Pedro Echeverría V.
1.
“La iniciativa de ley para dotar a las fuerzas armadas de un marco
jurídico para investigar y actuar contra amenazas que pongan en peligro
la estabilidad, la seguridad interior o la paz pública –como el
narcotráfico o la corrupción– es inconstitucional y peligrosa, porque
dotaría de un poder omnipotente a los militares para investigar delitos
de cualquier tipo e incluso actuar contra opositores al gobierno”. (Ver
La Jornada) Con la iniciativa del PRI nos estamos yendo más allá de lo
que es un marco jurídico que diera facultad a las fuerzas armadas para
poder realizar funciones de seguridad pública. Pero el PAN exigió que se
apruebe de inmediato y Ricardo Anaya ofreció al titular del ejército
avalar que los militares sigan en las calles
2. Parece que al
pueblo mexicano le “vale madre” que los militares instalen en México un
“Estado de Sitio” porque ellos “nada pueden hacer, más que trabajar”.
¡Qué plausible que el partido Morena denunció: “La intención de esta
iniciativa es cumplir con la exigencia del ejército y la marina para que
los militares no sean señalados por violaciones a los derechos humanos,
como sucedió en Tlatlaya”! Es tiempo, indiscutiblemente, de salir a la
calle contra el fascismo de gobierno, militares y empresarios, que han
propuesto la toma de las calles por el ejército, así como armar a los
automovilistas, amas de casa y empresarios contra “los asaltos”. Parece
no haber quedado claro de que los verdaderos delincuentes y asaltantes
son los que mantienen al pueblo en el hambre y la opresión.
3. Una
vez entrenados y diplomados en prácticas de guerra, ejecuciones,
asesinatos, los militares y sus jefes en EEUU, Panamá, Israel, Colombia
–a falta de guerra- pasan a actuar como policías e investigadores para
encontrar a opositores al gobierno. Como declara el abogado Gutiérrez:
“podrán obtener información por cualquier medio y sería peligroso dar
facultades omnipotentes a los militares”. En México –con excepción de
1913/14- no hemos sufrido Golpe de Estado, pero muchas prácticas de la
“dictadura presidencial” han sido parecidas. Y creímos que después del
movimiento estudiantil de 1968, después de las protestas contra el
fraude electoral o el levantamiento del EZLN, no volveríamos a pensar
que el fascismo en su forma presidencial, volvería. (23/XI/16)
alterar26@gmail.com
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