8/15/2013

Los periodistas pal café . . .


Aun cuando el planteamiento teórico de la privatización energética se ha apoyado en una lectura optimista de la capacidad del peñismo para sacarlo adelante (viabilidad aritmética de aprobación en las cámaras, control de los partidos opositores mediante el Pacto por México y apatía ciudadana y debilidad de la oposición callejera), las primeras horas posteriores a la develación oficial de la trama reformista están exhibiendo debilidades e impericia que podrían generar más turbulencias al interior del poder federal que la misma inconformidad activa de cierta franja social.

El primer dato significativo proviene de algunos de los presuntos beneficiados, a quienes no dieron satisfacción, cumplidos los términos de la apuesta de Los Pinos. El tamaño del negocio hace que de cualquier manera los inversionistas estén dispuestos a aprovechar las ofertas, pero ya se han escuchado expresiones de desencanto de parte de tiburones empresariales que esperaban una rendición sin refrendos del gobierno mexicano y no el planteamiento de un muy priísta control discrecional, con su carga de permanente manejo corrupto por debajo del agua, lo cual se desprende del hecho de que no se propone el establecimiento de concesiones, sino de permisos, y no se habla de producción, sino solamente de utilidades compartidas.
Las variantes asumidas por Peña Nieto han recibido críticas de esos segmentos empresariales trasnacionales y del partido que impulsa una privatización más abierta y definitiva, el de Acción Nacional. A ello puede añadirse el creciente enojo en la Casa Blanca, y sus oficinas relacionadas con la seguridad nacional, por la liberación de Rafael Caro Quintero, en un escenario de reinstalación de ánimos vengativos de Estados Unidos por el asesinato de un agente infiltrado, Enrique Camarena, y la fundada suposición de que, contra lo que supuestamente se desearía en Washington, en la administración peñista se están tejiendo acuerdos de complicidad con ciertos grupos de la delincuencia organizada. Por lo pronto, Estados Unidos ya ha pedido la detención del sinaloense, evadido legalmente, y se ha abierto el camino de una eventual extradición.
El manejo de la propaganda también ha resultado errático. Podría decirse que, con una extraordinaria rapidez, el equipo de Los Pinos ha permitido que se asiente un escepticismo ciudadano, extendido a causa de las lecturas a la inversa que los mexicanos se han acostumbrado a hacer frente a lo que los gobernantes les dicen. Entre otros factores, a la pretensión oficial le han hecho daño: la irrespetuosa desproporción de utilizar la figura del ex presidente Lázaro Cárdenas para justificar lo que ahora se propone; la falta de autoridad técnica y moral de algunos de los voceros utilizados machaconamente para promover las reformas; la increíble dimensión del paraíso prometido a cambio de la aprobación de la reforma, y especialmente la delatora imprecisión en cuanto a fechas y términos para que se materialice dicho edén de rebajas en tarifas y empleos al por mayor.
También se han ido acumulando agravios en las fuerzas armadas, cuyo papel sería central en el mantenimiento de una paz forzosa, en ca-so de que una poco probable rebelión cívica se desatara a causa de la cesión de las ganancias petroleras a consorcios foráneos. Felipe Calderón expuso y desgastó al Ejército en tareas de combate a la delincuencia organizada, pero Enrique Peña Nieto, aparte de trazar líneas poco claras de rediseño de los entendimientos oficiales con losgrupos del narcotráfico y cri-minalidades conexas, ha im-puesto a los cuerpos de verde olivo una política de tolerancia extrema frente a explosiones populares de ira (genuina o inducida) que han desembocado en escenas, años atrás, absolutamente impensables, con tropa y oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional enfrentados por civiles, hostigados e incluso retenidos (por usar el término eufemístico que se niega a usar la palabra adecuada: secuestrados), sin que ese personal legítimamente armado tuviese instrucción (afortunadamente) de actuar con energía, conforme a las circunstancias.
La profunda irritación de las cúpulas castrenses ante suce-sos como el de El Pericón, en Guerrero, pareció haber tenido desahogo ayer en el munici-pio michoacano de Aquila, con la detención de decenas de miembros de la policía comu-nitaria. La advertencia hechaen días pasados por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de que no se permitirían más desa-catos, tomó tierra en el Michoacán del desgobierno generalizado, pero con mensaje a Guerrero y otros lugares donde los problemas políticos y sociales han encontrado, hasta ahora, un retraimiento de las fuerzas represivas en aras de que no haya hechos sangrientos que contaminen las delicadas negociaciones políticas que tienen como meta indiscutida la aprobación del negocio energético. El golpe seco en Aquila tuvo inmediata reacción, igualmente retadora, que coloca al gobierno peñista en una disyuntiva grave, pues a la hora de cerrar esta columna se mencionaba que decenas de militares habían sido retenidos en busca de canjearlos por los comunitarios previamente encarcelados.
La acumulación de errores y problemas en la cúpula del poder mexicano ha creado, como se apuntó en el primer párrafo de esta columna, turbulencias diversas que, sin embargo, parecieran estar destinadas a procesarse justamente en esos ámbitos de privilegio y no con un sentido popular. Todo indica que en términos numéricos la aprobación del rediseño energético está garantizada con la concurrencia de legisladores del PAN, el PRI y sus aliados. Y que, a pesar de sus insuficiencias tramposas respecto a los intereses de los grandes grupos empresariales locales y extranjeros, estos aprovecharán la oportunidad tal como se las ofrece Los Pinos. Falta ver el impacto y la trascendencia que podría alcanzar el movimiento de protesta programado para el próximo 8 de septiembre.
Y, mientras el oráculo Emilio Gamboa dice desde el Senado que la reforma energética saldrá muy rápido, ¡hasta mañana!
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Apesar de las protestas, en particular de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y aun cuando falta la segunda fase, la reforma educativa no tiene vuelta atrás. La segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se negó a atraer los amparos colectivos contra la reforma educativa, al reiterar la tesis de que no es válido ese recurso en contra de un cambio constitucional. Además, la Comisión Permanente del Con-greso aprobó, con 26 votos de PRI y PAN en favor, y nueve de PRD, PT y MC en contra, realizar periodos extraordinarios en las cámaras de senadores y diputados para revisar precisamente la segunda fase de la reforma educativa y otros temas, como candidaturas independientes, transparencia y deuda de estados y municipio



