3/21/2014

Sexo y tecnologías en Cuaresma



Gabriela Rodríguez

Después de la denuncia de la ONU del persistente patrón de graves violaciones a los derechos sexuales de niños y niñas por el Vaticano y sus parroquias, y del reclamo de Amnistía Internacional por haber contribuido, junto con el gobierno mexicano, a la criminalización de las mujeres que recurren al aborto, nos enteramos de que Norberto Rivera Carrera otorgó a todos los sacerdotes de la arquidiócesis de México facultades extraordinarias para perdonar el pecado del aborto con motivo de la Cuaresma ( La Jornada, 4/3/14). Pero no encontramos semejante facultad de perdón en el mensaje que con el mismo motivo enviara el Papa del pueblo, tal como fue calificado Francisco en la portada del Time de julio pasado, meses antes de otorgarle el lugar de salvador de México a Enrique Peña Nieto.

Recurrir al confesionario y a las misas son rituales que han perdido importancia entre la mayoría de los mexicanos que se declaran católicos, sin embargo los jerarcas de ese linaje religioso buscan estrategias para recuperar presencia de la feligresía en sus templos. Para el nuevo Papa “los cristianos están llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacerse cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. Hay distintos tipos de miseria. 

La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad (… pero…) No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros –a menudo joven– tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía!” 

Para el nuevo pontífice “la Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele (…) Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida”.

Y aunque no muchos guardarán la penitencia del ayuno y la abstinencia, la oportunidad de arrepentirse y de ser perdonados en estos 40 días está abierta. Como vemos, los prelados enfocan sus baterías donde saben que están las mayorías: los pecadores que desobedecen las regulaciones religiosas. ¿Lograrán que lleguen al confesionario las más de medio millón de mujeres mexicanas que abortan cada año? ¿Dejarán de ser consideradas como asesinas durante la Cuaresma? ¿Atraerán a los confesionarios a los 50 millones de compatriotas que consumen alcohol? ¿A los 2 y medio millones que admiten consumir drogas ilegales? ¿A tantos otros que disfrutan del juego y la pornografía? Como la meta es recuperar muchas de las ovejas perdidas, se recurre también a la cultura digital. Francisco, quien se define a sí mismo como un pecador, cuenta con 49 millones de menciones en Internet y con 12 millones de seguidores en Twitter; tan sólo en español lo siguen 5 millones.

Y es que los jóvenes cibernautas son la mayoría demográfica dentro de esa Iglesia, y en relación al sexo, lo de hoy es el sexting y el cyberbullying. El primero consiste en el envío de mensajes eróticos por medio de dispositivos electrónicos, mientras que el segundo se refiere al acoso constante a través de las redes. Además están los llamados quemones, una forma de comunicación para violentar a otros, exhibiendo fotos de desnudos y prácticas sexuales que van en contra de la voluntad de aparecer. 

Reconociendo estas prácticas, la presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez en la Cámara de Diputados, Verónica Juárez, explicó que está por proponer la creación de un organismo nacional que se encargue de vigilar los contenidos en Internet que presuntamente cometan violaciones contra los derechos de menores de edad. Pero la cultura digital es un nuevo lenguaje que está transformando las formas de relación y que obliga a repensar los mecanismos, las formas de regular y la construcción de las leyes mismas.

 El reto es cómo regular los abusos sin reprimir la libertad sexual ni el derecho a la libre expresión. Otras iniciativas buscan prevenir embarazos adolescentes mediante los llamados bebés virtuales, muñecos que lloran y orinan y que supuestamente retrasan la edad de la maternidad o paternidad ante la vivencia de las dificultades que representa esa experiencia. Sin embargo, hay evidencia científica de que los bebés virtuales no son efectivos, ni producen cambios en la percepción de los adolescentes acerca del impacto de un bebé en su vida (Lisseth Morales Cortés et al., ATEN FAM 2012, 19-4).

La ciencia y la sociedad del conocimiento, al tiempo que amplían el horizonte de las relaciones sociales, abren alternativas de comunicación y, también, nuevas posibilidades de abuso. Recurrir a la represión es reproducir las formas confesionales, que nunca han demostrado eficacia en reducir las prácticas sexuales violentas. Hoy la gente ha dejado de verse a sí misma como una criatura privilegiada hecha a imagen y semejanza de Dios. Los sujetos del siglo XXI se asumen como seres globales cuyos sentidos se extienden mediante la comunicación digital, y que, más allá del planeta, ocupan un lugar minúsculo entre cúmulos de galaxias.

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