Entrevista a una
de las fundadoras de la primera Asociación de Mujeres Juezas de España
(AMJE) que se integrará en la Asociación Internacional de Mujeres Juezas
(IAWJ)
Mujeres
referentes de la justicia, la política y el cine apoyan la jornada ‘No
hay justicia sin Igualdad’ que servirá de presentación de la AMJE el 26
de febrero en Madrid
por Gloria López
Madrid, 11 febrero. 16. AmecoPress. Gloria
Poyatos es una de las doce fundadoras de la Asociación de Mujeres
Juezas de España (AMJE), creada casi cincuenta años después de la ley
(Ley 92/1966), que derogó la prohibición del acceso de las mujeres a la
carrera judicial, y que será presentada en Madrid en la jornada ‘No hay
justicia sin igualdad’ el próximo 26 de febrero. Casi cincuenta años
después de estar legalizadas, las juezas representan ya el 52% de la
carrera, aunque no haya ni rastro de ellas en lo que algunas llaman “el
olimpo judicial”: cuentan con un escaso 13% de representación en el
Tribunal Supremo - 11 mujeres frente a 68 hombres-, y sólo una de las
diecisiete presidencias de los Tribunales Superiores de Justicia de las
CCAA tiene nombre de mujer. Pero la AMJE no solo busca transformar esta
situación, sino que defiende los derechos humanos en general, y
especialmente los derechos de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
Como primera aportación, un total de 12 propuestas de justicia hacia la igualdad,
una por cada jueza promotora de este proyecto asociativo, construidas
para combatir de un modo claro y directo todas las variedades de
discriminación de género que se proyectan, sin pudor, en una sociedad
todavía pensada y dirigida en masculino.
¿Cuáles son los objetivos de esta asociación?
Nuestra
asociación se incluye, como sección territorial, dentro de la Asociación
Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ), que cuenta con más de 4000
socias, en 75 países del mundo. Entre sus objetivos, que son también los
nuestros, está la defensa de la mujer, no solo de la mujer jueza, que
también, sino la defensa de la mujer a un nivel global e internacional.
Entre sus propuestas está la del liderazgo judicial de la mujer, en
países como Afganistán, Bangladesh, Camerún, Túnez, etc., lugares donde
existe una degradación de los derechos humanos, donde la mujer tiene
una posición más vulnerada y más vulnerable. Trabajamos a nivel de
intercambio informativo para ayudar a las juezas de estos lugares a
hacer una buena interpretación de las normas y a promover un debate para
cambiarlas allí donde se vulneran derechos humanos a través de
determinadas prácticas como la ablación o normas que suponen una clara
discriminación para la mujer. Ya a nivel nacional, pretendemos promover
un sistema judicial igualitario para hombres y mujeres, luchar contra
cualquier tipo de discriminación y sobre todo contra la violencia de
género.
¿Cuál es el perfil de las juezas que han formado esta asociación?
Somos doce
magistradas fundadoras, tenemos un perfil joven, para lo que suele ser
habitual en la carrera judicial, estamos entre los 30 y 50 años, de
distintas localidades de la geografía española, de distintas
jurisdicciones, con lo cual tenemos una gran riqueza cultural judicial y
somos de instancias inferiores, lo más cercano al ciudadano posible.
Eso sí, todo el equipo se compone por mujeres con una gran fuerza, con
mucha capacidad de trabajo, imaginación, energía, y ganas por cambiar
las cosas.
Violencia de género
Desde
esa cercanía a la ciudadanía y ese contacto permanente con el día a día
del ámbito judicial, os encontraréis de pleno con la violencia de
género. Por lo que puede leerse en documentos de la asociación, enfocáis
la violencia de género como consecuencia de la desigualdad entre
hombres y mujeres. Sin embargo, a veces existe la sensación de que la
aplicación de las leyes por parte del poder judicial y el trato que
reciben las mujeres que se atreven a denunciar, dista mucho de tener en
cuenta esta desigualdad. ¿Crees que jueces y juezas tienen la formación y
sensibilidad necesaria? ¿Qué propuestas hacéis?
