Galardonan a Hermelinda Tiburcio por luchar a favor de mujeres
Foto de Hermelinda Tiburcio Cayetano
A
los 11 años de edad, la indígena mixteca Hermelinda Tiburcio Cayetano
escapó de su casa en la localidad de Yoloxóchitl, municipio de
Tlacoachistlahuaca, estado de Guerrero, para huir del matrimonio que su
padre arregló; luego se dedicó a ser trabajadora del hogar y más tarde
terminó la carrera de Psicología, y hoy es una reconocida activista por
los derechos de las mujeres.
Nacida en el corazón de la montaña mixteca, en la región de la Costa Chica de Guerrero, Hermelinda fue la primera en denunciar públicamente las violaciones sexuales contra mujeres indígenas por parte de elementos del Ejército, pero a lo largo de su vida su activismo se ha diversificado en la defensa de los derechos de las comunidades originarias.
Lo mismo transporta en su camioneta a una mujer herida al hospital, aconseja a las jóvenes defender su autonomía o denuncia el desvío de recursos de los programas indígenas estatales. Ahora es responsable del proyecto “Sexualidad protegida en jóvenes indígenas para su desarrollo integral”, una iniciativa de la organización K’inal Antsetik, donde labora.
Por esta trayectoria a favor de mujeres, jóvenes y comunidades indígenas, este jueves 5 de noviembre la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) le otorgará el Reconocimiento Ponciano Arriaga 2015 en la categoría de “Lucha y Defensa”.
Actualmente Herme, o “la licenciada”, como se le conoce en su pueblo, es una de las defensoras que integran la campaña “Haz que se vean”, una cruzada de organizaciones civiles que desde octubre de 2014 circula en redes sociales como una forma de retratar y respaldar la vida y lucha de mujeres y hombres que defienden los Derechos Humanos (DH).
Desde que se sumó a las denuncias ciudadanas, las amenazas contra Hermelinda son constantes. Un hecho que recuerda es que el 21 de abril de 1999, Francisca Evarista Santos Pablo y Victoriana Vázquez Sánchez salieron a buscar al niño Antonio Mendoza, nieto de Victoriana, y a Evaristo Albino, cuñado de Francisca.
Al llegar a la milpa, ambas mujeres indígenas encontraron un charco de sangre y a sus familiares muertos. Los militares que estaban en el lugar las violaron sexualmente. El caso hizo que Hermelinda alzara la voz en busca de justicia, exigencia que trajo consigo amenazas e intimidaciones.
Sobre esas agresiones ha dicho: “Incluso un hombre me disparó, pero la pistola se trabó. Durante 2010 comenzaron las amenazas constantes, en las carreteras, donde ponían piedras, palos, me tenía que andar con mucho cuidado; en 2012 me intentaron sacar de un hotel…”.
Líder por naturaleza, en 2005 Hermelinda –a punto de ser madre por primera vez– fue candidata por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la alcaldía de Tlacoachistlahuaca, pero su activismo social es el que ha estado presente en su vida.
Integrante de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas y del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena, Hermelinda también colaboró en el proyecto La Casa de la Mujer, para acompañar a mujeres embarazadas en la prevención de la muerte materna y de la violencia. Y es que la salud de mujeres y jóvenes ha sido una de sus prioridades.
En 2001 Hermelinda ganó el Premio Nacional de la Juventud y el Premio Estatal al Mérito Civil en Guerrero, y mañana será galardonada de nuevo junto con el académico Miguel Sarre Iguíniz, reconocido por su compromiso en favor de los DH, a través de su trabajo como investigador en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Foto retomada del sitio hazquesevean.org
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | México, DF.-
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