Centros
educativos tomados, carreteras cortadas... estudiantes de las escuelas
'normalistas' [magisterio] de Oaxaca se lanzan a la calle para hacer
frente al plan educativo del Gobierno.
Frente al Instituto
de Educación Pública de Oaxaca encontramos estacionados media docena de
autobuses que habían sido confiscados en días previos. Las
instalaciones a su vez habían sido tomadas esa misma mañana, las
pintadas en las paredes y en los coches oficiales así lo hacían saber.
En su interior y alrededores cientos de jóvenes estudiantes miembros de
la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO),
conformada por las once escuelas Normales Públicas del Estado, hacían
guardia. La Escuela Normalista en México es lo equivalente a una
Facultad de Magisterio de Educación en España.
Nos dirigimos a
un grupo de estudiantes y nos remiten a las voceras responsables de
prensa y propaganda, y uno de los normalistas nos acompaña. Un grupo de
jóvenes estudiantes nos recibe y nos saluda cordialmente. Las voceras
de los inconformes comienzan a explicarnos la motivación y el
desarrollo de las movilizaciones.
Como nos explica Miriam
Martínez, una de las voceras de la CENEO, las protestas que se están
dando durante las últimas cuatro semanas en varios Estados mexicanos,
como Oaxaca, Guerrero, Veracruz o Michoacán, surgen como respuesta a la recién aprobada reforma educativa sugerida por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y
como denuncia de la situación de precariedad real, tanto laboral como
de recursos, que se da en los centros educativos mexicanos,
especialmente en las zonas rurales.
Para la resolución del
conflicto primeramente se optó por la apertura de un diálogo y en esa
misma línea el pasado 3 de marzo se hizo entrega de un pliego petitorio
donde figuraban los 21 puntos donde se expresan las demandas de los
normalistas.
Una de las principales demandas de los estudiantes son las "becas de kilometraje", que sirven para que los alumnos puedan desplazarse y permanecer en las comunidades, de las cuales muchas carecen de los servicios más básicos. Otro punto importante son los materiales didácticos para preparar las clases cuya carencia es preocupante.
En
cuanto a la reforma educativa que el Gobierno pretende implantar,
muestran su desacuerdo con varios de los planteamientos ya que
entienden que se trata de una educación estandarizada que poco se
ajusta a la realidad de las comunidades y que una vez más elude los
problemas de injusticia y desigualdad social que presenta el estado.
En primer lugar, subrayan la falta de infraestructura y recursos
a la que se ven sometidos, tanto durante la fase de estudio, en la que
muchas veces ni siquiera cuentan con la bibliografía de la materia de
la cual van a ser examinados, como durante la fase de prácticas o
desarrollo profesional en las escuelas.
Además, la nueva reforma
plantea la autonomía de gestión según la cual serían las familias las
que tendrían que hacer frente a los gastos derivados de la educación de
sus hijos. Este hecho en un Estado en el que la deserción escolar
motivada por la pobreza es ya de por sí muy alta, acentuaría aún más el
problema. Denuncian además la desinformación y desconocimiento que al respecto sufren las familias y la población en general.
Otro punto de controversia es la intención del Gobierno de
implantar el inglés en los planes educativos cuando “hay pueblos en los
que los niños tienen una lengua materna y ni siquiera hablan español” como nos explica otra compañera vocera de la CENEO y estudiante normalista rural.
Estas dificultades se acentúan aún más cuando se trata de escuelas rurales.
“Hay muchas escuelas que son unitarias en las que un solo maestro se
encarga de dirigir el centro y de ser maestro de primero a sexto grado”.
Escuelas tomadas
Ante la total indiferencia por parte del Gobierno frente a las demandas y denuncias,
los estudiantes oaxaqueños optaron por desplazarse a la capital del
Estado dando comienzo a la jornada de lucha con acciones totalmente
pacificas en forma de manifestaciones y toma de algunas carreteras.
Hasta la fecha no ha habido prácticamente ningún acercamiento ni avance
por lo que las acciones han aumentado en número e intensidad.
Las escuelas están tomadas y las clases llevan un mes paradas. A
esto se le suma la mencionada confiscación de autobuses urbanos, cortes
de carreteras y ocupación de las instancias del Instituto de Educación
Pública de Oaxaca tras la negativa por parte del mismo a crear una mesa
de negociación. También han realizado tomas de camiones de empresas
transnacionales y su posterior reparto de la mercancía confiscada entre
la población que se encontraba a las puertas de un hospital público.
La represión por parte del estado tampoco se ha hecho esperar, ni en
Oaxaca ni en otros estados, y actualmente pesa sobre los estudiantes
una orden latente de desalojo de las instalaciones de la Escuela
Normalista de Oaxaca.
Los normalistas no se han limitado a la movilización social, si no que frente
a la reforma educativa del Gobierno han elaborado, junto con maestros
ya profesionales, todo un plan alternativo para Oaxaca, el llamado
Plan Alternativo para la Transformación de la Educación en el Estado de
Oaxaca (PTEO), que pretende enfrentar las problemáticas y retos
educativos tomando en consideración tanto las características propias
del estado de Oaxaca, como de cada comunidad dentro del mismo.
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