Periodistas en México y medios en el extranjero retoman la investigación especial sobre las ejecuciones de civiles en Michoacán.
Se reproducen fragmentos de columnas y enlaces a las notas
periodísticas publicadas por algunos medios de comunicación, entre
ellos The New York Times.
Columnistas:
Julio Hernández en La Jornada
“La documentada investigación de Laura Castellanos sobre las ejecuciones de personas desarmadas y rendidas en
Apatzingán confirma la existencia de una virtual política de gobierno
que alienta y protege el asesinato masivo y crudo de quienes a faccioso
juicio discrecional de fuerzas federales (policías federales,
soldados o marinos, según diversos casos conocidos) les resultan o
parecen susceptibles de exterminio. No sólo una
limpieza socialde presuntos miembros de bandos del narcotráfico (a los que se acribilla sin mayores preámbulos y a los que el Estado ni siquiera concede una burocrática averiguación previa para tratar de dilucidar una verdad jurídica de los hechos), sino incluso la matanza de ciudadanos habilitados como guardianes locales
del ordena consecuencia de tretas, mezcolanzas, rehabilitaciones y ensayos del propio gobierno federal (las autodefensas y su institucionalización michoacana, la policía rural, en el caso de Apatzingán, todo con Alfredo Castillo como ejecutor de esa guerra sucia, ahora premiado con la Comisión Nacional del Deporte para demostrar que sus andanzas corresponden a la voluntad de Los Pinos).
Castellanos es una periodista independiente que ha publicado reportajes en varios medios nacionales, entre ellos La Jornada. Tiene en su haber dos libros: México armado, una notable investigación sobre movimientos guerrilleros en nuestro país, de 1943 a 1981, y Corte de caja, una entrevista alSubcomandante Marcos.
El reciente reportaje sobre Apatzingán contó con testimonios directos,
videos y fotografías que demuestran que policías federales asesinaron a
sangre fría, sin resistencia y con todas las agravantes jurídicas a 16
civiles, de los cuales una parte pertenecía a la policía rural (
armadoscon palos y piedras, sin armas largas) y otros eran jornaleros y civiles sin relación con fuerzas de seguridad. El patrón de conducta de la policía federal significó el disparo indiscriminado contra grupos civiles, la ejecución directa de algunos detenidos y el impedimento intencional de que se diera inmediata y adecuada atención médica a los heridos.
El episodio de Apatzingán de este año forma parte de una larga serie
de actos de violencia del Estado contra pobladores absolutamente ajenos
a actividades delictivas, pero también contra miembros de grupos
criminales a los que se han aplicado tácticas de exterminio a tabla
rasa. Basta recordar que Felipe Calderón inauguró en esa población la
guerra contra el narcotráficoque le diseñó el gobierno de Estados Unidos, con una saña que hizo pensar a algunos si la dupla FC-EU se había equivocado al ordenar ataques contra Apatzingán creyendo que era Afganistán”.
(…)
Ricardo Raphael en El Universal
Un testigo acudió a desmentir la versión oficial. No fue fuego
cruzado entre grupos de civiles, la Policía Federal disparó contra la
población el martes 6 de enero porque recibió la instrucción de
eliminar a las personas que habían tomado la presidencia municipal de
Apatzingán.
El periódico Reforma publicó ese testimonio el domingo siguiente y
fue entonces cuando el ex comisionado federal de la Seguridad en
Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, decidió visitar los medios para
propagar una fabricación infame.
Este hombre de confianza del presidente Enrique Peña Nieto se hizo
acompañar por un fiscal que lo auxilió a la hora de presentar con
gráficos y fotografías su mentirosa versión de los hechos.
Irritado cada vez que se le interrumpió, el entonces comisionado
utilizó esquemas arbitrarios que querían explicar la trayectoria de las
balas, describir la geografía de los hechos y la disposición de los
cuerpos ensangrentados.
La exposición de lo que en el argot ministerial se llama la mecánica
criminal despertó muchas dudas, y es que Castillo respondió a cada
interrogante con una mezcla de imprecisión, arrogancia e impaciencia.
Eso sí, insistió de forma machacona con que aquel día en Apatzingán
“todas las personas fallecidas pudieron haber sido ultimadas por sus
compañeros … (producto) del fuego cruzado”.
De la investigación realizada por la periodista Laura Castellanos se
infiere que durante aquellas reuniones con los medios, Castillo
Cervantes le hizo propaganda a una mentira. Entregó una narración
confeccionada solo para engañar.