Algunos sectores opinan que el proyecto de reforma energética constituye una privatización de la industria petrolera. Otros sostienen que se quedó corta, en los límites de una verdadera privatización. Tal vez lo correcto está a la mitad del camino: este es otro paso de los que se han dado desde Salinas de Gortari a la fecha en aquella dirección. Privatización total será cuando Pemex coloque acciones de su capital social en las bolsas de valores, de suerte que sean adquiridas por inversionistas nacionales y extranjeros. Si deseas conocer los puntos básicos de su contenido en cinco minutos, pueden servirte de guia los siguientes puntos, elaborados por analistas de BBVA-Bancomer:
Guía para entender la reforma
– La iniciativa presentada el día 12 de agosto de 2013 por el Ejecutivo federal propone cambios a los artículos 27 y 28 de la Constitución a efecto de permitir la posibilidad de que el Estado suscriba contratos de utilidad compartida con el sector privado (artículo 27) y de eliminar el monopolio estatal en materia energética (artículo 28).
– El tema más importante a resaltar es que busca permitir la participación privada en la exploración y producción de hidrocarburos únicamente mediante asignaciones de contratos de utilidades compartidas y no mediante concesiones, como algunos participantes del mercado esperaban.
– Para maximizar las probabilidades de su aprobación, la propuesta de reforma se remite al texto constitucional que introdujo el presidente Lázaro Cárdenas en 1938, cuando se nacionalizó la industria petrolera, en el que se permitían las asociaciones con empresas privadas mediante contratos de utilidades compartidas.
– Adicionalmente, se pretende otorgar permisos al sector privado para que pueda participar en petroquímica básica, refinación, transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de hidrocarburos y sus derivados.
– La propuesta de reforma busca incrementar la capacidad y diversificación de la generación eléctrica al permitir su venta entre particulares, manteniendo el control del Estado sobre los segmentos de transmisión y distribución.
Europa sale de la recesión
Una grata noticia para los terrícolas: los países de la eurozona salieron de un periodo de 18 meses de recesión en el segundo semestre de este año, apoyados por las economías de Alemania y Francia. Las 17 naciones de la eurozona crecieron 0.3 por ciento de abril a junio, terminando la más larga contracción económica desde su creación en 1999. Alemania tendrá elecciones el próximo mes y creció 0.7 por ciento, mientras Francia, con gobierno socialista, alcanzó 0.5.



