“Después de la Plataforma de Acción de Beijing y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
(la) 1325 se convirtió en el instrumento más fuerte de organización y
movilización de las mujeres en todo el mundo”, aseguró Mavic Cabrera,
coordinadora internacional de la Red Mundial de Mujeres Constructoras de Paz.
La resolución “1325 no fracasó. Fracasaron quienes se suponía que iban a ponerla en práctica”: Mavic Cabrera.
La “1325 es una idea revolucionaria”, afirmó en diálogo con IPS.
Por primera vez, el Consejo de Seguridad, la estructura más poderosa de la ONU, consideró a los derechos de las mujeres y la igualdad de género como asuntos de seguridad internacional, explicó.
Y por primera vez, dijo, el liderazgo femenino se destacó como algo central en los esfuerzos para la construcción de la paz.
“¿Quién iba a pensar alguna vez que el Consejo de Seguridad se iba a
ocupar del acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y
reproductiva?,” se preguntó Cabrera.
Mientras la ONU conmemora el 15 aniversario de la 1325, las
organizaciones de mujeres hacen un balance de los éxitos y fracasos de
esa resolución histórica.
La violencia y los conflictos armados le cuestan al planeta más de 14
billones de dólares, y “los extremistas colocan la subordinación de las
mujeres en el centro de su ideología y sus tácticas de guerra”, según ONU Mujeres.
Un nuevo estudio sobre la aplicación mundial de la 1325, escrito por
la ex subsecretaria general de la ONU, Radhika Coomaraswamy, se presentó
en Nueva York el lunes 12.
Durante la presentación del informe, el secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon, aseguró que él designó a un número “sin precedentes” de
mujeres líderes en el foro mundial, incluidas cinco representantes
especiales en misiones de paz en Chipre, Costa de Marfil, Haití, Sahara
occidental y Sudán del Sur, además de la primera comandante de una
fuerza de paz, la general de división Kristin Lund, en Chipre.
“He pedido que 15 por ciento de los fondos para la construcción de la
paz se dediquen a promover la igualdad de género y el empoderamiento de
las mujeres”, declaró Ban.
Cabrera dijo a IPS que fueron las mujeres quienes lideraron las
negociaciones de paz en Filipinas con el insurgente Frente Moro de
Liberación Islámica.
Asimismo, por primera vez, las mujeres son las principales
negociadoras en las conversaciones de paz con la guerrilla de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), añadió.
Y en Liberia, las mujeres exigieron a los negociadores que
permanecieran en la sala de negociación hasta que se alcanzara el
acuerdo de paz, recordó Cabrera.
Shelby Quast, directora de la oficina de las Américas de la organización Igualdad Ya,
dijo a IPS que en los últimos 15 años la resolución 1325 se convirtió
en una poderosa herramienta para promover la participación de las
mujeres en los procesos de paz.
“Sin embargo, a medida que avanzamos, la principal inquietud debe ser
asegurar que las mujeres líderes se incluyan sistemáticamente en las
negociaciones de paz y que se haga justicia cuando se ve amenazada su
seguridad”, recomendó.
El principal éxito de la resolución es que este tema comenzó a
destacarse en la agenda política y vemos a las mujeres incluidas en las
conversaciones de paz, como en Libia, señaló.
“Sin embargo, todavía tenemos que abogar por la inclusión de las
mujeres en cada ocasión”, recalcó, y mencionó el ejemplo de Siria, donde
las mujeres no fueron incluidas en el proceso de paz.
“También está el problema de las amenazas a la seguridad de las
mujeres cuando intentan participar activamente, como en nuestra reciente
campaña por justicia para Salwa Bughaighis en Libia – una feminista que
fue asesinada por trabajar por la participación de las mujeres en la
construcción de la paz”, explicó Quast.
Para implementar la resolución 1325, “el secretario general tiene que
comprometerse a recaudar recursos en grande. Virtualmente no se gastó
dinero nuevo en más de 15 años. Nosotros recomendamos 250 millones de
dólares a lo largo de cinco años”, exhortó Jared Genser, autor de la
publicación “El Consejo de Seguridad de la ONU en la era de los derechos
humanos”.
Genser también recomienda que haya un único coordinador de la
resolución 1325 dentro del sistema de la ONU, y que ONU Mujeres coordine
su implementación.
Solo 48 de los 193 países miembros de la ONU tienen planes nacionales de acción para implementar la resolución, indicó.
Y el Consejo de Seguridad debe sancionar sistemáticamente a los
Estados, los actores no estatales y las personas individuales que
recurren a la violación y la violencia sexual como armas de guerra,
añadió.
Cabrera aseguró que la “1325 no fracasó. Fracasaron quienes se suponía que iban a ponerla en práctica”.
Quince años después de su adopción, el papel central de la mujer en
negociaciones de paz oficiales, como en Colombia y Filipinas, sigue
siendo la excepción y no la regla, destacó.
De las cuatro ‘p’ que componen la 1325, “prevención, participación,
protección y consolidación de la paz, la ‘prevención’ es la más pequeña.
Y en algunos casos, es la ‘p’ muda”, sostuvo.
“La prevención de la guerra no es una prioridad de la comunidad
política global ni de los donantes. Tenemos que centrarnos más en la
prevención en lugar de la intervención. Más en el capítulo seis y menos
en el capítulo siete” de la Carta de la ONU, sugirió.
Los fondos para las iniciativas de paz y seguridad de las mujeres son
ínfimos, denunció Cabrera. Solo dos por ciento de la ayuda con esos
fines tiene a la igualdad de género como objetivo principal, y mucho
menos se destina a las organizaciones de mujeres que trabajan en
situaciones de conflicto armado, dijo.
A pesar de sus esfuerzos incansables para mantener vigente a la
resolución 1325 en los últimos 15 años, las voces de la sociedad civil
todavía no tienen tanto peso como las de los gobiernos o los líderes de
la ONU, observó.
“Empiezo a sonar como un disco rayado, pero no me importa. Me
gustaría que nuestros colegas en el Consejo de Seguridad, en los
gobiernos y la ONU sepan que nosotros, la sociedad civil, estamos aquí
para hacer realidad el potencial de la resolución 1325”, declaró.
Traducido por Álvaro Queiruga
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