Que negocio tienen los empresarios para sumarse a la postura del ejércitode cerrar sus cuarteles, frente a la solicitud de los padres de las víctimas de que sean abiertos. Los mismosempresarios que exigen, con razón,seguridad, ahora levantan la voz para permitir la impunidad de los militares, de hecho, no recuerdo haber oído que protestaran por los abusos y atropellos a los derechos humanos que históricamente ha cometido el ejército.
Es una falacia eso de que hay que darle impunidad al ejército en nombre de la sacrosanta seguridad nacional. Una sociedad que sufre secuestros, ejecuciones sumarias, violaciones, robos que ha cometido la tropa, nos alejan de la seguridad. Históricamente en el mundo los generales le permitían a sus tropas que saquearan las poblaciones conquistadas, inclusive veían con buenos ojos la violación de mujeres; parece ser que ahí donde llegan las tropas en el país supondrían ser territorios ocupados, donde se permite el libertinaje del conquistador, la gran diferencia es que los robados,secuestrados, extorsionados y mujeres violadas no son el enemigo, son las nuevas víctimas de una pésima política y del imperio de la impunidad.
En 1968 fue el ejército el responsable de masacrar a la sociedad inerme en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre (el testimonio más poderoso lo generó la filtración de información de un ex secretario de la defensa nacional al periodista Julio Scherer, así trataba de limpiar su memoria), antes ya habían lanzado un bazucaso contra las puertas de una escuelapreparatoria, guerra abierta contra estudiantes apoderados de un plantel. En los 1970s el ejército cumplió unpapel fundamental en la guerra sucia, en la cual desapareció personas y se dice que seguía la misma táctica de los argentinos, de lanzar a sus víctimas almar desde aviones. El actual gobernador de Guerrero fue secuestrado y torturado por militares en esos años.
Fue en ese tiempo que un militar se asiló en Canadá diciendo que parte de su trabajo había sido desaparecer 100 cuerpos en dos de los hornos crematorios que tenía elejército en ese tiempo (¿para qué necesita el ejército hornos crematorios?); unos años después en los 1990s otro militar se asiló en Estados Unidos al haber sido amenazado de muerte por negarse a seguir la orden de no tomar prisioneros en Chiapas.
El ejército mexicano está asociado a algunos de los peores y más obscuros episodios en la historia de México, y siempre ha tenido una gran efectividad para silenciar las críticas, esto lo ha hecho con medidas que van desde perseguir periodistas (hay en Estados Unidos hoy en día varios pidiendo asilo político después de haber sido amenazados por militares de alto rango, y hasta un abogado de migración fue amenazado) hasta silenciar a los críticos; una de las grandes vergüenzas fue haber enlatado la película La sombra del caudillo, esto quebró económicamente al director de la misma, mientras se silenciaba la denuncia por la traición que caracterizó a los generales revolucionarios. El autor del libro tuvo que huir del país. Elmensaje era claro: con el ejército no se mete nadie. Yo salí de un periódicopor denunciar que el hijo delsecretario de la defensa había recibido la concesión para construir una base militar.
México necesita una verdadera Comisión de la verdad que saque a la luz los múltiples y constantes atropellos del ejército. Ahí está Tlatlaya donde hubo ejecución sumaria, y la interrogante que se posa sobre Iguala donde se ha filtrado que elejército sabía lo que pasaba, intervino en contra de los estudiantes, y posiblemente cumplió un papel más activo, que se empeñan en ocultar. En parte es por eso que los padres ymadres de Ayotzinapa quieren entrar a los cuarteles, a buscar señales de sus hijos.
El gobierno dice que en realidad los guerrilleros quieren entrar a los cuarteles como parte de una estrategia de ataque, y hasta dan los nombres de los guerrilleros; tan fácil que resultaría que a esos “guerrilleros” les prohíban entrar a los cuarteles dejando entrar a las víctimas. No debe quedar duda de que la madre y el padre de un joven desaparecido es víctima y la actitud delgobierno y el ejército lo re victimizan una y otra vez. Para cuando entren todo estará limpio, y la sospecha permanecerá.
¿Qué interés tienen entonces los empresarios para que la revisión de los cuarteles no suceda?
Por qué meten las narices de una forma errónea en un tema que les compete comomexicanos porque en Iguala se masacró la dignidad nacional, se agredió a los desposeídos, se violentó la ley y se pisoteo la libertad y lavida. ¿Es eso acaso lo que defienden?
Una vez más esos empresarios defienden la ignominia en lugar de luchar por la justicia y la libertad.
Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
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