Gracias a la voz de más de 50 testigos —vecinos, víctimas,
sobrevivientes, personal médico— queda hoy al descubierto que tanto el
Ejército mexicano como la Policía Federal acudieron la madrugada del
Día de Reyes con la instrucción de ejecutar a los integrantes de las
autodefensas (la gran mayoría muchachos con menos de 20 años) que
habían sido despedidos por el propio Castillo —un mes antes, sin
indemnización ni paga— y que por ello se habían plantado frente a la
presidencia municipal de Apatzingán (…).
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Sergio Sarmiento en Reforma
“La violencia se ha levantado en vara de maldad”.
Ezequiel 7:11
Son dos versiones muy distintas. El entonces comisionado federal
para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, afirmó que se trató
de un simple fuego cruzado entre dos grupos de autodefensa. Un
reportaje de la periodista Laura Castellanos afirma, en cambio, que fue
una matanza perpetrada por la Policía Federal y que dejó a cuando menos
16 personas muertas.
(…)
Alfredo Castillo dejó la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo
de Michoacán el 22 de enero, dos semanas después de la matanza. No
sabemos si la comisión sigue operando formalmente o si dejó de existir
una vez que el general Felipe Gurrola Ramírez recibió el mando especial
de seguridad en Michoacán.
Se atribuye a la comisión que encabezó Castillo el haber pacificado
a un Michoacán que vivía en una situación de enorme violencia. No sé si
las cifras avalen esta afirmación; pero si se confirma la matanza de
las 16 personas en Apatzingán, dos semanas antes de que Castillo dejara
el mando de la comisión, habrá que determinar con mucho cuidado y
transparencia la cadena de responsabilidades que llevó a esta atrocidad.
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José Cárdenas en Excélsior
¡Mátenlos como perros!, fue la orden que retumbó en los oídos de las
aterradas víctimas y testigos de la matanza del Día de Reyes, en
Apatzingán, Michoacán.
El reportaje de Laura Castellanos, publicado el domingo por Aristegui Noticias, el semanario Proceso y la cadena Univisión, demuele la verdad oficial sobre la muerte de 16 personas, en el corazón de la Tierra Caliente.
Imágenes estremecedoras, medio centenar de declaraciones,
protagonistas y testigos, desmienten la versión del entonces
comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes, quien días después de
la masacre afirmó que todos los fallecidos habían caído víctimas del
“fuego cruzado”.
Las voces de los testigos —recabadas por la periodista— describen un
infierno provocado con premeditación, alevosía y ventaja por las
Fuerzas Federales, responsables de abrir fuego en dos ocasiones contra
los comunitarios plantados frente al Palacio Municipal… y aquellos que
horas después intentaron rescatar a los detenidos.
(…)
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Javier Solórzano en La Razón
El sábado se dio a conocer, Proceso y Portal de Aristegui, una
investigación periodística de los violentos hechos del seis de enero en
Apatzingán, cuando el Palacio de Gobierno estaba tomado por grupos de
autodefensa de diversas zonas del estado. La versión más acabada de lo
que estaba pasando en aquellos días fue que no necesariamente eran
autodefensas y que muchas de esas personas estaban ligadas a la
delincuencia organizada.
En conversaciones en esos días con el Padre Goyo, párroco de la
Iglesia local, habló de la descomposición del ambiente y de lo que
había definido días antes como un “serio problema”.
La versión del gobierno la dio quien era comisionado para la
Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo. Presentó videos y dio toda
una explicación, la cual resultó por momentos confusa porque en las
imágenes se veía que los grupos de autodefensas iban tras quienes
repelieron la agresión.
Sin embargo, el propio comisionado aseguro que previamente se dio un
enfrentamiento entre grupos ligados a la delincuencia organizada y que
esto fue la causa central por la cual murieron violentamente muchas
personas. La fundamentada información dada a conocer el fin de semana
desmiente de manera categórica lo que dijo el hoy director de la Conade.
En caso de que esta versión sea cierta de nuevo estaremos ante la
violencia desmedida de la autoridad, la cual no sigue protocolo alguno.
Más bien pareciera que estamos ante delincuentes que se visten de
uniforme para detener y atacar delincuentes. Tlatlaya es ejemplo de
cómo la autoridad actúa de manera violenta y desproporcionada a pesar
de que quienes violan la ley se puedan rendir.
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Brozo en ForoTV
Comentarios de Brozo, en su programa ‘El mañanero’ en ForoTV.
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Notas en diferentes medios:
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