Persiste desinterés judicial pese a marcha contra feminicidio
Ni
las protestas multitudinarias contra el feminicidio, ni el asesinato de
otra joven en este centro turístico del Caribe mexicano, hacen mella a
la indolencia de las autoridades judiciales del estado de Quintana Roo
(QR), que se empeñan en minimizar la ola de violencia de género.
Este domingo 1 de noviembre, más de cinco mil personas marcharon en esta ciudad para protestar contra los casos de feminicidio, las desapariciones y la escalada de violencia que azotan a la localidad.
Familias enteras participaron en la protesta pacífica –una de las dos más numerosas en la historia de Cancún, tras la registrada en noviembre de 2014 por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero– movidas por el asesinato de la universitaria Karen C.C., de 19 años, perpetrado el pasado 26 de octubre en una región popular de la ciudad.
En el colmo de la violencia feminicida, horas después de efectuada la multitudinaria marcha se reportó el asesinato de otra joven, de nombre Paloma, cuyo cuerpo fue abandonado en plena vía pública.
Los hechos ocurrieron en el fraccionamiento Villas del Mar III, en la Región 248, donde se halló el cadáver de la mujer de aproximadamente 25 años, cubierto por una sábana.
Y en una muestra más de la indolencia oficial ante estos crímenes, el procurador de Justicia de QR, Arturo Álvarez Escalera, descartó que el asesinato de Paloma se trate de un feminicidio.
En un comunicado, el funcionario pretextó que el feminicidio “se refiere al asesinato de mujeres por razones de género, por su propia condición de mujeres o por sexismo (…); implica toda una progresión de actos violentos explícitos por género y en estos dos casos (el de Paloma y Karen C.C.) hay claras diferencias”.
Obligado por la presión social, hasta el mandatario estatal, Roberto Borge Angulo, garantizó a la familia de Karen y a la sociedad que “no se escatimarán recursos para esclarecer este lamentable y condenable homicidio”.
No obstante la supuesta buena voluntad gubernamental, de los seis asesinatos de mujeres reportados en lo que va del año en Cancún, ninguno se ha investigado como feminicidio. Mucho menos se ha resuelto o encontrado al o los culpables. Tampoco en los casos ocurridos en años anteriores.
Y es que la PGJ cataloga los asesinatos de mujeres como “homicidios violentos” o como “crímenes pasionales”, pese a que la mayoría de éstos se encuadra en el tipo penal de feminicidio o en la definición estipulada en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV).
INDIGNACIÓN SOCIAL
Durante la marcha de este domingo, Teresa Carmona, representante del Movimiento de la Paz con Justicia y Dignidad en Cancún, señaló que “la rabia, la tristeza y la ansiedad” impulsaron a la gente a vencer “la apatía y el miedo”.
“En Cancún no vivimos en el paraíso. Cancún es una marca. Una marca de la muerte, de la desigualdad, de la pobreza; de gobernantes ineptos e insensibles”, expresó, para luego señalar que el asesinato de Karen es un “crimen de odio” que jurídicamente tiene un nombre: feminicidio, tipificado en el Código Penal del estado, pero que la autoridad se resiste a combatir y castigar como tal.
“A Karen la mataron por el sólo hecho de ser mujer” –sostuvo– y citó que como ése hay más casos, para luego pedir que se decrete la Alerta de Violencia de Género (AVG) en el estado.
El contingente, una columna silente con una longitud de casi un kilómetro, contó con estudiantes de diversas universidades y colegios de la ciudad; académicos, colectivos de jóvenes, organizaciones civiles diversas, asociaciones defensoras de Derechos Humanos e, incluso, clubes de motociclistas.
Más de cinco mil ciudadanos avanzaron portando mantas y cartulinas en las que se leía #JusticiaparaKaren, “Ni Una Menos”, “Hoy nos falta una, mañana podrías ser tú”, “Este cuerpo es mío, no se toca, no se viola, no se mata”, “En silencio gritamos basta”, “No más feminicidio, basta ya de violencia contra las mujeres”, “Karen no está sola. Estamos con ella”.