El futuro venturoso que –según ellos– garantiza la iniciativa energética peñanietista ha desquiciado a la selecta industria de los cálculos y los pronósticos. Cada jubiloso seguidor de la causa privatizadora incrementa o acota el bienestar y el crecimiento económico que –otra vez según ellos– generaría la susodicha reforma. Todo depende del entusiasmo que cada uno le ponga y qué tan convencido esté de los eventuales resultados (léase de la tajada que para sí obtendría).
Por ejemplo, meses antes de que el presidente Peña Nieto formalmente presentara la referida iniciativa, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell –sin experiencia previa en el sector– aseguraba que “con la aprobación de la reforma energética (…) se podría dar un empuje adicional al crecimiento del país de 2 puntos porcentuales del producto interno bruto” por año. Eso fue por allá de marzo pasado, pero ya con el documento publicado, ahora el cálculo del político quintanarroense se redujo a uno por ciento del PIB (a partir de 2018). ¿Por qué modificó el cálculo? Sólo él sabe.
Se supone que todos los estimadores y calculadores profesionales –oficiales y oficiosos– parten de la misma base, de las mismas cifras y de la misma realidad, para analizar el efecto de tal o cual decisión y los maravillosos beneficios que por ella se obtendrían. ¿Por qué, entonces, las profundas diferencias? ¿Estado de ánimo, acto de fe, mala lectura inicial o posterior? Quién sabe.
Otro ejemplo se encuentra en la perspectiva de empleo formal que se generaría si la multicitada iniciativa es aprobada por el Congreso mexicano: en estos días de júbilo nacional, el director general de Petróleos Mexicano, el empresario Emilio Lozoya, aventuró al menos 500 mil plazas laborales directas en el corto plazo (es decir en un año, plazo en el que no coincide el titular de la Sener, aunque sí en el número de plazas), pero ya en el detalle aclaró que “la generación de empleos (…) podría ascender a 2.5 millones en el sector hacia 2025”, o lo que es lo mismo poco más de 200 mil por año involucrado en el periodo (no aclaró si permanentes o eventuales).
Tal vez la primera declaración del otrora integrante del consejo de administración de la trasnacional española OHL (la que, por gracia de Marcelo Ebrard, cobra peaje en el segundo piso del Distrito Federal) se dio al calor de justificar lo dicho por el emocionado inquilino de Los Pinos, en el sentido de que con su reforma se crearían cientos de miles de empleos en todo el territorio nacional. Con todo, la experiencia mexicana de los últimos 30 años indica que el número de desocupados en el país crece a cada reforma estructural que se aprueba.
Pero no sólo en el sector público se cuecen habas. El Grupo Financiero BBVA-Bancomer considera que involucrar el capital privado en áreas del sector energético que hoy están reservadas al Estado aumentaría el potencial de crecimiento de la economía mexicana en medio punto porcentual, proporción que equivaldría a unos 5 mil 800 millones de dólares, es decir, nada, frente a las urgencias nacionales. Eso sí, estima la trasnacional española, con mayor inversión privada Pemex tendría un menor porcentaje del mercado, pero de algo más rentable, y a cambio obtendría un raquítico incremento de 0.5 por ciento en el PIB.
