ZONA DE REFLEXIÓN
Por: Lucía Lagunes Huerta*
El paraíso del Caribe, Cancún, hoy tiene una emergencia que debe atender. En un mes cuatro mujeres han sido asesinadas. La indignación llevó a la ciudadanía, convocada por el estudiantado de la Universidad del Caribe, a salir a las calles para exigir justicia para estas mujeres, frente a la resistencia de las autoridades para reconocer que en el centro turístico hay feminicidio.
El hallazgo de María Karen Carrasco Castilla, estudiante universitaria de la carrera de Turismo, provocó la indignación de sus compañeros que de inmediato iniciaron el ciberactivismo a través de redes sociales una vez que se confirmó su asesinato.
Karen había desaparecido un día antes de que se encontrara su cuerpo sin vida en la vía pública. Con ella suman cuatro mujeres asesinadas en un mes y siete en lo que va del año.
En 2014, según la Procuraduría de Quintana Roo, se registraron 51 asesinatos de mujeres. Pese a que se tipificó el delito de feminicidio, ninguno ha sido reconocido como tal, de acuerdo con información del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
La misma suerte corren estos cuatro asesinatos de mujeres, pues según declaraciones del secretario de Gobierno de Quintana Roo, Gabriel Mendicuti, “no se puede catalogar como feminicidio” porque no han encontrado violencia de género, a lo cual se suma las declaraciones ambiguas del procurador, Arturo Álvarez Escalera, quien aseguró que no hay feminicidio porque no han sido asesinatos por “razones de género o por sexismo”, y que por el contrario existen “claras diferencias” en estos casos, sin que hasta ahora explique cuáles son esas claridades.
La resistencia para reconocer la existencia del feminicidio pareciera ser una razón de pesos, de miles de pesos que significa este destino turístico. Reconocer que en Cancún existe feminicidio sería, seguro, mal visto por los miles de turistas, sobre todo mujeres que acuden a este rincón del Caribe mexicano.
Pareciera que para las autoridades la ecuación “derrama económica por el turismo frente a la vida de las mujeres”, le da el gane a la primera por encima de la obligación del estado de garantizar la vida de las mujeres.
No reconocer la evidencia de la violencia en Cancún puede ser la estrategia gubernamental en Quintana Roo, como muchos gobiernos de diferentes entidades del país lo han hecho.
Esto no quiere decir que no exista ni que se acaba, por el contrario, la política de mirar para otro lado ha dado pésimos resultados y el gobierno de Quintana Roo y del municipio que alberga a Cancún deberían saberlo.
La violencia está ahí metida entre sus calles, casas y sus zonas hoteleras de gran turismo. Datos del OCNF señalan que entre 2012 y 2013 se denunciaron 909 violaciones y según la Endireh 2011, Quintana Roo enfrenta violencia de pareja por encima de la media nacional. Esta es la realidad que intenta desdeñar la autoridad quintanarroense.
El costo a la larga de la omisión gubernamental siempre es más cara para el desarrollo y por supuesto para la economía del lugar.
Twitter: @lagunes28
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.
Imagen retomada de Twitter
Cimacnoticias | México, DF.-
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