro en aguas profundas, bandera de la reforma energética de 2008, Pemex acepta que aún el éxito comercial es de 47 por ciento, o sea, menos de la mitad.
En su discurso de presentación de la reforma el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que “el éxito comercial es de tan solo de 2 a 5 pozos por cada 10 que se perforan”. Las reservas de aguas profundas las colocan como una posibilidad, aún por concretarse, de 13 mil millones de barriles de petróleo y gas.
Esto es inferior a las reservas que la petrolera anuncia para su yacimiento de Chicontepec, que registró pérdidas para Pemex de 18 mil millones de pesos sólo el sexenio pasado.
El tesoro del aceite de shale
En Veracruz las rocas de shale contendrían aceite, que se vende hasta a 100 dólares por barril. El gas a 4 dólares.
El documento oficial es revelador acerca de los recursos de aceite y gas en las rocas de shale o lutitas, en español.
Este tema ha sido ya abiertamente unos de los centrales de la reforma, primero en la iniciativa presentada el lunes, y luego en el evento especial convocado ayer en Los Pinos.
El documento que la paraestatal entregó a sus inversionistas anuncia que las estimaciones de Pemex son menores a las que dio Estados Unidos a través de la Agencia de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).
Si bien en EU estimaban que México tenía 681 mil millones de pies cúbicos de gas como reserva posible, el cálculo de Pemex bajó a 459 mil millones.
Aunque los discursos de Peña Nieto y Coldwell repiten la importancia de “aprovechar estas enormes reservas”, para los inversionistas lo más importante es dónde están ubicadas.
La parte más jugosa del shale en México estaría ubicada en el norte y sur de Veracruz, desde Poza Rica hasta Minatitlán.
En esta zona, anunció Pemex, las rocas de shale contendrían aceite, que se vende en el mercado hasta 100 dólares por barril, mientras su equivalente en gas no supera los 4 dólares.
La zona de Nuevo León y Coahuila colindante a la región de La Laguna, donde se han ubicado hasta ahora los pozos exploratorios, tendría solamente gas seco, mucho más barato en el mercado.
Pemex anuncia que aún se encuentra en estudio qué tipo de hidrocarburos habría en la parte fronteriza con EU que pertenece al estado de Chihuahua.
De cara a sus posibles inversionistas Pemex no se anda con tapujos. Dice abiertamente que busca “capturar oportunidades económicas” para refinación, y les avisa que pretende “ampliar la red de gasoductos en el norte y centro del país”. Son dos directrices fundamentales que faltaría ver cómo se concretarían en las leyes secundarias.
Las reservas, negocio a futuro
Cuando hablan del “gran potencial” de Pemex se refieren a los campos de Tsimin Xuxa, Ku Maloob-Zaap y Ayatsil Tekel, en la sonda de Campeche.
De 2008 al año pasado aumentó en un millón de dólares anuales la inversión de Pemex en exploración.
Esto ha permitido que cada barril de petróleo que se ha extraído haya podido sustituirse con un barril pendiente de extraerse como reserva probada.
Este proceso se conoce como restitución de reservas. Sus resultados hasta 2011 eran de 101 por ciento, es decir, más de la totalidad.
Sin embargo la propuesta peñista pone como uno de los flamantes logros de su reforma la restitución “del 100 por ciento de las reservas probadas”.
Esto es, menos de lo que Pemex ha logrado restituir antes de la reforma.
De esta forma podrían explotar los campos mexicanos y extraer el petróleo y el gas con dinero obtenido de préstamos sobre los mismos campos mexicanos, es decir, sobre las reservas que exploraron.
Lo que Pemex ha vendido a las petroleras es precisamente este potencial de crudo que aún queda por explorar y explotar en sus campos convencionales.
Lejos del argumento –repetido hasta el cansancio–yhtv de que los extranjeros vendrán a hacer lo que Pemex “no puede, no sabe o no le alcanza el dinero para hacer”, la presentación a los inversionistas habla de los yacimientos que la paraestatal conoce perfectamente.
Cuando Pemex habla a sus inversionistas sobre su “gran potencial petrolero” no se refiere a campos maduros, shale gas o proyectos de petróleo difícil.
El informe da detalles sobre producción, reservas y recursos prospectivos en los campos del sur de Veracruz, del litoral de Tabasco, de la cuenca Tampico-Misantla, de Sabinas y de Burgos.