Eso dicen los calculadores del BBVA-Bancomer, basados, se supone, en la realidad petrolera nacional y en la información gubernamental. Sin embargo, sus paisanos del Grupo Financiero Santander parece que, con la misma información, entienden esa realidad de otra manera o con otro feeling, pues creen que la apertura del sector, tal y como como la propone el Ejecutivo federal, permitirá un incremento de 2 puntos porcentuales en el producto interno bruto de México, es decir, cuatro tantos más de lo previsto por los primeros. ¿Por qué la abismal diferencia? ¿Será que unos son vascos y los otros santanderinos?
Pero los gachupines no son los únicos que no coinciden. Allí está la trasnacional estadunidense Citigroup-Banamex, que todavía ve mejor el panorama, aunque en el plano laboral. Para sus analistas, con la reforma peñanietista la inversión en el sector energético sería de entre 15 y 20 mil millones de dólares (de 2.5 a 3 tantos mayor que la estimada por el BBVA-Bancomer), sólo considerando algunas actividades, de tal suerte que el impacto en el PIB sería de 1.5 puntos porcentuales en el primer año de su implementación.
Al contrario del emocionado cálculo del gobierno federal, en materia de empleo Citigroup-Banamex apenas si estima la creación de entre 45 y 55 mil plazas laborales, diez veces menos, en números cerrados, que los presumidos por Emilio Lozoya, Pedro Joaquín Coldwell y el propio inquilino de Los Pinos. ¿Por qué la abrumadora diferencia en inversión, crecimiento y empleo?
Y ya entrados en gastos, el siempre voluntarioso Consejo Coordinador Empresarial (¿recuerdan aquello de apostarle a algo distinto implicaría retroceso?) se fue hasta la cocina: por medio de su Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, estima que la interesante e inteligente propuesta de Enrique Peña Nieto podría atraer inversiones de entre 50 mil y 70 mil millones de dólares anuales, es decir, casi 12 veces más que las estimadas por BBVA-Bancomer y hasta 3.5 tantos más que la prevista por Citigroup-Banamex. Ahora que si finalmente se aprueba el otorgamiento de concesiones a particulares, entonces tal inversión llegaría a 100 mil millones de dólares anuales.
¿Alguien más? Hagan sus apuestas.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría y el por qué de las crecientes ganancias bancarias: “el 29 de julio de 2013 me quitaron de mi cuenta Perfiles Banamex, por error, la cantidad de mil 704.91 pesos. Comentaron que en ocho días serían devueltos y me dieron el folio 20130801280669. Hoy día 13 de agosto de 2013, 14 días después, aún no regresa mi dinero. Para lograr que alguien (en Banamex) me escuchara y tomara nota –incluyendo el día de hoy con reporte 20130813-102012– me costó 21 llamadas telefónicas igual a dos horas de mi tiempo y un correo que nunca fue contestado, enviado desde la pomposa dirección electrónica ‘queremosescucharte@banamex. com’. ¿Qué hacer ante estos abusos? El mes pasado me faltaron 300 pesos para completar el pago mínimo de mi tarjeta de crédito Banamex (las finanzas no han estado bien), y en el lapso de dos días recibí alrededor de 17 llamadas telefónicas exigiendo ponerme al corriente. ¿Ellos sí exigen prontitud?” (Juan Carlos Navarro, productorrealizador@yahoo.com.mx).
Twitter: @cafevega


