Lo que hoy se ha planteado está en lo
somero, palabrería alegre que trata de negar lo que salta a la vista,
insistencia mediática del gobierno federal que implica una confesión de
la necesidad de suplir con propaganda las carencias y engaños de la
milagrosa iniciativa chatarra apenas esbozada.
La noche del mismo lunes trágico, por ejemplo, a la misma hora se
transmitían en Televisión Azteca y Televisa entrevistas distintas,
presumiblemente en vivo (una con Javier Alatorre, en el Ajusco; otra
con Gregorio Martínez, el suplente de Joaquín López Dóriga, en el Canal
de las Estrellas) con Pedro Joaquín Coldwell, el secretario de energía
que no tiene ni una pizca de antecedentes en estos temas técnicos y
científicos, pero ahora augura con aires expertos un apocalipsis en
México en caso de que no se apruebe el gran negocio privatizador.
La capacidad de bilocación de Joaquín Coldwell sólo fue uno de los
prodigios mediáticos que se han desatado. El director de Pemex, Emilio
Lozoya (el joven), también realizó caravanas informativas plenas de
amabilidad entrevistadora, sin que saltaran preguntas periodísticas
sobre conflictos de intereses y oscuros entramados que son la
especialidad de la casa regente (la que aspira a ceder y conceder
contratos y convenios con cargo a la máxima riqueza nacional, en
tiempos marcados por la liberación e impunidad del prócer del 10 por
ciento como comisión mínima, el hermano Raúl Salinas de Gortari cuyas
enseñanzas ya son Biblia mercantil).
La política mediática de tierra arrasada que pretende imponer Los
Pinos con un amplio gasto en medios, sobre todo los televisivos (aunque
la catarata en radio ya era ayer notable), intenta concentrar la
atención pública y el debate político y legislativo en los grandes
temas pomposamente anunciados por Peña Nieto en la presentación oficial
de su iniciativa energética y en un mensaje especial nocturno que el
lunes requirió de la premoderna treta de la cadena nacional y la
posterior inserción íntegra de ese infomercial en los noticieros de
pantalla, como si fuera una información no pagada (a propósito de la
propaganda televisiva, destaca la costosa calidad de la producción, el
sentido de optimismo patrio sin sustento, las voces esperanzadas y el
sentido presuntamente épico de la hazaña de privatización para
beneficio de empresarios extranjeros y de políticos nacionales,
batidillo inevitablemente asociado a la corrupción institucionalizada
que vive el país).
Además de esos mecanismos clásicos del priísmo paleozoico, y de la
preparación de los batallones de las camisas de tres colores que
hipotéticamente saldrán a las calles a apoyar la citada reforma
energética y el maná que presuntamente le acompañaría, los estrategas
pinoleros han dado el banderazo de salida para el ataque de los
llamados Peñabots, miles y miles de cuentas que actúan de manera
sistematizada para apoyar o combatir determinadas posturas en Twitter,
sede crítica y polémica donde las promesas priístas son amplia y
razonadamente combatidas y derrotadas.
Pero no es en estas aguas superficiales donde está el engaño de
fondo, a pesar de que así pareciera mostrarlo el ajetreo del gobierno
federal. No en el zigzagueo casi deportivo del PRD en busca de
justificar el apoyo por omisión de lucha real que está dando al
proyecto peñista ni en las declaraciones tentativas de Cuauhtémoc
Cárdenas finalmente solidario con los Chuchos, o en los amagos de
luchador callejero en versión mexiquense de parte del reconocido
agitador de masas llamado César Camacho, o en los esfuerzos de
opinantes, comentaristas, clientes, abonados y conexos en pro de hacer
entender a la terca audiencia desconfiada que dejar que participen
empresas privadas en una tarea hasta ahora sustancial del ejercicio
público no es privatizar.
El
engaño de fondo no está en lo que hoy se ha puesto en la mesa de
discusión, aunque evidentemente se necesitan primero las reformas
esenciales, las constitucionales, para luego dar paso al conjunto de
modificaciones desprendibles de éstas. Pero el verdadero tesorito
petrolero está en las aguas jurídicas profundas. Es decir, en las leyes
reglamentarias que a mediano plazo precisarán, ya con salas casi vacías
y sin vocinglería ni lupas ciudadanas, lo que a grandes rasgos se
apruebe en los cambios hoy puestos en la marquesina oficial.
