No sólo se compra sexo, sino dominio y humillación
Por: Lucía Lagunes Huerta y Cecilia Lavalle Torres
Amélia Valcárcel, una de las referentes teóricas más importantes en el feminismo de la igualdad,
quien en marzo pasado, fue reconocida Doctora Honoris Causa por la Universidad de Valencia |
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La reglamentación o no de la prostitución tiene sus horas contadas
dentro de la Constituyente de la Ciudad de México. El próximo 10 de
diciembre, será votado dentro de la Comisión de Derechos Humanos, uno
de los temas que más violencia ha desatado contra organizaciones y
feministas abolicionistas, durante la realización de los foros públicos.
Antes de que el debate sobre la reglamentación de la prostitución en la
Constituyente de la Ciudad de México estuviera en su punto más álgido-
pero ya con los esbozos de lo que podría venir- en octubre del 2015,
tras su seminario “Construyendo el Humanismo del Siglo XXI” impartido en
el Tecnológico de Monterrey, organizado por la Cátedra Alfonso Reyes,
tuvimos la oportunidad de conversar con una de las referentes teóricas
más importantes en el feminismo de la igualdad, Amélia Valcárcel, quien
en marzo pasado, fue reconocida Doctora Honoris Causa por la Universidad
de Valencia.
Uno de los temas que abordamos en esta entrevista conjunta, fue la
tendencia a la reglamentación de la prostitución, que ya venía creciendo
desde hace un quinquenio atrás. La también Consejera Electiva del
Consejo de Estado (Supremo órgano consultivo del gobierno español)
considera que la legalización de la prostitución, coloca en crisis la
idea de sujeto como tal.
Para la filósofa y feminista española Amélia Valcárcel, “buscar la
reglamentación de la prostitución es una posición que pertenece a la
defensa del orden más antiguo, fuera de ética y de sentido común”.
- Cecilia Lavalle Torres (CLT): En la Ciudad de México hay una postura
muy fuerte en la que algunas feministas están de acuerdo, para legalizar
la prostitución.
-Amélia Valcárcel (AV): No me extraña. Yo creo que eso al patriarcado le encanta, encontrará muchos aliados.
- Lucía Lagunes Huerta (LLH): Uno de los argumentos es que consideran
que esto es un problema de la moral de “algunas feministas” porque no
entienden que haya mujeres que decidieron de manera autónoma usar el
cuerpo como un terreno del trabajo.
- AV: Ya, ya. Todas trabajamos con el cuerpo, ahora mismo estamos
hablando y estamos trabajando con el cuerpo, Pero una cosa es trabajar
con el cuerpo y otra vender, siquiera sea por ratos, nada menos que el
propio pudor y la propia capacidad de unirse a otra persona
sexualmente.
Pedir esto (vender la capacidad de unirse a otras sexualmente),
pedírselo a alguien; es pedir algo que definitivamente la pone al borde
de la crisis como sujeto. Además todo esto es estrategia neoliberal en
directo. Todo lo que se pague está bien, todo lo que se cobre está bien
¿verdad? Pues no, no todo lo que se paga está bien, no todo lo que se
cobre está bien.
Que tiene que haber regulación al acceso al cuerpo de las mujeres, ¡es
una atrocidad! El movimiento feminista se empeñó desde hace 200 años que
la prostitución, que siempre ha estado reglamentada, dejara de estar, y
le costó mucho.
Hasta 1950, realmente no se tomó el acuerdo internacional de que se
desreglamentara la prostitución. Volver a decir que se reglamente
pertenece a la defensa del orden más antiguo.
Hay que recordar que en el año 1949 la Asamblea de Naciones Unidas
adoptó el Convenio para la represión de la trata de personas y de la
explotación de la prostitución ajena, que en su primer párrafo señala
que: “la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas
para fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el valor
de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, de
la familia y de la comunidad”.
- AV: Yo no creo que una persona que se prostituya esté haciendo nada
especialmente terrible, ni que sea especialmente inmoral, por lo tanto, a
mí la moralina antigua no me afecta. Probablemente esa persona lo está
haciendo por muchas razones que ella conoce. Pero creo que el que va a
comprar sexo está haciendo mal y no hay que facilitárselo.
El problema es el “cliente”, por llamarle “cliente”, que es una manera
demasiado suave de llamarle al que va a lo que va, porque no sólo va a
comprar sexo, va a comprar dominio, la humillación del otro, aunque esté
sólo en su cabeza.
Y luego además decir esto en el momento en que uno de los más graves
problemas internacionales que tienen las mujeres es la trata, eso ya no
sólo es una falta de ética, es una falta de sentido común.
Cabe recordar que existen dos propuestas en la Asamblea Legislativa. Una
presentada en octubre por la diputada priista Jany Robles Ortiz quien
sugiere crear la “Ley que Regula el Trabajo Sexual en el Distrito
Federal”; y la segunda presentada por el legislador del Partido Verde,
Fernando Zárate Salgado, quien plantea reformar la Ley de Cultura Cívica
para que la “prostitución” ya no sea una falta.
En paralelo la Asamblea Constituyente analiza el proyecto de
Constitución Política de la Ciudad de México, un borrador que en su
artículo 15, apartado F, numeral 3, inciso b, dice que las autoridades
de la ciudad “reconocen y protegen el trabajo sexual voluntario y
autónomo como una actividad lícita”.
CIMACFoto: Lucía Lagunes Huerta
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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