La historia de la pobreza nacional, con todos sus derivados de violencia, va emparejada con dos factores ineludibles en este recuento: la venta de la industria y los bienes nacionales y el Tratado de Libre Comercio (TLC), a punto de cumplir 20 años.
Según los datos con que se cuenta, en los 30 años de neoliberalismo y las dos décadas de libre comercio México no ha logrado crecer a un ritmo que le permita cubrir sus necesidades principales.
Los datos son demoledores. En 1982 existían mil 115 empresas que pertenecían a la nación. Había de todo, desde siderúrgicas y mineras hasta de bicicletas. Para 1993 sólo quedaban 200; ya se habían vendido poco menos de mil. Hasta 1982 el crecimiento de México rondaba 6 por ciento anual; a la llegada de Miguel de la Madrid se desplomó y ese crecimiento no ha llegado a superar 2 por ciento.



El desalojo de los campamentos de simpatizantes de la Hermandad Musulmana en El Cairo, Egipto, derivó ayer en un saldo trágico de al menos 278 muertos y centenares de heridos. La jornada de violencia más sangrienta en décadas en el país norafricano fue repudiada por buena parte de la comunidad internacional. El régimen militar que arribó al poder mediante un golpe de Estado al presidente Mohamed Mursi y al gobierno de la Hermandad Musulmana –el primero electo democráticamente en ese país– anunció la reinstauración por un mes del estado de excepción, vigente durante las tres décadas que duró la dictadura de Hosni Mubarak (1981-2011).

Golpe a la memoria de Cárdenas
En el debate energético de 2008, quienes estaban en favor de la privatización y la reforma a los artículos 27 y 28 decían que oponerse a la desnacionalización energética retomando los juicios del Constituyente y los procesos históricos que los motivaron era propio de metafísicos o espiritistas, y con esos dicterios se burlaban de quienes recordaban  a Lázaro Cárdenas, Andrés Molina o las luchas sociales que construyeron la Carta Magna del 17 y, ulteriormente, la Expropiación Petrolera.

Partidarios del depuesto presidente Mohammed Mursi huyen de los tiroteos que emprendieron contra ellos las fuerzas de seguridad de Egipto, durante los enfrentamientos ocurridos en el distrito de Ciudad Nasr de El Cairo Foto Ap

Escribimos sobre lo que ocurre en Tepoztlán, Morelos, recordando a Juárez: El respeto al derecho ajeno es la paz. Las declaraciones de las autoridades estatales descalificando a los integrantes del Frente por la Defensa de Tepoztlán como un grupito violento de opositores han sido desmentidas por el mismo director regional de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), quien confirmó las denuncias del frente acerca de que el gobierno federal no cuenta con la titularidad de la tierra ni el derecho de vía para ampliar la carretera. Este hecho ha colocado al gobierno del estado en una lamentable situación, pues utilizó la fuerza pública para reprimir a auténticos propietarios y facilitar un despojo. Independientemente de lo que en última instancia ocurra con la carretera, deberán deslindarse responsabilidades. Mientras tanto, una disculpa pública por parte del gobierno de la nueva visión sería muy bienvenida.

Algunos amigos me hicieron llegar un documento de Pemex que se ha difundido en las redes sociales dirigido a potenciales inversionistas de México y el extranjero (ExpoForo Pemex). Elaborado en julio de 2012, dicho texto es como la otra cara de la moneda del pesimismo oficialista que justifica la privatización en el desastre de la empresa, esa autoprofecía tejida durante años para convencer a los ciudadanos mexicanos de que no hay otro ni mejor camino que volver a abrir las puertas a los capitales privados en la industria energética. Para lograrlo, primero combatieron sin éxito los tabúes constitucionales, injustamente ridiculizados como reliquias incompatibles con la modernidad. Como no tuvieron eco, ahora se cuelgan de las banderas rechazadas, repitiendo –palabra, por palabra, del Peña Nieto para abajo– que la iniciativa presidencial no es más que la vuelta a la visión original cardenista de 1940. El priísmo camaleónico del siglo XXI cree con ello haber hallado la piedra filosofal de la reforma, la justificación ideológica para enterrar el espíritu de 1938 y, en definitiva, todo replanteamiento que insista en fortalecer el papel de la industria petrolera en una perspectiva de verdadero desarrollo nacional, sin cambiar la Constitución (artstículos 27 y 28). El truco de hacer del presidente Cárdenas el autor intelectual de la reforma peñanietista es un recurso inmoral, pues deja sin explicar las difíciles circunstancias internas y exteriores a las que debió enfrentarse el Estado y la naciente empresa pública frente a la voracidad de los capitalistas expropiados, ni tampoco toma en cuenta la astucia del presidente Cárdenas ante el amenazante contexto internacional convulsionado por el horizonte de la guerra. En el fondo, y al revés de lo que plantean, los oficiosos guardianes de la redacción de 1940 del artículo 27 niegan el legado cardenista, su coherencia en la defensa del patrimonio nacional, expuesta, entre otras muchas ocasiones, en la carta al director de Pemex de 1968, publicada aquí por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. La campaña mediática de propaganda resultante es demagogia pura, pues al reconocer que el expropiador del petróleo no se oponía en 1940 al concurso de los particulares mexicanos (ni tampoco a la modernización de Pemex) sí alertaba ante quienes pretendían vigorizar los intereses privados que es de presumirse que llegaran a ser, si no antagónicos, a lo menos distintos de los intereses generales. Sabía que las fuerzas interesadas en ello no pararían hasta destruir la obra de la nacionalización. Memorables son, en este sentido, las polémicas libradas por el cardenista Natalio Vázquez Pallares, siendo diputado, contra los contratos de riesgo autorizados por Miguel Alemán y otros saqueadores del patrimonio nacional, los cuales no hubieran cesado de no haberse aplicado las reformas que hoy Peña Nieto quiere eliminar (aunque el contratismo halló su propias vías).

