“Vomito en cualquiera que mete a la familia en el negocio. Por eso,
Calderón no me cae. Lo digo públicamente. Se equivoca en meter a su
señora. Es gente que no abandona el poder. Que no puede regresar a
disfrutar de una vida privada. Se les queda ese gusanito.
“Entonces me vomito en Calderón por meter a su mujer. Ella quizás
puede ser una gran líder. Pero no creo en familias metiéndose al poder.
Como Perón y Evita, Perón e Isabelita, Kirchner y Kirchnerita, Calderón y
Calderoncita, Trump y Trompitas…”, dijo Fox vomitando su propia bilis.
Las expresiones de Fox generan carcajadas entre muchos que lo miran
en otra de sus grandes ocurrencias, pero también muestran la crisis que
hay en todos los partidos políticos de la cual supura pus de
putrefacción y podredumbre de descomposición entre sus principales
miembros que sólo se miran a sí mismos cebados por el poder y la
riqueza.
Conociendo el carácter iracundo de Felipe Calderón, las palabras de
su compañero de partido y predecesor en la silla presidencial
seguramente le van a provocar una furia vengativa que difícilmente podrá
controlar.
Pero como lo dijo el propio Calderón cuando llegó a la Presidencia:
“haiga sido como haiga sido”, la visceralidad de Fox al usar el término
de “vómito” es una manifestación clara de la aversión que tiene hacia la
ambición de poder de la pareja Calderón Zavala desde hace mucho tiempo.
Expresa, además, las divisiones y el rechazo que hay en un sector del PAN en contra del plan transexenal de los Calderón.
Durante mucho tiempo se criticó a Carlos Salinas de Gortari por
querer perpetuarse a través de otros miembros de su partido y se dijo
que quería repetir el famoso “Maximato” que impuso el “Caudillo de la
Revolución” Plutarco Elías Calles al imponer de 1928 hasta 1934 a
quienes lo relevarían en la Presidencia de la República.
A este deseo de Salinas de mantenerse en el pináculo de la pirámide
que se forma debajo de la figura presidencial se le conoció como el
“salinato”, el cual fracasó muy pronto con la llegada de Ernesto
Zedillo, quien metió a la cárcel a Raúl Salinas de Gortari bautizado
como El Hermano Incómodo por la revista Proceso, en una de sus portadas más célebres ideada por Julio Scherer y Vicente Leñero.
Hoy Felipe Calderón quiere emular a los viejos priistas al tratar de
imponer el “calderonismo” a través de su esposa, colocándola como
candidata presidencial por el PAN y mostrando de manera clara sus
ambiciones de entronizarse.
“Se les queda ese gusanito”, dijo coloquialmente Fox en una entrevista publicada en el portal La Política Online,
en la que auguró el fracaso del plan calderonista de llevar a Margarita
Zavala a la candidatura presidencial, como le ocurrió a él con su
esposa Marta Sahagún.
Aunque a muchos panistas seguramente no les va a gustar lo que dijo
el guanajuatense, y menos en la forma en que lo dijo, sus palabras
pusieron el dedo en la llaga.
“Es un problema de Margarita y Felipe, que han utilizado el partido
para satisfacer propósitos personales. Entonces, la gente del PAN no
está tan propenso (sic) de acompañar a Felipe Calderón.
Sacrificó el partido para su beneficio. Pero habrá que esperar y ver”,
dijo Fox en esta entrevista que ya ha causado prurito entre algunos
panistas de piel sensible.
Los panistas Fox y Calderón muestran ahora una forma peculiar de
querer mantenerse en el poder presidencial. Si los priistas lo hicieron a
través del “dedazo” o del “Maximato”, ahora estos dos blanquiazules
abrieron una nueva forma de querer perpetuarse mediante sus esposas
Marta Sahagún y Margarita Zavala, cuya máxima virtud política ha sido
ser la primera dama y con esa carta pretenden heredar el poder
presidencial.
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