Todos estos campos han sido explotados por Pemex con técnicas convencionales sobre las que tiene conocimiento y experiencia.
Para más detalle, la petrolera muestra a sus posibles inversionistas cuáles han sido los campos maduros en los que han invertido algunas compañías extranjeras y en cuánto se ha incrementado la producción después de esos contratos.
Cuando hablan del “gran potencial” de Pemex se refieren a los campos de Tsimin Xuxa, Ku Maloob-Zaap y Ayatsil Tekel, en la sonda de Campeche.
Conceden un pequeño margen a los contratos integrales, a Chicontepec y el mayor margen lo colocan en los proyectos de exploración, de los que aún no se concreta ninguno.
Si la reforma que propone el PRI pasa el trance legislativo, las compañías privadas podrían explotar aguas someras en campos aún no explotados por Pemex, que pertenecen hoy a esta categoría de proyectos en exploración.
Del tesoro en aguas profundas, bandera de la reforma energética de 2008, Pemex acepta que aún el éxito comercial es de 47 por ciento, o sea, menos de la mitad.
En su discurso de presentación de la reforma el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que “el éxito comercial es de tan solo de 2 a 5 pozos por cada 10 que se perforan”. Las reservas de aguas profundas las colocan como una posibilidad, aún por concretarse, de 13 mil millones de barriles de petróleo y gas.
Esto es inferior a las reservas que la petrolera anuncia para su yacimiento de Chicontepec, que registró pérdidas para Pemex de 18 mil millones de pesos sólo el sexenio pasado.
El tesoro del aceite de shale
En Veracruz las rocas de shale contendrían aceite, que se vende hasta a 100 dólares por barril. El gas a 4 dólares.
El documento oficial es revelador acerca de los recursos de aceite y gas en las rocas de shale o lutitas, en español.
Este tema ha sido ya abiertamente unos de los centrales de la reforma, primero en la iniciativa presentada el lunes, y luego en el evento especial convocado ayer en Los Pinos.
El documento que la paraestatal entregó a sus inversionistas anuncia que las estimaciones de Pemex son menores a las que dio Estados Unidos a través de la Agencia de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).
Si bien en EU estimaban que México tenía 681 mil millones de pies cúbicos de gas como reserva posible, el cálculo de Pemex bajó a 459 mil millones.
Aunque los discursos de Peña Nieto y Coldwell repiten la importancia de “aprovechar estas enormes reservas”, para los inversionistas lo más importante es dónde están ubicadas.
La parte más jugosa del shale en México estaría ubicada en el norte y sur de Veracruz, desde Poza Rica hasta Minatitlán.
En esta zona, anunció Pemex, las rocas de shale contendrían aceite, que se vende en el mercado hasta 100 dólares por barril, mientras su equivalente en gas no supera los 4 dólares.
La zona de Nuevo León y Coahuila colindante a la región de La Laguna, donde se han ubicado hasta ahora los pozos exploratorios, tendría solamente gas seco, mucho más barato en el mercado.
Pemex anuncia que aún se encuentra en estudio qué tipo de hidrocarburos habría en la parte fronteriza con EU que pertenece al estado de Chihuahua.
De cara a sus posibles inversionistas Pemex no se anda con tapujos. Dice abiertamente que busca “capturar oportunidades económicas” para refinación, y les avisa que pretende “ampliar la red de gasoductos en el norte y centro del país”. Son dos directrices fundamentales que faltaría ver cómo se concretarían en las leyes secundarias.
Las reservas, negocio a futuro
Cuando hablan del “gran potencial” de Pemex se refieren a los campos de Tsimin Xuxa, Ku Maloob-Zaap y Ayatsil Tekel, en la sonda de Campeche.
De 2008 al año pasado aumentó en un millón de dólares anuales la inversión de Pemex en exploración.
Esto ha permitido que cada barril de petróleo que se ha extraído haya podido sustituirse con un barril pendiente de extraerse como reserva probada.
Este proceso se conoce como restitución de reservas. Sus resultados hasta 2011 eran de 101 por ciento, es decir, más de la totalidad.
Sin embargo la propuesta peñista pone como uno de los flamantes logros de su reforma la restitución “del 100 por ciento de las reservas probadas”.
Esto es, menos de lo que Pemex ha logrado restituir antes de la reforma.
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