Las grandes compañías extranjeras que han recibido la promesa del
gobierno peñista de que les serán abiertas las puertas para grandes
negocios en México quisieran concesiones plenas y no los contratos de
utilidad compartida (figura jurídica sin éxito internacional en estos
menesteres, sacada de la manga por Los Pinos para tratar de mantener no
una soberanía nacional ya desahuciada, sino una capacidad
circunstancial de chantaje grupal y de compartición de utilidades bajo
la mesa o sobre las urnas). Hoy, para esos poderes coaligados, lo
importante es conseguir la aprobación de las letras mayores, las
relacionadas con lo constitucional, para luego centrarse en la tarea
tramposa de acomodar las menores (la famosa
letra chiquita) conforme a intereses más específicos.
Astillas
Nadie en los altos niveles de la política estadunidense
cree posible que haya salido en libertad Rafael Caro Quintero sin que
el priísmo supercontrolador que está de vuelta en el poder se hubiera
enterado e incluso lo hubiera aprobado. Por ello, los jefes gringos
presionan para que México encuentre alguna fórmula jurídica que permita
mantener bajo proceso a quien, conforme a las leyes nacionales, ya ha
sido juzgado y sentenciado al extremo posible. Una posibilidad es que
se le encauce por otro presunto delito, que no tenga relación con los
expedientes que ya son cosa juzgada. Pero los vecinos quieren que la
revancha lleve inscrito con fuego el nombre de Enrique Camarena. Luego,
nomás faltaría que encuentren al famoso sinaloense, y que lo
aprehendan... Y, mientras se han instalado las mesas para intercambiar
reformas político-electorales por lo energético, en el marco del pacto
complaciente, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Las
directivas de las cámaras de Senadores y Diputados acordaron realizar
periodos extraordinarios de sesiones del 21 al 23 del presente mes, en
los cuales se tratarán asuntos importantes, pero las reformas de mayor
trascendencia quedarán pendientes para el periodo ordinario.
En el Senado se tratarán seis temas, entre los que destacan reformas
para candidaturas ciudadanas, cambios en materia de catastro y deudas
de estados y municipios. El presidente de la Junta de Coordinación
Política de esa cámara, Emilio Gamboa Patrón, informó que los otros
temas son los nombramientos de los consejeros del Instituto Federal de
Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia.
En la Cámara de Diputados, tentativamente, el extraordinario será
para abordar la reforma al Ifai, la designación pendiente de consejero
del IFE y las leyes secundarias de la reforma educativa, las cuales
podrían ser remitidas de inmediato al Senado.
Está
pasando apuros el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para explicar
a los no expertos, e inclusive a los expertos, qué es eso de la
utilidad compartidaque el presidente Peña Nieto propone incluir en los negocios de las empresas privadas con Pemex, en caso de aprobarse el reformón energético. Según esto, en un contrato de ese tipo todo el crudo lo recibe el Estado, lo vende y le entrega a la empresa contratada una parte de la utilidad, la cual no puede rebasar 50 por ciento. Sin embargo, Videgaray tiene a la mano un ejemplo que entenderíamos todos. Es el caso de Romero Deschamps. Todo el crudo lo recibe Pemex, lo vende y comparte la utilidad con el líder petrolero. Ah, bueno, eso si se entiende, por ahí hubiéramos empezado.
¿De veras no hay capital?
