Pedro Echeverría V.
1. No sé cuál es el objetivo de la visita oficial del presidente
cubano Raúl Castro a México ni de qué podría conversar con el presidente
Peña Nieto en la ciudad de Mérida, Yucatán. Dos países más que jodidos
por el imperio yanqui y al parecer con diferentes ideas acerca del
futuro. Peña pensando exclusivamente en cómo servir mejor a los EEUU y
Castro clavado en que los EEUU decreten la total apertura de sus
fronteras con Cuba y la intensificación de relaciones. Coinciden en que
EEUU es su salvación. ¿Buscarán apoyo mutuo para suavizar a EEUU?
2. Hace ocho años, en 2007, dos presidentes asesinos –Bush por EEUU y
Calderón por México-se reunieron en Yucatán con el fin de firmar la
llamada “Iniciativa Mérida” que resultó un acuerdo militar de apoyo de
Bush al gobierno de Calderón. En Yucatán no sabíamos a qué venía Bush,
pero pronto supimos que venía a dar instrucciones a México para combatir
lo que ellos llamaron -y siguen persiguiendo- “terrorismo”. Por cierto,
después de ocho años, el gobierno de EEUU le ha negado ayuda a Peña,
por estarla usando para incrementar la delincuencia.
3. Lo que no se ve en Mérida con la visita de Castro el día cinco de
noviembre, es el establecimiento de un Estado militar de sitio como se
hizo en 2007. Desde diez días antes los soldados yanquis y mexicanos
comenzaron a ocupar los techos de los edificios, todas las calles del
centro histórico y a pasear sus camiones militares por el centro para
intimidar a los meridanos. Se ocupó toda la zona rural que rodeaba la
exhacienda henequenera de Temozón Sur y a sus habitantes fueron
encerrados en un área. A mí me encantó la provocación.
4. Pudimos reunir a más de tres mil estudiantes y sectores populares
en el parque de Santa Ana y hacer tres o cuatro manifestaciones de
protesta en la avenida Montejo, la calle 60 y la plaza principal. Le
mentaban a la madre a Bush y le gritaban al papá de Calderón “porque no
había usado condón” y a la señora Hinojosa “por qué había parido esa
cosa”. Quizá no habíamos logrado en Mérida manifestaciones tan
combativas porque además veníamos de las protestas contra el alza del
precio de los autobuses. Terminó con una feroz represión contra nosotros
el 13 de marzo.
5. Desafortunadamente Cuba está de caída después del brutal bloqueo
que sufrió de los EEUU durante más de 55 años. Si Fidel Castro hubiese
venido de visita a México o Yucatán en sus primeros 10 años de gobierno
su recibimiento hubiese sido apoteósico porque además era el más
importante luchador revolucionario antimperialista de América; hoy
cuando llega Raúl –el indiscutible segundo hombre (por encima del Che y
Camilo) de la Revolución cubana y compañero de Fidel desde el Asalto del
cuartel Moncada en 1953- la situación ha cambiado.
6. La izquierda radical mexicana sólo fue fidelista y guevarista en
los primeros 10 años de la revolución cubana; luego el apoyo a la
revolución continuó pero no que el ímpetu de los años en que la
revolución apoyaba las guerrillas de Guatemala, Perú, Venezuela,
Colombia, Bolivia. Realizamos en México en aquellos años más de 100
manifestaciones antiyanquis y de apoyo a Cuba en aquella década porque
significaba el “único faro de libertad en América”. Pero los yanquis la
pisaron del cuello en 1962 y prohibieron que otros países comerciaran
con ella.
7. En Yucatán, a cuatro días del arribo de Castro, no se sabe ni
siquiera el itinerario. Pero para el gobierno mexicano nunca ha sido un
problema reunir gente para dar bienvenidas oficiales. ¿Puede olvidarse
que el PRI en menos de una hora puede organizar un “acarreo” de gente
como lo ha hecho desde hace 80 años? En este caso le basta con ordenar a
la SEP, respaldada con 100 activistas, la organización una movilización
con 500 autobuses y ya. ¿Será tan necesaria la visita a este “patio
trasero del imperialismo”, que no pudo arreglarse por teléfono?
8. Por ello me pregunto, ¿dé qué van a hablar en palacio de gobierno,
en hoteles de lujo y en una exhacienda? ¿Discutir ideologías? ¿Hacer
repasos históricos? ¿Hablar de inversiones? En México hay muy pocos
cubanos viviendo y en Yucatán menos. México y Yucatán han sido lugares
de tránsito ilegal de cubanos hacia EEUU y a principios de los años 60
hacendados y banqueros alemanistas del “Frente Cívico de Afirmación
Revolucionaria”, tales como Omar Díaz, mantuvieron a cientos de
exiliados o “gusanos” en los terrenos de las haciendas Petcanché y
Chichí Suárez. (1/XI/15)
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