Frente al Palacio Municipal de Cancún, jóvenes estudiantes, compañeras y compañeros de Karen, leyeron un pliego petitorio a nombre del estudiantado.
Demandaron que los tres órdenes de gobierno den seguimiento real a los casos de feminicidio y que se esclarezcan. Asimismo, responsabilizaron de omisión ante estos crímenes al procurador Arturo Álvarez Escalera.
Exigieron freno al gasto público de los gobiernos del alcalde, Paul Carrillo, y del gobernador Roberto Borge, en “publicidad falsa y engañosa sobre los avances de la administración”.
“Exigimos que ese dinero sea usado en el mantenimiento y recuperación de espacios y lotes baldíos, como en donde mataron a nuestra compañera (…); queremos que sean acondicionados como espacios de uso recreativo, dejando en claro que la iluminación, la seguridad y las cámaras de vigilancia son obligación del municipio de Benito Juárez”.
RETRATO DE KAREN
Karen, cuyo asesinato fue “la gota que derramó el vaso” y generó la movilización de hartazgo contra la violencia de género en esta ciudad, era una joven de ojos grandes y expresivos –contaron sus amigas y amigos–, a quien además le gustaba pintarse el cabello de colores y escuchar música de Beethoven, o tocar en la guitarra la pieza “Yesterday”, de Los Beatles.
Karen cursaba la carrera de Turismo en la Universidad del Caribe (Unicaribe), pero en realidad quería estudiar música. Era también hija única de un matrimonio que hoy la llora.
Pasado el mediodía del lunes pasado, la joven esperaba uno de los dos autobuses que debía abordar para llegar a su casa, en el fraccionamiento La Guadalupana. Había salido de clases y se encontraba afuera de la Unicaribe, localizada en la zona habitacional de “Corales”, uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. Desde ahí se le perdió la vista, hasta el día siguiente.
El cuerpo de la joven, activista contra la violencia hacia las mujeres y por la defensa de los animales, fue encontrado semidesnudo, con signos de violencia física y sexual, entre las avenidas Héroes y Chacmool, en un solitario paraje que cruza un lote baldío lleno de selva, sin alumbrado, ni vigilancia.
Karen hacía hora y media de trayecto, diariamente, de la escuela a su hogar y viceversa. Afuera de la universidad tomaba el autobús de la Ruta 68 Héroes y se bajaba en el Soriana de Rancho Viejo para abordar el camión de la Ruta 18.
Descendía en avenida Chacmool y, a manera de atajo, cruzaba un lote baldío –donde su cadáver fue abandonado– para cortar camino y llegar al fraccionamiento en donde vivía con sus padres.
Inquieta, directa en el trato, versátil, amante de los videojuegos y de la programación, estaba por preparar maletas. El jueves pasado debió viajar con sus compañeros de tercer semestre de Turismo Sustentable y Gestión Hotelera, a Guadalajara, Jalisco, como parte de unas prácticas. Tampoco podrá terminar su proyecto de Marketing Digital que venía diseñando junto con otro profesor.
“No le gustaba ocultar lo que sentía, era expresiva, directa en cuanto a sus emociones. Siempre era positiva, alegre. Una vez estábamos en un examen y ella se puso a cantar mientras lo resolvía, estaba hasta bailando. Fue la que se sacó mejor calificación”, contó su amiga Patricia.
“Siempre la voy a recordar como mi mejor amiga que es, la voy a tener presente todo el tiempo; estará siempre en los corazones de todos nosotros. La amamos”, expresó por separado Arely, otra de sus compañeras de la universidad.
imagen retomada de Twitter
Por: Andrea Franco, corresponsal
Cimacnoticias | Cancún, QR.-
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