Uno de los mitos de la privatización es que no hay
capital para invertir en Pemex. Esa es la razón por la que deben
abrirse las puertas a empresas privadas nacionales y extranjeras. Sin
embargo, según información oficial del Banco de México, el saldo de las
reservas internacionales del país es de 169 mil 325 millones de
dólares, con lo que marcaron un nuevo nivel máximo histórico, el noveno
del año y el tercero de forma consecutiva. Alrededor de 40 mil millones
están invertidos en bonos del Tesoro de Estados Unidos, es decir, están
financiando la economía del país vecino. Otros países han utilizado sus
reservas en dólares para apoyar su desarrollo. ¿Por qué México no? Por
otro lado, las Afores acumulan 2 billones de pesos (2 millones de
millones). Cuando Ernesto Zedillo creó el sistema de ahorro para el
retiro de los trabajadores, en medio de la crisis de 1995, dijo que el
país no contaba con ahorros. Ese sería el ahorro nacional. Hoy en día
los fondos están invertidos en Cetes y en empresas nacionales e
internacionales. ¿Por qué no se emplean para financiar a Pemex? Es rara
la atracción que tienen los dólares extranjeros sobre los funcionarios
mexicanos.
Farmacias con consultorio
Algunos grupos de médicos han comenzado a pedir a la
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris) que regule a las farmacias con consultorio anexo, llámense
Farmacias Similares, Farmacias del Ahorro u otras cadenas. Javier
Acuña, director general de Consejo para el Fomento de la Ética Médica y
Dispensación de Uso Racional de Medicamentos (Cofemedir), señala que
este tipo de establecimientos pueden representar un riesgo sanitario,
pues hay datos de sobreprescripción médica. Suele suceder que los
pacientes son recetados para comprar más medicamentos de los que
necesitan. Además, dice, podría existir un conflicto de intereses, ya
que el médico trabaja para el paciente y la propia cadena de farmacias.
El responsable de Cofrepris es Mike Arreola y las agrupaciones de
médicos esperan que entre en acción.
La fusión de dos aerolíneas
El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó
un recurso que busca bloquear la fusión de las líneas aéreas AMR y US
Airways. AMR es filial de American Airlines. El valor comercial
combinado de ambas compañías se estima en 11 mil millones de dólares.
Las autoridades consideran que su fusión reduciría la competencia en
los mercados locales, lo que a su vez se traduciría en tarifas más
altas. Rivalizan directamente en más de mil rutas.
¿Qué
habría sido de este país y de sus famélicos habitantes si el gobierno y
sus empresarios –o al revés– hubieran cumplido siquiera una mínima
parte de los abundantes cuan fantásticos beneficios que prometieron en
cada una de las muchísimas privatizaciones que concretaron en las
últimas tres décadas? México sería el paraíso, sin duda; sus nativos,
envidia de los noruegos, y no existiría índice de desarrollo humano
capaz de medir en su exacta dimensión el bienestar alcanzado.
Qué maravilla. Pero, ¡lástima!, que el hubiera no existe, y en el
centro de la terrible realidad nacional está el hecho de que esos
gobiernos y esos empresarios mexicanos a lo largo de los últimos 30
años institucionalizaron el cuento de la lechera como política pública.
Cómo estará la cosa, que el inventario de dichas ofertas resulta
infinitamente más grueso que el elevadísimo número de empresas
estatales y sectores económicos privatizados en ese lapso.
Cinco gobiernos al hilo, con la nueva oligarquía criolla a su lado
–o al revés–, armaron tremenda campaña propagandística para justificar
el desmantelamiento del aparato productivo de la nación (léase la venta
de garaje a precios de ganga): se trataba de
adelgazara un
Estado obesopara
detonar el desarrolloy colocar al país entre las potencias del primer mundo. Así, la parte pública se reducía a su mínima expresión (dieta rigurosa,
para atender las urgencias sociales) y el capital privado (los amigos del régimen) se convertía en el nuevo propietario de la nación, porque
él sí sabe administrar.
Por esa ruta transitó todo: banca, telecomunicaciones, carreteras,
líneas aéreas, ingenios azucareros, acereras, aeropuertos,
ferrocarriles, satélites, fertilizantes, petroquímica secundaria, gas,
generación eléctrica, y lo que se quede en el tintero, que es mucho.
Pero nada cambió en cinco sexenios consecutivos, salvo el crecimiento
vertiginoso de las fortunas de unos cuantos, porque el desarrollo nunca
detonó, el inventario de promesas creció y creció, se multiplicaron los
rescatesdel capital privado con recursos públicos (qué bueno que
él sí sabe administrar), el gobierno se quedó igual de obeso que de ineficiente y los mexicanos siguen envidiando a los noruegos.
