Por CLADEM
México atraviesa por una profundización en la crisis de derechos
humanos donde la violencia contra las mujeres, jóvenes y niñas, en sus
distintas manifestaciones, es una constante vergonzosamente arraigada,
solapada, naturalizada e ignorada.
En casi cuatro décadas las mujeres
de América Latina y el Caribe hemos logrado avances significativos en la
construcción de ciudadanía, sin embargo, vivimos un recrudecimiento de
las violencias que impactan en la profundización de las brechas de
desigualdad en la región.
Enfrentamos una alianza entre los
gobiernos de todos los órdenes con las fuerzas más oscurantistas de la
ultra derecha que buscan el retroceso en el ejercicio de derechos de las
mujeres, jóvenes y niñas, que pretenden institucionalizar su ideología
conservadora respecto de la mujer, la familia y la sociedad.
Al mismo tiempo que la defensa de los
derechos humanos y particularmente la integridad de quienes los
defendemos, somos objeto de ataques y amenazas que buscan silenciar
nuestras voces para mantener los privilegios de poderes fácticos,
legales e ilegales, asociados con corrupción y una débil procuración y
administración de la justicia que ignora o se resiste aplicar el marco
de internacional de los derechos humanos y los protocolos creados para
juzgar con perspectiva de género, de diversidad, de inclusión y de
interculturalidad.
Aunado a ello no existen políticas
públicas, planes y acciones intersecciones dirigidos al empoderamiento
económico y político de las mujeres, jóvenes y niñas indígenas y
afrodescendientes mexicanas, que promuevan el fortalecimiento de
economías sostenibles propias y autogestivas garantizando un modelo de
desarrollo basado en el cumplimiento de la agenda 2030 y que contribuya a
generar mejores condiciones para enfrentar y salir de la violencia.
México atraviesa por una profundización
en la crisis de derechos humanos donde la violencia contra las mujeres,
jóvenes y niñas, en sus distintas manifestaciones, es una constante
vergonzosamente arraigada, solapada, naturalizada e ignorada; vivimos un
incremento en el número de feminicidios, crímenes de odio, trata,
desapariciones forzadas de mujeres de todas las edades y clases
sociales, violencia institucional, acoso callejero, estigma y
discriminación en los medios de comunicación, segregación y
hostigamiento laboral que nos lleva a exigir la declaración de la
Alerta de Género en todo el país, porque la violencia feminicida se
extiende en todos los rincones del territorio nacional, no distingue
clases sociales, pertenencia étnica ni edad y se manifiesta por igual en
la calle y en los hogares.
Ante este escenario exigimos, denunciamos, alzamos la voz para decir:
¡Ni Una Menos!
¡La alerta ciudadana en Jalisco ya!
¡La alerta de género en todo el país!
Comité de América Latina y el caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres, México
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