11/07/2015
¡¡¡El #7N nos vemos en Madrid!!!
DESDE LA LUNA DE VALENCIA
Teresa Mollá Castells*
Pues sí, en apenas una semana nos vemos en Madrid, en la Marcha Estatal contra las Violencias de Género.
Va a ser algo histórico puesto que el movimiento feminista en su conjunto se ha volcado en esta convocatoria y, además, los partidos políticos de izquierdas y los sindicatos apoyan la marcha. También han sido innumerables los ayuntamientos que han mostrado su apoyo a la movilización.
Cuando explicas los motivos a algunas personas, al menos a mí me ha ocurrido en varias ocasiones, no entienden el plural de la convocatoria: violencias.
Es entonces cuando la explicación ha de ser pedagógica. A veces ocurre que se tiene asociado el término violencia de género con asesinatos de mujeres. Y así es, también.
Las violencias que se ejercen contra las mujeres tienen que ver directamente con la más invisible de ellas: la estructural, que, como consecuencia de su naturalización, se convierte en prácticamente invisible.
Los micromachismos que cotidianamente emanan de ella se convierten en elementos de poder que el patriarcado utiliza contra las mujeres. Y a través de la socialización se naturalizan de forma que se incorporan a nuestro día a día sin más, como algo normal. Pero son violencias.
El hecho de perforar las orejas de las niñas recién nacidas es, en sí mismo, un acto violento que causa dolor a la bebé pero parece no importar a nadie puesto que es normal marcar a esa persona como niña antes de que sea consciente del dolor que esa condición produce. Es un ejemplo. Pero hay más.
Es también violencia contra las mujeres y las niñas el hecho normalizado del miedo a caminar solas por las calles poco frecuentadas o de noche. Los espacios, a priori, están para ser ocupados por mujeres y hombres. Pero sabemos que no es así.
Sabemos que en esos espacios públicos el patriarcado ha impuesto su ley y los ha ocupado como espacios públicos que son. Y en esa ocupación simbólica y al tiempo real ocupa también lo que por allí se mueve, es decir los cuerpos de las mujeres aunque para ello necesite una cierta intimidad que le procura la noche o la soledad.
Se nos educa desde pequeñas a no salir solas por la noche, a que si salimos, alguien nos acompañe a casa, etcétera. Y esta falta de libertad para movernos por los espacios también es violencia naturalizada.
Tenemos también asumido que para las ocasiones especiales y/o las fiestas hemos de llevar taconazos porque nos han hecho creer que estilizan y se nos ve más bellas.
Si partimos de la premisa que los cánones de belleza ya vienen impuestos por grandes marcas de ropa, complementos, maquillajes, etcétera, nos encontraremos con que el patriarcado sigue usando su poder para hacernos deseables a sus ojos, sin tener en cuenta nuestro sufrimiento o nuestra autoaceptación.
Si nos ponemos taconazos, sufrimos dolores de espalda, de piernas o de pies. Si no nos ponemos taconazos y plantamos cara, sufrimos las miradas desaprobatorias de muchas gente. En ambos casos, son reacciones violentas hacia nosotras, pero “es normal” que esto sea así, porque como todo el mundo sabe, “para presumir hay que sufrir”. Y con esta frase se resume todo.
Cuando de hablar en público se trata, ya se ha encargado la Biblia entre otros libros sagrados, de recordarnos que las mujeres han de estar calladas siempre.
Pues aunque no lo creamos, esa premisa sigue existiendo y en las situaciones en las que el auditorio es mixto, a las mujeres les cuesta mucho más expresar sus opiniones, ya que seguimos pensando que lo que vamos a decir carece de importancia y lo realmente importante es lo que ellos expresan. Y esto es implícito a la posición de mujeres y hombres en el mundo.
Es una demostración de quienes siguen mandando en el mundo. Es violencia no permitir que las mujeres tengan derecho a acceder a los mismos recursos que los hombres. Y cuando digo recursos, en este caso concreto me estoy refiriendo al acceso a que su voz sea escuchada en cualquier foro y bajo cualquier circunstancia.
A veces ocurre que vamos a la consulta médica y nos recetan medicamentos. En demasiadas ocasiones esos medicamentos están probados y comprobados sus resultados en cuerpos masculinos y con las particularidades que estos tienen en cuanto a hormonas, por ejemplo.
Cuando esos medicamentos se suministran a mujeres, las reacciones pueden ser diferentes. Pero es natural que los tomemos porque creemos a pies juntillas en las recetas médicas y en la opinión de quien nos las ha recetado.
Y ya sabemos que el efecto de una simple aspirina no es el mismo en los cuerpos masculinos que en los femeninos, pero seguimos pensando que las medicinas no entienden de sexo y siempre curan.
Es natural que “alguien” las haya diseñado para mujeres y hombres. Y las grandes empresas farmacéuticas siguen utilizando el cuerpo y la fisiología masculina como referente universal, pero vendiendo sus productos también a mujeres sin haber contrastado sus efectos en los cuerpos femeninos.
Y eso también es violencia contra las mujeres.
Como podemos ver sólo con estos breves y cotidianos ejemplos la violencia contra las mujeres se ejerce de muchas y bien variadas maneras. E insisto en que estos son sólo unos ejemplos.
¡¡¡Y que conste que no he tocado el tema de la invisibilización absoluta de los temas relacionados con las mujeres que los candidatos a ser Presidente de Gobierno del Estado están llevando a cabo!!!
Es necesario deconstruir muchas ideas preconcebidas para dar paso a una sociedad libre de violencias contra las mujeres y las niñas. Es necesario pensar que el patriarcado ha conseguido naturalizar la violencia de género hasta hacernos creer que sólo cuando hay asesinatos de mujeres se está ejerciendo, pero no es cierto en absoluto.
De ahí la imperiosa necesidad de denunciar públicamente estos tipos de violencias cuyo mayor exponente son los asesinatos de mujeres y sus hijas e hijos a manos de terroristas machistas.
Colocar todo lo relacionado con la violencia machista en la agenda política de quienes nos gobiernan hoy o mañana es una necesidad imperiosa. De ahí la necesidad de marchar sobre Madrid el próximo 7 de noviembre.
Porque nos están asesinando. Porque exigimos tener una vida sin ningún tipo de violencias. Porque nuestros derechos como personas no se tocan. Porque nuestras vidas y nuestros cuerpos son nuestros. Porque nos queremos vivas. Porque nos queremos libres. Porque no somos ciudadanas de segunda. Porque queremos la religión fuera de nuestras vidas y de nuestros ovarios.
Pero sobre todo para que pare esta sangría de asesinatos de mujeres y se tome conciencia de que esto es terrorismo machista, y se actúe con medidas encaminadas a su erradicación.
Porque si otros asuntos que no llevan implícitos asesinatos son capaces de llegar a convertirse en cuestión de Estado, con mayor motivo los continuos asesinatos de mujeres por terrorismo machista ha de convertirse urgentemente en CUESTIÓN DE ESTADO, que implique a todos los partidos políticos para acabar con este terrorismo que mata más que ETA.
Por todo ello y mucho más #7NYoVoy, #CuestiondeEstado, #MachismoMata, #NosQueremosTodas, #NiUnaMenos
¡¡¡Nos vemos en las calles de Madrid el próximo 7 de noviembre!!!
tmolla@telefonica.net
*Corresponsal en España. Comunicadora de Ontinyent.
Imagen retomada de Twitter
Cimacnoticias | España.-
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