Partimos de
una evidencia y es que en toda la sociedad, en todos los estamentos,
falta formación y sensibilidad en cuanto a este problema que es genérico
y en el que queda mucho que hacer, desde la misma educación, que es la
vacuna de prevención frente a la violencia de género. Ahora bien, el
poder judicial no se excluye de esa falta de sensibilidad, falta de
conocimiento y de formación en la materia. En este país, tenemos un
colectivo de jueces y juezas de gran responsabilidad, grandes
profesionales que hacen su labor con los medios que se les da, por parte
del Gobierno, que en la mayoría de las ocasiones no son los adecuados, y
con lo que tienen, hacen su trabajo con toda la responsabilidad que
pueden. Yo soy jueza, y si no dispongo de formación y de medios
adecuados, puedo cometer errores. No voy a pasar por alto que existe una
falta de formación y más medios para llevar a cabo una buena aplicación
de las normas, pero también he de decir que tenemos un equipo de jueces
y juezas en este país, sensible y de gran formación.
En el informe
del Comité de la Cedaw sobre el caso de Ángela Carreño, (cuya hija fue
asesinada por su padre después de que la mujer denunciara al maltratador
y advirtiera de este peligro reiteradamente), se dice que se tiene que
dotar de mayor formación, pero no solo a los jueces, sino a las fuerzas
de seguridad, a los psicólogos, a todo el personal que está en derredor
de la víctima de violencia de género. Los jueces somos un engranaje más
del sistema de protección de las víctimas, sin ánimo de excluir la
responsabilidad que podamos tener. Nosotros y nosotras no decidimos
unilateralmente, sino que tomamos decisiones apoyadas en expertos que
conocen determinadas materias (informes de psicólogos, trabajadores
sociales, médicos, etc. ), nosotros no somos técnicos, en todo caso
técnicos jurídicos, pero no sabemos de todo.
De
las 12 medidas que proponéis para garantizar la igualdad, la que habla
de la sextorsión es especialmente novedosa. ¿Qué significa?
En primer
lugar aclarar que esas doce medidas que mencionas, cada una de las
cuales ha sido confeccionada por una de las juezas fundadoras de la
AMJE, son nuestra hoja de ruta para defender los derechos de las
mujeres.
La sextorsión
es un viejo mal que ahora se está definiendo y desde la asociación
internacional se está promoviendo una lucha para eliminar el uso del
sexo como moneda de cambio y lograr crear una regulación específica para
la sextorsión que venga a cubrir un vacío legal que existe. Es utilizar
el poder a cambio de sexo y ahora esta práctica está creciendo con el
uso de las tecnologías, chicas que cometen el error por juventud o por
inexpertas de trasladar fotografías con escasa ropa o posiciones
“inadecuadas” a personas desconocidas, que son hombres y éstos,
posteriormente, las presionan para que lleven a cabo relaciones sexuales
de cualquier tipo con ellos a cambio de no publicar esas fotos. Es solo
un ejemplo.
En nuestro
país, existen tipos penales que recogen esa actuación, pero están
focalizados en funcionarios de prisiones o en algunos tipos de contratos
o relaciones laborales, bajo el acoso sexual, sin tener cabida de forma
clara otras tipologías. Si bien es cierto, que con las últimas reformas
penales se han incluido nuevas tipologías que con una interpretación
abierta podría llegar a este tipo de supuestos.
En los
documentos de la asociación hay bastante espacio para la educación. Las
próximas jornadas, contarán con la participación de la fiscal y
presidenta de la Asociación contra violencias machistas “Gafas Lilas”,
Inés Herreros, que expondrá proyectos educativos que han desarrollado.
¿Es la educación la clave para acabar con la violencia y la
discriminación de las mujeres?
