Pedro Echeverría V.
1. Hoy con el artículo de Raúl Zibechi me doy cuenta de que las
elecciones de “voto universal, directo, individual y secreto” no sólo
son una farsa, una trampa y un fraude contra el pueblo, sino que en el
fondo –para mí profundamente escondido antes- es un poderoso invento
maquiavélico (divide y vencerás) del sistema democrático/capitalista
para debilitar, dividir y frenar las luchas colectivas de los
trabajadores. Con razón todo el teatro muy difundido de decir que el
voto tiene que ser individual y secreto, así como que se coloque una
urna para esconderse al sufragar con el fin de ser muy legal y
ceremonial.
2. Sólo poseo una idea muy general acerca de los comicios que se
realizan en Cuba y EEUU, así como los que se hacen en pueblos de “usos y
costumbres” de Oaxaca, para compararlos con los de “voto universal,
individual y secreto” que se efectúan y en casi todos los países. En
México los más tontitos incluso –como si fuera muy legal y muy limpias
las alecciones- repiten que no dicen por quién votarán porque “el voto
es individual y secreto” y nadie debe saber porque partido. Es un
acendrado individualismo para evitar que la gente defienda sus intereses
comunes y acentúe más su “yo individual” para que se aleje de sus
intereses colectivos.
3. Comenta Zibechi: Walter Benjamin –uno delos más prestigiados
filósofos alemanes de influencia marxista- en su Tesis sobre la historia
asegura: “El sujeto del conocimiento histórico es la clase oprimida
misma, cuando combate”. No es un tema menor. (No es lo mismo un
trabajador en lucha colectiva que cuando está encargado de tareas
individuales) En el recodo de la historia que le tocó vivir, Benjamin
entendió que si los oprimidos no están organizados, son incapaces de
comprender el mundo, están ciegos y son presa del modo de ver de los
poderosos. El problema no son los medios del sistema (y vaya que son un
problema), sino nuestra incapacidad de organizarnos, que es el modo de
ser nosotros, o sea colectivos que combaten y, por tanto, comprenden.
4. En México, desde la Constitución de 1917 y las elecciones
organizadas por Carranza han sido los partidos quienes designan a sus
candidatos sin consultar al pueblo; les hacen sus campañas y elecciones
prometiéndole al pueblo; son electos por medio del voto directo,
individual y secreto en cada estado, ciudad y municipio. Una comisión
electoral al servicio del gobierno dictamina diciendo quienes fueron los
electos. En pueblo, dado que sólo vota para legitimar, no manda sobre
los candidatos sino que son los partidos y el gobierno quienes parten,
comparten y se llevan la mayor parte. Por ello es interesante ver lo que
sucede con las elecciones en otros lados.
5. Los diputados cubanos de la Asamblea Nacional no son propuestos
por ningún partido, ni siquiera por el Partido Comunista de Cuba, sino
por los delegados de las Asambleas Municipales elegidos por el propio
pueblo, aunque su amplia mayoría milita en él. Las elecciones son
sufragadas por el Estado, e incluso queda prohibido por la ley que los
candidatos hagan campaña. Para dar a conocer a los candidatos se utiliza
la colocación de biografías y fotos de los candidatos en lugares
públicos de la Circunscripción Electoral, y los candidatos, todos
juntos, se reúnen con los electores en locales públicos, en centros de
trabajo, estudiantiles, cooperativas agrícolas, etc. El diputado cubano
no rinde cuenta de su actuación al partido, sino exclusivamente, según
la ley, a sus electores y a la Asamblea del Poder Popular del municipio
por donde resultó elegido.
6. En EEUU el presidente se elige en una asamblea formada por 538
electores. Esta cifra es igual a la suma de 100 senadores + 435
congresistas + 3 delegados de Washington que no tiene senadores pero sí
delegados. Cada estado contribuye con un bloque de estos delegados o
compromisarios, cuyo número es igual a la suma de sus representantes más
sus senadores o delegados. Estos votos no eligen de momento al
presidente, sino que eligen en bloque a los compromisarios de esta
opción política que irán después al colegio electoral. Como hay 538
compromisarios en total, un candidato necesita al menos 270 para ser
elegido. Lo que se traduce en la mitad de esos 538 o sea 269 + 1 = 270
compromisarios para ser elegido presidente de los Estados Unidos.
7. De los 570 municipios que existen en Oaxaca, 418 eligen sus
autoridades por el sistema de usos y costumbres y 152 por el de partidos
políticos. De los 418 ayuntamientos que se rigen por el derecho
consuetudinario, 330 duran en su cargo tres años; dos solo dos años; 27
año y medio, y 59 un año. En 1995, en medio de una creciente ebullición
social, se reformó la Constitución del estado y la ley electoral para
legalizar los usos y costumbres. Los usos y costumbres son variados y
cambiantes. Usualmente, en ellos las responsabilidades de representación
política se van adquiriendo a partir de un sistema de cargos, en los
que se desempeñan tareas de servicio a la comunidad.
8. A grandes rasgos me parece más colectiva la elección que se hace
en Cuba y en los pueblos de usos y costumbres de Oaxaca, en parte en
EEUU, porque la gente participa con algo de colectidad analizando
directamente sus problemas y mandando a su representante a defender sus
intereses. En México la gente vota individualmente, se va a su casita a
ver televisión y escuchar los resultados. Nunca llega a saber porque un
partido ganó a pesar de ser un partido corrupto y tener a los políticos
más nefastos. Pero lo más importante del sistema es que sigue metiendo
en el cerebro de los mexicanos el individualismo, la división y toda esa
ideología que impide luchar colectivamente. (5/II/16)
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