Gloria Leticia Díaz
Familiares de los 43 protestan en el INE. Foto: Octavio Gómez |
MÉXICO, D.F. (apro).- Integrantes del grupo de expertos
creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para
investigar la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, dieron a
conocer hoy que han aportado a la Procuraduría General de República
(PGR) elementos “para abrir nuevas líneas de investigación y ampliar las
ya existentes”.
Además, solicitaron tomar declaraciones, analizar pruebas
fotográficas y documentales y de video, así como completar “la
información oficial presentada sobre los escenarios en que se dieron los
hechos de la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre”.
También denunciaron que familiares de los jóvenes han sufrido
“distintas formas de victimización secundaria y coacción” por parte de
funcionarios gubernamentales, por lo que solicitaron a las autoridades
federales una investigación de los hechos y castigo a los presuntos
responsables.
A mes y medio de haber iniciado el análisis sobre el caso Ayotzinapa,
Carlos Beristáin y Francisco Cox, integrantes del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), dieron un segundo
informe sobre el avance del trabajo, que comprende la revisión de lo
hecho por el Estado mexicano sobre el proceso de búsqueda,
investigación, atención a las víctimas y políticas públicas frente a la
desaparición forzada.
En conferencia de prensa, Beristáin señaló que de forma recurrente
han recibido quejas de familiares que “han sentido que su dignidad ha
sido despreciada, no ha sido tenido en cuenta” por personas que “a veces
no entienden lo que significa la desaparición forzada; a veces tienen
intereses o beneficios secundarios”.
Agregó que las “nuevas formas de victimización” fueron notificadas a
las “autoridades para que sean evaluadas”, y en el caso específico de la
Secretaría de Gobernación (Segob) se entregó “incluso documentación
para que sea evaluada, haya una respuesta a los familiares y se
investigue a las personas que pueden estar detrás de estas acciones”.
En cuanto a las nuevas líneas de investigación aportadas a las
autoridades, el abogado chileno Francisco Cox señaló que la PGR recibió
de buena manera las observaciones del GIEI y que han revisado 30% de los
85 tomos del expediente, pero evitó detallar hacia dónde apuntan las
líneas de investigación propuestas a las autoridades mexicanas.
Destacó que al revisar la documentación advirtieron como un elemento
que “puede dificultar el desarrollo de la investigación” el hecho de que
las autoridades hayan recurrido a la “fragmentación del caso, en el
sentido de que a algunos imputados o presuntos responsables los tengan
en algún lugar del país, el expediente en otro y que los hechos hayan
ocurrido en otro sitio”.
De acuerdo con los expertos, acudieron al Centro Federal de
Readaptación Social (Ceferso) 4 de Tepic, Nayarit, donde se
entrevistaron con 16 procesados por el caso de la desaparición forzada,
entre ellos policías municipales de Iguala y Cocula, así como presuntos
integrantes del cártel de Guerreros Unidos.
Beristáin explicó que en el encuentro los detenidos hablaron sobre
“su versión de los hechos, también sobre sus capturas”, misma que será
cotejada “conjuntamente con las otras evidencias existentes en el
expediente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y de
otras fuentes del Estado”.
Con la cautela con la que se han conducido, se abstuvieron de
confirmar si los detenidos fueron torturados por miembros del Ejército
mexicano o de corporaciones federales, como lo publicó la revista
Proceso en su edición 1996.
“Sobre el tema de tortura, nosotros nos vamos a pronunciar al final del
informe (posiblemente en septiembre), como dicta nuestro mandato, y
nuestra obligación es justamente no anticipar opinión”, apuntó Cox.
Otro de los avances considerado de gran relevancia por los expertos
fue la reconstrucción de los hechos en Iguala, realizada el pasado
domingo 12 con la colaboración de algunos sobrevivientes que tenían
“información significativa de los diferentes escenarios” del ataque a
los normalistas, dijo Beristáin.
“Dentro de los testimonios que hemos recogido también tenemos
informaciones que vamos a evaluar sobre las fuerzas de seguridad en la
zona, pero esa información es confidencial, por una parte, y por otra
tenemos que contrastarla con diferentes fuentes para ver si es así o no
es así, cuál es grado de convicción que tenemos sobre estas cuestiones”,
explicó el médico español.
Apuntó que para el GIEI la experiencia permitió conocer el “impacto
más amplio” que significó para los testigos y víctimas “volver al
escenario de la pesadilla”, así como conocer la “medida de las cosas,
las distancias, dónde se dio esta balacera, dónde donde quedó Aldo
(Gutiérrez), dónde quedaron los buses. Eso nos dio una idea especial,
que no puede entenderse cuando se ve un plano”.
Entre otros asuntos abordados por los expertos independientes
enviados por la CIDH resalta la información de dos lugares sobre los que
familiares tienen sospecha que pudieron ser utilizados para desaparecer
a los jóvenes, mismos que fueron notificados al comisionado de la
Policía Federal, Enrique Galindo, para que sean explorados. También
solicitaron a la PGR nuevas fotos satelitales del basurero de Cocula,
“una serie más amplia y de mejor calidad”, y se analizan el mapa de
fosas localizadas en Iguala “para identificar la conexión de esos casos
con el de los normalistas”.
Además se está en espera de que se permita al grupo de expertos
hablar con los soldados del 27 Batallón de Infantería, con sede en
Iguala, en tanto que se solicitó “fortalecer la búsqueda de fosas
utilizando tecnología láser”.
Al señalar que la PGR cumplió con la encomienda de entregar una
versión electrónica del expediente, los expertos informaron que tras los
contactos facilitados por el GIEI con la Segob, Aldo Gutiérrez, quien
fue herido en la cabeza, está a la espera de recibir atención médica
especializada, en tanto que la Secretaría de Salud se comprometió a
atender a los familiares de los normalistas en una unidad móvil, dotar
de medicamentos a la enfermería de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos
y canalizar a hospitales de segundo nivel a quien lo requiera.
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