Entiendo que
es la vacuna para acabar con la violencia y también con la
discriminación. Si a los niños y niñas se les educa en unos valores que
promuevan la igualdad, es fácil que cuando crezcan irradien esos valores
a su alrededor. Nosotras somos una asociación, no tan teórica del
discurso feminista, que entiendo es necesario hacer también, sino que
somos una asociación más ejecutiva y vamos a llevar a cabo una serie de
proyectos que entendemos pueden ayudar a abrir el camino hacia una
justicia igualitaria. Por tanto, partimos de una perspectiva de justicia
con criterios de género y en segundo lugar, de medidas como la
educación para conseguir nuestros propósitos. Ya en Madrid, dos
compañeras han empezado a realizar un trabajo de campo, acudiendo a una
serie de centros educativos para llevar a cabo charlas informativas, y
también se ha realizado a niños y niñas de distintas edades un test
sobre cuestiones relacionadas con la igualdad y ya tenemos algunas
conclusiones. Nosotras vamos a los colegios, nos ofrecemos para hablar y
trabajar con los y las jóvenes y seguiremos en ello.
Jornada
Cuéntanos acerca de las jornadas del próximo día 26 de febrero. Presentáis la asociación con un respaldo de lujo.
El objetivo
de la jornada, además de presentarnos, es llevar a cabo una jornada
práctica, en el que se de un tratamiento a los doce puntos que componen
nuestra hoja de ruta. Se desarrollará en dos mesas de trabajo, mañana y
tarde, abriéndose el debate público al finalizar las intervenciones.
Por la mañana
se tratarán las Discriminaciones de género en el empleo, que son muchas
y que tienen unas consecuencias más allá del empleo. Con un total de
cinco microponencias, se abordarán materias tan polémicas como la brecha
salarial, la conciliación de la vida laboral y familiar, los derechos
sociales de la víctima de violencia de género, la feminización
profesional, el techo de cristal y el acoso sexual ocupacional.
En esta
jornada vamos a sentar a las mujeres más rompedoras del techo de cristal
en el ámbito jurídico y judicial de este país. Contaremos por ejemplo,
con la participación de Victoria Ortega, presidenta del Consejo General
de la Abogacía Española, la primera mujer en acceder a ese cargo. Y
muchas más.
Por la tarde,
se hablará de las Violencias de género y otras discriminaciones
sociales. Se analizará esa gran desconocida que es la CEDAW, se abordará
la educación como vacuna frente a las violencias machistas, la
“sextorsión”, el Estatuto de la víctima del delito y su impacto de
género, que es una herramienta fundamental con la que contamos, pero que
es muy desconocida y no se está aplicando también por falta de
recursos. Viene también Alicia Gil, para hablar de igualdad y modelos de
poder, desde un punto de vista más teórico, que también es necesario.
Tanto en la
inauguración como en la clausura contamos con el respaldo de mujeres de
la cultura, de la política muy importantes, como Isabel Coixet o Manuela
Carmena. Nos ha superado el interés que está generando esta jornada.
Techo de cristal
Antes
comentabas que en la jornada van a participar mujeres que han roto el
techo de cristal. Al igual que en otros ámbitos, a pesar de ser más y
con mejores resultados académicos, el estancamiento profesional de las
mujeres es grande. ¿Por qué?
Después
de cincuenta años de estar legalizadas, las juezas representan el 52%
de la carrera, pero cuentan con un escaso 13% de representación en el
Tribunal Supremo (11 mujeres frente a 68 hombres), y sólo una de las
diecisiete presidencias de los Tribunales Superiores de Justicia de las
CCAA tiene nombre de mujer (la valenciana). Es un anacronismo. No es
exclusivo de este ámbito, es generalizado. Y la explicación la
encontramos en algunas estadísticas de CGPJ. Por ejemplo, las licencias y
excedencias por cuidados de familiares y de hijos se están utilizando
en un 99’9 por ciento por la mujer jueza, no por el hombre. Eso quiere
decir que hay una preferencia femenina por los cuidados familiares,
frente a los criterios masculinos, que tienen otras preferencias que se
enmarcan más en la mejora del currículum, como realizar cursos de
formación, dar clases en la universidad. Hay otro dato interesante en
las estadísticas del CGPJ y es que aquellas formaciones internacionales
que la carrera judicial nos brinda a los jueces y juezas, en su mayoría
se realizan por hombres, es decir, la mujer renuncia a la formación por
los cuidados.
