Entrevista a Sandra Morán Reyes, primera diputada que se declarara feminista y lesbiana
Buscará ser presidenta de la Comisión de la Mujer para apoyar el tema, que en esta legislatura ha sido olvidado, al mismo tiempo que la aprobación de la ley de identidad
Alba Trejo
Guatemala,
14 oct. 15. AmecoPress/SEMlac.- Ninguna mujer en la historia política
de Guatemala, que se declarara feminista y lesbiana, había pisado el
suelo del Congreso de la República como diputada.
Sandra
Morán Reyes, de 56 años, lo ha logrado y el 14 de enero de 2016 ocupará
una curul para encauzar, entre otras acciones, la agenda del sector
colectivo de Lesbianas, Gay, Transexuales y bisexuales (LGTBI).
Pero también
promoverá la agenda de las comunidades en resistencia, ya que Morán ha
militado en la izquierda desde siempre. Esta guatemalteca, quien fuera
además integrante de la guerrilla, es percusionista y se apoya en su
instrumento para emitir voces de protesta.
Buscará ser
presidenta de la Comisión de la Mujer para apoyar el tema, que en esta
legislatura ha sido olvidado, al mismo tiempo que la aprobación de la
ley de identidad. En esta entrevista da a conocer su percepción de lo
que será su trabajo de 2016 a 2019, en el órgano legislativo.
¿Cómo cree que será aceptada una feminista y lesbiana en el Congreso, por la mayoría conformada por hombres?
No hay
necesidad de aceptación. Seremos 158 diputadas y diputados, todos con la
misma responsabilidad de servicio al pueblo de Guatemala, y espero que
de esa forma todas las personas actuemos y espero que nos respetemos.
Por supuesto que la diferencia es desde donde actuamos, es decir, cuál
es el objetivo para el cual estamos allí.
¿Qué
significa para Sandra Morán entrar como diputada al Congreso de la
República, tras haber sido quien se manifestara contra los diputados
meses atrás?
Es una manera
de continuar los esfuerzos de que las leyes y las políticas resuelvan
las problemáticas que las mayorías enfrentan y que no necesariamente
tienen eco en las instituciones públicas.
También es un
acto de representación. El Congreso se supone que lo es y las mayorías
hasta ahora no nos hemos sentido representadas, por lo que creo hemos
dado un pasito en ese sentido.
¿Pesará
el reconocerse como lesbiana e integrante del sector LGBTI en un
Congreso de hombres machistas, conservadores y con prejuicios?
Las identidades
implican pensamientos y propuestas, pero también representación. Hay
parte de la comunidad LGTBI que se sentirá representada en mí y otra
parte quizás no, pero al final soy una diputada electa, que estará
cumpliendo con sus obligaciones y servicio para todas las personas y no
solo para las comunidades que represento.
Efectivamente,
en el Congreso hay personas conservadoras, machistas y prejuiciosas,
como en la sociedad en su conjunto; pero también hay personas
progresistas, con disposición a las diversidades y con apertura de
pensamiento. Por lo tanto, si logramos respetarnos mutuamente y hacer
los debates de ideas y propuestas, lograremos trabajar por el bien
común, que es para lo que estamos allí.
La
propuesta de introducir el tema del sector LGTBI ya ha sido vista
someramente en el Congreso, ¿Cómo considera usted que podrá lograr
ponerlo en agenda como un punto importante?
Como
convergencia tenemos que hacer el plan de trabajo en su conjunto,
definir los momentos y las propuestas que haremos. Una de estas es
llevar las propuestas de la comunidad LGTBI. Una forma de trabajo que
tendremos es que seremos canal de las propuestas, seremos intermediarios
de las demandas, denuncias y fiscalización hacia las autoridades
diversas.
¿Qué ley considera que discrimina a la comunidad LGBTI?
No sé si hay una ley que discrimina, pues la propuesta de prohibir el matrimonio gay, por ejemplo, no caminó.
El matrimonio
no es una demanda de la comunidad, me parece terrible querer hacer leyes
que prohíban derechos inherentes a la persona, que en todo caso sería
inconstitucional.
Una de las
propuestas que están elaborando es la ley de identidad. Pero la
problemática de discriminación y violencia que sufren las y los jóvenes,
por sus definiciones personales, es impresionante.
