2/08/2016

Las luchas son colectivas y unen; las elecciones individuales y dividen


Pedro Echeverría V.

1. Hoy con el artículo de Raúl Zibechi me doy cuenta de que las elecciones de “voto universal, directo, individual y secreto” no sólo son una farsa, una trampa y un fraude contra el pueblo, sino que en el fondo –para mí profundamente escondido antes- es un poderoso invento maquiavélico (divide y vencerás) del sistema democrático/capitalista para debilitar, dividir y frenar las luchas colectivas de los trabajadores. Con razón todo el teatro muy difundido de decir que el voto tiene que ser individual y secreto, así como que se coloque una urna para esconderse al sufragar con el fin de ser muy legal y ceremonial.

2. Sólo poseo una idea muy general acerca de los comicios que se realizan en Cuba y EEUU, así como los que se hacen en pueblos de “usos y costumbres” de Oaxaca, para compararlos con los de “voto universal, individual y secreto” que se efectúan y en casi todos los países. En México los más tontitos incluso –como si fuera muy legal y muy limpias las alecciones- repiten que no dicen por quién votarán porque “el voto es individual y secreto” y nadie debe saber porque partido. Es un acendrado individualismo para evitar que la gente defienda sus intereses comunes y acentúe más su “yo individual” para que se aleje de sus intereses colectivos.

3. Comenta Zibechi: Walter Benjamin –uno delos más prestigiados filósofos alemanes de influencia marxista- en su Tesis sobre la historia asegura: “El sujeto del conocimiento histórico es la clase oprimida misma, cuando combate”. No es un tema menor. (No es lo mismo un trabajador en lucha colectiva que cuando está encargado de tareas individuales) En el recodo de la historia que le tocó vivir, Benjamin entendió que si los oprimidos no están organizados, son incapaces de comprender el mundo, están ciegos y son presa del modo de ver de los poderosos. El problema no son los medios del sistema (y vaya que son un problema), sino nuestra incapacidad de organizarnos, que es el modo de ser nosotros, o sea colectivos que combaten y, por tanto, comprenden.

4. En México, desde la Constitución de 1917 y las elecciones organizadas por Carranza han sido los partidos quienes designan a sus candidatos sin consultar al pueblo; les hacen sus campañas y elecciones prometiéndole al pueblo; son electos por medio del voto directo, individual y secreto en cada estado, ciudad y municipio. Una comisión electoral al servicio del gobierno dictamina diciendo quienes fueron los electos. En pueblo, dado que sólo vota para legitimar, no manda sobre los candidatos sino que son los partidos y el gobierno quienes parten, comparten y se llevan la mayor parte. Por ello es interesante ver lo que sucede con las elecciones en otros lados.

5. Los diputados cubanos de la Asamblea Nacional no son propuestos por ningún partido, ni siquiera por el Partido Comunista de Cuba, sino por los delegados de las Asambleas Municipales elegidos por el propio pueblo, aunque su amplia mayoría milita en él. Las elecciones son sufragadas por el Estado, e incluso queda prohibido por la ley que los candidatos hagan campaña. Para dar a conocer a los candidatos se utiliza la colocación de biografías y fotos de los candidatos en lugares públicos de la Circunscripción Electoral, y los candidatos, todos juntos, se reúnen con los electores en locales públicos, en centros de trabajo, estudiantiles, cooperativas agrícolas, etc. El diputado cubano no rinde cuenta de su actuación al partido, sino exclusivamente, según la ley, a sus electores y a la Asamblea del Poder Popular del municipio por donde resultó elegido.

6. En EEUU el presidente se elige en una asamblea formada por 538 electores. Esta cifra es igual a la suma de 100 senadores + 435 congresistas + 3 delegados de Washington que no tiene senadores pero sí delegados. Cada estado contribuye con un bloque de estos delegados o compromisarios, cuyo número es igual a la suma de sus representantes más sus senadores o delegados. Estos votos no eligen de momento al presidente, sino que eligen en bloque a los compromisarios de esta opción política que irán después al colegio electoral. Como hay 538 compromisarios en total, un candidato necesita al menos 270 para ser elegido. Lo que se traduce en la mitad de esos 538 o sea 269 + 1 = 270 compromisarios para ser elegido presidente de los Estados Unidos.

7. De los 570 municipios que existen en Oaxaca, 418 eligen sus autoridades por el sistema de usos y costumbres y 152 por el de partidos políticos. De los 418 ayuntamientos que se rigen por el derecho consuetudinario, 330 duran en su cargo tres años; dos solo dos años; 27 año y medio, y 59 un año. En 1995, en medio de una creciente ebullición social, se reformó la Constitución del estado y la ley electoral para legalizar los usos y costumbres. Los usos y costumbres son variados y cambiantes. Usualmente, en ellos las responsabilidades de representación política se van adquiriendo a partir de un sistema de cargos, en los que se desempeñan tareas de servicio a la comunidad.

8. A grandes rasgos me parece más colectiva la elección que se hace en Cuba y en los pueblos de usos y costumbres de Oaxaca, en parte en EEUU, porque la gente participa con algo de colectidad analizando directamente sus problemas y mandando a su representante a defender sus intereses. En México la gente vota individualmente, se va a su casita a ver televisión y escuchar los resultados. Nunca llega a saber porque un partido ganó a pesar de ser un partido corrupto y tener a los políticos más nefastos. Pero lo más importante del sistema es que sigue metiendo en el cerebro de los mexicanos el individualismo, la división y toda esa ideología que impide luchar colectivamente. (5/II/16)

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