Más
estadística: yo soy jueza decana, en la última reunión que se produjo
en Vigo, de los 43 jueces y juezas que éramos, solo estábamos 11
mujeres; al decanato se llega por elección de tus propios compañeros, la
mujer no se presenta tanto como ellos porque es una ampliación de
competencias y de trabajos que te impide realizar otras actividades.
Explicado
el panorama, ¿cómo lo solucionamos? Actualmente el mérito y la
capacidad se está midiendo a golpe de currículum y está claro que la
mujer, según administra su tiempo y dando prioridad a otras cuestiones
frente a las actividades formativas, no puede competir con el hombre,
está en clara desventaja. Nosotras proponemos que se tengan en cuenta
criterios de género a la hora de valorar currículums, a ellos y a ellas,
tampoco queremos que se nos discrimine. Pedimos que tanto a ellos y
ellas, cuando utilicen permisos para cuidar a familiares, se tenga en
cuenta y se haga una valoración objetiva y cuente, porque por ejemplo,
gobernar una familia, ocuparse de cuidar a las personas, aporta una
serie de habilidades que son necesarias y muy valiosas para tomar
decisiones que afectan a grandes colectivos humanos. Es preciso que los
altos tribunales cuenten con la representación de las mujeres, porque
aportamos una sensibilidad y una inteligencia emocional que es necesaria
para conseguir la perfección en las decisiones que se tomen.
Prostitución
Hay
un tema controvertido, incluso dentro del feminismo existen posiciones
encontradas entre las que a veces no es fácil dialogar: la prostitución.
Su abolición, su regularización, cómo abordar el componente de
violencia de género que lleva implícita…. En 2011 tú fuiste protagonista
de un experimento, casi por casualidad, que inspiró la primera
cooperativa de prostitutas en Ibiza. Cuéntanos tu postura.
En
primer lugar, creo que las mujeres tenemos que unirnos y debatir más
entre nosotras, de un modo positivo y enriquecedor y lograr un discurso
plural.
Quiero
dejar claro que en nuestra asociación existen juezas con un criterio
abolicionista y otras con criterios más pro regularización en materia de
prostitución, y todavía no tenemos establecido un criterio o postura
común.
Personalmente
siempre he defendido que tanto para las abolicionistas, como para las
que defienden la regularización, el objetivo común es proteger a la
víctima, a la mujer. Y ese debe ser el referente que nos lleve a
dialogar y aunar fuerzas para luchar contra el enemigo que, en materia
de prostitución son los tratantes, delincuentes, los proxenetas.
Es
un tema muy complicado, que se debate también dentro de la asociación
internacional de juezas. Y mi postura personal es un poco rara, es
intermedia entre el abolicionismo y la regularización incondicional -que
defiende los locales de alterne o que las prostitutas puedan trabajar
para terceros, por ejemplo-, pero creo que es importante buscar fórmulas
que permitan respetar los derechos de un colectivo. Quisiera que se
erradicara la prostitución, me encantaría que no existiera, pero ahora
mismo es una quimera, y mantener la situación en un limbo normativo
tampoco ayuda. Creo que hay que conseguir que ese trabajo sea lo menos
penoso posible y que una fórmula es reconocer a las prostitutas como
trabajadoras autónomas y también las cooperativas, para garantizar los
derechos de las mujeres. En el caso de la prostitución, que una tercera
persona obtenga beneficio de la actividad sexual de alguien, puede
atentar contra la libertad sexual de quien practica la prostitución y
por tanto, no es una fórmula válida. Pero insisto, este es un punto de
vista personal, que no se corresponde con la postura de la asociación,
en la que conviven varios criterios.
Para más información sobre la Asociación de Mujeres Juezas de España y de las jornadas ‘No hay justicia sin igualdad’ en la web
Foto: Archivo Amecopress, cedidas por Gloria Poyatos.
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Pies
de foto: 1) Gloria Poyatos; 2) Juezas de la AMJE; 3) Grafica de las 12
propuestas de justicia para la igualdad de la AMJE; 4) Gloria Poyatos
interviniendo en una jornada
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16.
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