Pero no queda allí. Se instaló el sexto gobierno al hilo, y mantiene
el cuento de la lechera como política pública. Con el asunto de la
privatización que nada privatiza en el sector energético, el inquilino
de Los Pinos y su gabinetazo ofrecen, entre otras, las siguientes
maravillas:
mayores inversiones y mejores empleos; las familias mexicanas podrán sentir en sus bolsillos los beneficios de que nuestra economía vuelva a crecer a mayores niveles como no ha ocurrido en las últimas décadas; si aprovechamos esta gran oportunidad se habrán de crear cientos de miles de nuevos empleos; si llevamos a cabo esta reforma bajará el precio de la luz y del gas; nuestro campo se beneficiará con una mayor producción nacional de fertilizantes (industria nacional privatizada en los años 90), que éstos habrán de ser más accesibles y, en consecuencia, México tendrá mayor producción de alimentos y a mejores precios; las empresas tendrán más y mejor energía, podrán ser más competitivas, crecerán y podrán contratar a más personas y a mejores salarios; tendremos tecnologías de vanguardia; recuperaremos lo mejor de nuestro pasado para conquistar el futuro; un punto adicional al PIB (originalmente dijeron que dos); aprovecharemos al máximo los recursos del país, y lo que se acumule.
¡Uf!, qué banquete. Y ello nada más en el sector energético. Basta recordar lo prometido con las
reformaslaboral y educativa, para no ir más lejos. El problema es que, palabras más o menos, esa es la misma oferta que los gobiernos anteriores, cada cual en su turno, hicieron en cada una de las muchísimas privatizaciones efectuadas en tres décadas. ¿Hay algo distinto hoy en el ambiente y en las prácticas político-empresariales del país como para llegar siquiera a suponer que ahora sí cumplirán con lo ofrecido? Absolutamente nada.
Cómo olvidar las promesas de Felipe Calderón (reducir las tarifas de energía eléctrica, una de ellas) cuando presentó su
reformaenergética (8 de abril de 2008). Entre otras cosas, ofreció (cualquier similitud con lo actual no es coincidencia): “aprovechar al máximo el potencial de nuestra industria petrolera y fortalecer a Pemex; hace 70 años la visión del general Cárdenas supo darle futuro a México, y hoy nos toca a todos los mexicanos actuar también con verdadero patriotismo; la iniciativa no busca privatizar; (sin la
reforma) estamos dejando de recibir algo así como cien mil millones de pesos anuales y con ese dinero hubiéramos podido multiplicar por cuatro el presupuesto de Oportunidades; no se propone modificar la Constitución; estaremos en condiciones de garantizar un mejor futuro para nuestros hijos; el Estado podrá garantizar plenamente el acceso a la educación de calidad y a la cobertura de salud de todos los mexicanos; recursos para vivir mejor: más escuelas, medicinas, clínicas, hospitales, caminos, carreteras, puentes, agua potable, drenaje, electricidad, vivienda, preparatorias y universidades; una palanca de prosperidad que nos permita superar definitivamente la pobreza; aprovechemos esta riqueza para dejarle a nuestros hijos una nación más fuerte, más justa. Un México más próspero y plenamente desarrollado”. Y el Congreso se la aprobó. Echen cuentas.
Y también están los
contratos de servicios múltiplesde Fox (
con ellos reduciremos las importaciones de gas natural y aprovechar los recursos naturales para transformar a México en un país autosuficiente, según dijo), por medio de los cuales la cuenca gasífera de Burgos se concesionó al capital privado. Hoy el gobierno federal informa que en 1997 México importaba uno por ciento de este combustible; ahora 33 por ciento.
En fin. De las promesas a los hechos. En esos 30 años, los mexicanos vieron pasar los sexenios de la
renovación moral(Miguel de la Madrid), la
solidaridad(Carlos Salinas de Gortari), el
bienestar para las familias(Ernesto Zedillo), el
cambio(Vicente Fox) y el de
para vivir mejor(Felipe Calderón), y lo único que obtuvieron fue un par de severísimos
adelgazamientos: el de la infraestructura productiva del Estado y el propio.