Somos una
sociedad que le tiene miedo a la diferencia. Necesitamos aprender a
convivir, a respetarnos, ya basta de tanta discriminación, racismo,
violencia.
Algo cambió en
estos meses, espero que podemos juntos hacer cambios para todas las
personas, que tenemos que vernos como ciudadanos que estamos pidiendo a
gritos que nos dejen vivir y desarrollar nuestras capacidades para
aportar a la sociedad. Hasta ahora lo que tenemos como respuesta es
violencia, falta de oportunidades y exclusión. Esto tiene que cambiar
para todas las personas, pues la mayoría de la población está en esas
condiciones y es terrible.
¿Qué propuestas tiene para llevar al Congreso?
Darles
seguimiento a las demandas de este momento, que implica lograr hacer las
reformas necesarias para evitar lo más posible la corrupción y avanzar
en demandas que están planteadas incluso desde la firma de los Acuerdos
de Paz.
¿Es
un reto muy grande para usted, feminista y lesbiana, la búsqueda para
ocupar la Comisión de la Mujer en el Congreso en este país de doble
moral?
Es un reto
todo, no solo por ser mujer, por ser feminista, por ser lesbiana y por
ser de izquierda. Es un reto estar en el Congreso porque es una
institución que está totalmente desprestigiada, porque hasta este
momento no escucha la demanda popular y los resultados del trabajo han
sido leyes en favor de las empresas.
El tema de
niñez también estará incluido en su agenda. ¿Por qué? Por supuesto, el
trabajo tiene que incluir a todas las poblaciones, es un trabajo con
mirada y compromiso nacional y no solo sectorial.
La niñez y
adolescencia necesitan de mucho en este país: educación, recreación,
salud, oportunidades de desarrollo del deporte, del arte, de la
creatividad y son casi nulos. Pero uno de los graves problemas, además
de los mencionados, es la violencia que sufren y la violencia sexual que
es un horror, el problema de la trata que es abominable.
La sociedad tiene que hacer el esfuerzo de decir basta a la violencia contra todo ser humano e incluso hacia la naturaleza.
Hay que retomar
una ley, que es la de la búsqueda de niños desaparecidos durante el
conflicto armado. Guatemala no tiene una lista oficial de desaparecidos y
esto es terrible, no solo porque el Estado lo niega, sino porque hay un
vacío legal para las familias, pues no hay forma de comprobar dónde y
cómo están estas personas. Esta herida hay que ayudar a cerrarla. Como
dije, hay mucho por hacer.
Morán
formó parte del movimiento de protestas pacíficas contra funcionarios
del gobierno y el excandidato a presidente Manuel Baldizón, ¿Cómo
logrará que los diputados de ese partido, que será mayoría en el
Congreso, avalen sus propuestas?
Fuimos miles
que formamos parte de estas movilizaciones, fuimos miles y seguimos
siendo miles que exigimos que las cosas cambien y que los funcionarios
escuchen las demandas legítimas de la población. Entonces, las
propuestas no son de Sandra Morán, las propuestas son de las
organizaciones y de la ciudadanía, que espero se siga movilizando.
La respuesta a
esas demandas debe ser de diputadas y diputados que quieren servir al
país y no solo a los intereses de su partido o de su grupo.
¿No le teme a la discriminación en el Congreso por ser lesbiana?
Espero respeto
entre todas las personas que estaremos trabajando juntas a partir del 14
de enero y esto incluye a todas las personas que trabajan allí, no solo
a las y los diputados.
¿Dará de qué hablar Sandra Morán en estos cuatro años como diputada feminista y miembro de LGTBI?
Espero hacer un
buen trabajo y aceptaré las críticas, que hacen que nos demos cuenta si
vamos por buen camino o no. El reto es enorme para Convergencia y
espero que con el servicio que haremos en estos cuatro años se presente a
la población como una alternativa política importante, que puede ser el
instrumento tan deseado por los movimientos sociales y la ciudadanía en
su conjunto.
Cualquier
propuesta tendría que estar acompañada de movilizaciones y acciones
diversas para lograrlo, es un trabajo conjunto, cada quien en su espacio
y naturaleza, pero en conjunto y complementario.
Foto: Archivo AmecoPress.
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