Autoridades del Estado involucradas, dice familia
Este 23 de noviembre, dos días antes de la fecha que la Asamblea General
de las Naciones Unidas propone como jornada para la reflexión y
denuncia de las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres,
los familiares y amigos de Romina Aramayo se movilizarán ante los
tribunales locales para que se esclarezca su brutal asesinato, ocurrido
en abril de 2014.
Susana Trimarco, la mujer que desde 2002 busca a su hija María de los
Ángeles, “Marita” Verón, secuestrada y desaparecida por una red de trata
dedicada a la explotación sexual de mujeres también en el norte
argentino, apoya el reclamo y le pidió al Fiscal General jujeño que se
“investigue a miembros de la policía provincial que podrían estar
involucrados en el femicidio/feminicidio”.
El cuerpo torturado y con signos de abuso sexual de Romina apareció en
la capital jujeña a la vera de un canal de agua, el 9 de abril de 2014,
después de estar más de cuatro días desaparecida.
Estaba detrás de unos pastizales, cerca de una casilla de seguridad
abandonada. Los animales carroñeros ya lo habían atacado pero los
forenses encontraron señas de que la abusaron con una estaca y la
golpearon con saña. Desde entonces, en la investigación de su “homicidio
calificado agravado por violencia de género”, que conduce el fiscal
provincial Carlos Farfán, no hay detenidos ni imputados.
El padre de Romina, Juan Aramayo, asegura que esto no es casual: “detrás
del crimen de mi hija hay gente cercana al poder”, le dijo a
Cimacnoticias. Por las indagaciones que él mismo realizó, afirma que el
asesinato de su hija se inserta en una trama de extorsiones que
involucran al dueño de un prostíbulo, a las fuerzas de seguridad y el
poder político de la provincia. Esta posibilidad se hizo patente para
Aramayo, después de recibir un llamado anónimo en el que le advertían al
respecto, y tras confirmar que en su última noche con vida, Romina
estuvo en el prostíbulo Wolf Night Club, donde era explotada
sexualmente.
El dueño de ese prostíbulo, Roberto Fontanet, está procesado desde 2013
por el delito de trata de mujeres con fines de explotación sexual, en un
expediente elevado a juicio el mismo año del asesinato de Romina. Esa
investigación, en manos del titular del Juzgado Federal No 1, empezó en
2011 por la denuncia anónima de unas mujeres colombianas; pero cuando
Fontanet declaró dio pistas que fueron desoídas e involucraban a
funcionarios policiales y del poder local. “Las chicas colombianas están
asentadas en el libro de la policía” -contó a los interrogadores- y
dijo que él “siempre” tenía a las chicas “en el libro” porque “son las
que están habilitadas para trabajar”.
Con todos esos elementos en la mano, el titular de la Procuraduría para
el Combate de la Trata y Explotación de Personas (Protex), fiscal
general Marcelo Colombo, y el jefe de la Procuraduría de Violencia
Institucional (Procuvin), fiscal general Abel Córdoba, presentaron en
noviembre de 2014 un pedido para que la justicia federal continuara la
investigación por el asesinato de Romina por su vinculación con una red
de trata y explotación sexual con protección policial y política. Pero
la solicitud no prosperó pese a que el nombre de Romina aparece en los
libros de registro que prolijamente confeccionaba el dueño de Wolf Night
Club.
Romina Aramayo | Foto: cortesía familia Aramayo
Por: Milva Benitez y Josefina López Mac Kenzie corresponsales
Cimacnoticias | Buenos Aires, Arg.-
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