Las rebanadas del pastel
De lo bien que la reprivatización bancaria
democratizó el capital(Salinas dixit) da cuenta el informe que ayer divulgó la CNBV: tres grupos financieros acaparan 57 por ciento de los activos del sistema que opera en el país… Mejor aún, en seis meses la
reformalaboral generó 118 mil desocupados más, y contando.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
Todo
mundo llega a ese punto, creo haber leído en páginas diversas, un punto
de no retorno en el cual la nota principal es el vacío. Un vacío que no
se sostiene por sí mismo, que es añoranza de la, acaso mítica,
plenitud. Desde un mutismo ensordecedor algo grita que todo lo hecho no
fue nada, no es nada, y que hay que volver a empezar (no, no hay que
volver, sólo hay que empezar). Y empezar, ya se sabe, cuesta.
Y otro algo, no mudo, sí callado, sin embargo se recrea en una frase
hecha: lo hecho hecho está. Si no te colma, agrega, de ello aprende.
Pero no lo rechaces; no por afán de limpieza hagas tábula rasa de lo
que te arrasa, de lo que al parecer arrasa contigo, con tu voz, con tu
lenguaje, con tu esto he sido. Lo que has sido aquí está. Es una
pregunta. ¿Qué puedes responderle? ¿Qué tal si nada? Mas si ese nada es
en verdad una respuesta, puede que todo.
De
acuerdo con información difundida por la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores (CNBV), en el primer semestre de 2013 los grupos financieros
que operan en el país obtuvieron ganancias sin precedentes,
equivalentes a 61 mil millones de pesos, casi 18 por ciento más que en
el mismo periodo del año pasado.
Piden audiencia a titular de Relaciones Exteriores
El 3 de mayo, 40 embajadores
y cónsules generales en retiro solicitamos una audiencia al secretario
de Relaciones Exteriores para exponerle la dura condición económica que
padecen los miembros de carrera de Servicio Exterior Mexicano (SEM)
jubilados y proponer algunas soluciones. No nos ha recibido ni nos ha
dicho cuándo lo hará. En julio instruyó a dos colegas de mandos medios
para escuchar nuestras demandas. Declinamos el contacto, porque
consideramos que no tenían capacidad de decisión. El SEM de carrera es
un servicio de excelencia que agrupa a destacados profesionales y
especialistas que, al llegar a la edad de jubilación, se encuentran en
una situación económica muy inferior a la que tienen sus homólogos de
otros países, así como de otras entidades de la administración pública
y del sector educativo.
Afinales de 2005, cuando Evo Morales ganó los comicios presidenciales
con 54 por ciento de los votos, se comprometió a poner el país de pie.
Bolivia, entonces, empezó a dejar atrás tres siglos de sojuzgamiento
feudal, más 180 años de republicanismo mal encarado o asumido.
La iniciativa de reforma energética presentada por el Ejecutivo debía, según la fuente inspiradora de la misma, llamarse
Iniciativa de ley Lázaro Cárdenas del Río. Resulta, para sorpresa de todos, que el general Cárdenas, así de visionario, dejó marcadas en su
sagradas escrituraslas líneas modernizadoras de la industria petrolera de México, para que un día un mesías sexenal, interpretando adecuadamente el pensamiento nacionalista del viejo presidente salvara a la industria y a la patria en beneficio de los mexicanos.
Los
resultados de la encuesta del Foro Consultivo Científico y Tecnológico
(FCCT), realizada a los miembros del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) mayores de 60 años sobre su intención de jubilarse durante los
próximos seis años muestran que sólo 18 por ciento piensa hacerlo. La
principal razón es la pérdida de sus ingresos por estímulos y también
de las prestaciones, como el seguro médico privado.
Los
sueños en realidad no son efímeros; no siempre son materia del olvido.
En 1928 dos amigos quisieron fijar un par de sueños que los habían
sacudido. Uno había soñado con una mano perforada en la palma por la
que salían hormigas; otro con una mujer que lo veía de frente mientras,
sin que ella se inmutara, le abrían los párpados de un ojo para
vacíarselo de un tajo con una navaja de afeitar.
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