4/25/2015

Presentan libro “Rosa María. Una mujer en la guerrilla”


Feminista Mirna Paiz narra presencia femenina en lucha armada

“El punto central del mitin radicaba en el esclarecimiento sobre la explotación a que los campesinos han venido siendo sometidos, las formas inhumanas de vida que les imponen los ricos… Según el caso, el conocimiento concreto nos permitía denunciar las maniobras de los compradores al por mayor, al dueño de la tierra arrendada, al propietario de la hacienda, en fin, la explotación.”

 
Este relato forma parte del trabajo de propaganda que hacía la organización revolucionaria donde participó Mirna Paiz Cárcamo en el Frente Edgar Ibarra en los años 60 en Guatemala, contenido en el libro “Rosa María. Una mujer en la guerrilla”.
 
Sin duda tales palabras cobran gran validez si se toma en cuenta la terrible realidad que vive hoy la mayoría de habitantes en el campo guatemalteco, donde dueños de fincas, empresarios de industrias extractivas y funcionarios –civiles y militares– imponen un modelo que privilegia los intereses del capital a costa de violentar los derechos del campesinado.
 
En el Café Cervantes, ubicado en la Ciudad de Guatemala, repleto como nunca antes lo había visto, se realizó un homenaje emotivo a Mirna, “Rosa María”.
 
Más que una presentación de un libro, dijo la moderadora Megan Thomas, es un acto de reconocimiento para quien fue la primera mujer que se incorporó como combatiente en las montañas de Guatemala y tenía ideas feministas.
 
El texto publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Pablos Editor y Ediciones Del Pensativo, tiene una mirada de mujer, quien lo redactó hace 45 años de manera sencilla y clara, sin afectaciones y haciendo explícita su forma de concebir el mundo.
 
Actualmente existen otros, como “Memorias rebeldes contra el olvido”, que contiene testimonios de 28 ex combatientes indígenas que pertenecieron al Frente Ho Chi Minh, y que también describen desde su condición de mujeres del campo las formas inhumanas a las que se vieron obligadas a vivir entre los años 60 y 70, así como sus rebeldías y aspiraciones transformadoras.
 
Conocer los relatos de la insurgencia guatemalteca sigue siendo válido, sobre todo ahora que se ha intensificado la estrategia para estigmatizar las luchas sociales, en especial los testimonios de Mirna aportan elementos casi ignorados aún en la actualidad.
 
“… Si se juzga desde fuera pudiera parece que la participación de la mujer campesina en nuestra lucha armada, durante esa etapa, fue bastante pobre, y digo que no es así, su participación fue, para nosotros, de un alto grado de importancia, especialmente por la situación que la mujer campesina tiene en nuestro país.
 
“Sojuzgamiento a través de la opresión que sufren todos los campesinos y desventaja social en relación con el hombre.”
 
La fluidez del texto de “Rosa María” y del contexto presentado por la investigadora Gabriela Vázquez Olivera hace recomendar ampliamente su lectura y reflexión.
 
Retomo una de las ideas expuestas por María Aguilar Velásquez, quien –al comentar la publicación– anotó que este testimonio llama a las personas jóvenes a no quedarse en el “tendría”, a dejar de ser observadores y convertirse en actores del momento actual.
 
Visiblemente emocionada, Mirna Paiz agradeció el éxito de la actividad, donde quedó en el ambiente como un eco la explicación del ideal que la motivó a la lucha revolucionaria: “Cambiar las estructuras socioeconómicas, queríamos cambiar el mundo”. 



Por: Rosalinda Hernández Alarcón, corresponsal
Cimacnoticias | Guatemala.-

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