El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, hizo una presentación en El Colegio de México, el pasado martes 13, en la que expuso cómo entiende su responsabilidad, y las necesidades del aparato de procuración de justicia. También describió algunos de los aspectos centrales de la reforma institucional que ha emprendido para construir la nueva procuraduría. Después de escucharlo sentí enorme alivio, nada más porque dejó ver la distancia que nos separa de la vidente La Paca y de sus contactos con el más allá, que en 1996 dirigieron las investigaciones en el rancho de Raúl Salinas. Sólo recordar ese episodio de la justicia mexicana me sonroja de vergüenza.

Fidel Castro está vivo, muy vivo. Acaba de cumplir 87 años el martes 13 sin perder un ápice de su insaciable curiosidad y lucidez intelectual y su ímpetu trasformador de la realidad. Quien lo dude que lea su último texto (www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/08/14/122728331-las-verdades-objetivas-y-los-suenos-fidel-castro).

El 7 de agosto pasado, el Banco de México y el Banco de Inglaterra publicaron sus informes sobre la inflación en el segundo trimestre de 2013. En ambos casos sus gobernadores informaron las expectativas de sus respectivas entidades sobre el comportamiento futuro de sus economías y anunciaron las decisiones de política monetaria para los próximos meses. El Banco de México redujo su pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para 2013 de entre 3-4 por ciento a 2-3 por ciento. El Banco de Inglaterra señaló que había signos claros de que la actividad de la economía inglesa se ha fortalecido durante este año, lo que le lleva a revisar al alza su proyección de crecimiento.

La República de Chechenia tiene un largo historial separatista de Rusia. Al desintegrarse la Unión Soviética surgió un fuerte movimiento para instaurar un país autónomo musulmán a base de guerra de guerrillas y ataques por comandos suicidas en lugares específicos. Uno de estos ataques ocurrió en 2002 cuando un grupo de chechenios tomó por asalto el Teatro de Dubroka en Moscú, totalmente lleno, en donde se representaba la comedia musical Noreste, amenazando con matar a los rehenes, uno a uno, si no se retiraban las tropas rusas de Chechenia. El gobierno moscovita respondió lanzando por las ventilas del teatro un gas que supuestamente adormecería tanto a los atacantes como a los rehenes, pero que resultó ser venenoso y dejó una estela de 172 muertos entre unos y otros, algunos espectadores extranjeros. El presidente Putin se negó a especificar de qué gas se trataba y surgieron muchas especulaciones, sin que se haya develado hasta la fecha, a pesar de la difusión que el hecho tuvo y las solicitudes internacionales para conocer el gas, específicamente de Estados Unidos, su poderoso socio.


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