En 2014 se publicó en el Diario Oficial estudio que justifica científicamente la declaratoria
Resguardar y conservar especies de flora y fauna en 2.5 millones de hectáreas de 300 poblados, objetivo
Aspecto del semidesierto de Vetagrande, municipio ubicado al norte de
la capital de Zacatecas, donde habita 30 por ciento de todas las
especies de colibríes de México
Tres años después de que el gobierno federal demostró
científicamente, mediante un estudio realizado por la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales, Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente, las comisiones nacionales Forestal y la de Áreas Naturales
Protegidas, la viabilidad para declarar el desierto semiárido de
Zacatecas área natural protegida, todavía no se ha publicado el decreto.
Con esa declaratoria se pretende dejar bajo protección y conservación
las cientos de especies de flora y fauna aún no estudiadas en su
totalidad que habitan en 2 millones 577 mil hectáreas de 300 comunidades
de los municipios de General Francisco Murguía, Villa de Cos, El
Salvador, Melchor Ocampo, Concepción del Oro y Mazapil.
Sin embargo, hasta ahora no se ha promulgado el decreto de reserva de
la biosfera de ese sistema biológico, debido a la oposición y presión
política que han ejercido las grandes compañías mineras nacionales y
extranjeras sobre las autoridades locales.
El estudio que justifica técnica, legal y científicamente la declaratoria, fue publicado en junio de 2014 en el Diario Oficial de la Federación. Desde
entonces, representantes de las trasnacionales han cabildeado para
boicotear la publicación del decreto por el presidente Enrique Peña
Nieto, sostiene el doctor Rodolfo García Zamora, investigador de la
Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
En entrevista con La Jornada, Patricio Tavizón, doctor en
ciencias biológicas por la Universidad Autónoma de Nuevo León, y Gustavo
Cervantes, académico de la UAZ y consultor ambiental –ambos
especialistas en manejo de vida silvestre, involucrados en la
elaboración del estudio justificativo de la Semarnat, plantearon algunos
aspectos de por qué es de importancia nacional emitir la declaratoria
de reserva de la biosfera.
Geografìa favorable
Explicaron que debido a su geografía Zacatecas es un
territorio que favorece la proliferación de muchas especies. Forma parte
del gran desierto de Chihuahua, que abarca también Durango, Coahuila,
Chihuahua, parte de Nuevo León, Texas y Nuevo México.
Paralelamente, el poniente de la entidad forma parte de la Sierra Madre Occidental,
otro de los corredores biológicos más grandes de América, subrayan los expertos.
Tavizón subrayó que una parte del territorio estatal pertenece al
sistema de sierras de pliegue, que son el corazón de la Sierra Madre
Oriental (norte de Zacatecas, suroriente de Coahuila y gran parte de
Nuevo León), integrado por cordilleras montañosas delgadas, largas y
altas que
forman islas biogeográficas.
Entre las especies que habitan en el desierto semiárido de Zacatecas
están el puma, oso negro mexicano, tejón, jabalí, coyote, venado cola
blanca, águila real y colibríes. Incluso, llegó a haber jaguar, pero fue
exterminado por ganaderos y cazadores.
Contrario a los que funcionarios como Víctor Armas Zagoya, titular de
la Secretaría del Agua y Medio Ambiente estatal, así como
representantes de compañías mineras han argumentado en los últimos tres
años, de que no es viable la declaratoria de reserva de la biósfera,
porque en la entidad solo hay
cerros pelones, apenas cubiertos con matorrales y cactáceas, los dos investigadores difieren de esas opiniones.
Minería daña hábitat de colibríes
Tavizón afirmó que Zacatecas alberga 30 por ciento de
todas las especies de colibríes de México, “y eso que estamos rodeados
en gran parte de ‘cerros pelones’, ironizó. Sólo en el desierto tenemos
tres especies de chupamirtos residentes, esto quiere decir que están
aquí todo el año”
Resaltó que existen dos especies migratorias que hibernan aquí, una de ellas proveniente de Alaska.
Estas aves realizan viajes larguísimos, de miles de kilómetros y por etapas, entonces, si aquí dañamos el hábitat del desierto (con la minería extensiva, a cielo abierto), estamos provocando un severo daño a esta y muchas otras especies.
En total, 10 especies de colibríes viven y se alimentan de las flores
de maguey, nopales y otras cactáceas y arbustos; otras dos variedades
se adentran en territorio zacatecano provenientes de otras regiones del
país, principalmente para reproducirse, y como se considera el desierto
zona de amortiguamiento ecológico arriban aquí cinco especies
migratorias más.
Entre los tipos de colibríes identificados en la región están el
corona violeta, de barba negra, magnífico, garganta azul, zumbador
canelo, de Allen y tijereta norteña, entre otros.
Considerando el flujo de picaflores en este desierto, debemos entender que éstas minúsculas aves son muy importantes, pues son indicadores de la buena calidad del hábitat, manifestó Tavizón.
–Entonces ¿no es el desierto de Zacatecas un páramo desolado, sin vida?, se le preguntó a al especialista Gustavo Cervantes,
–Claro que no, es un verdadero paraíso de biodiversidad. Las personas
que incluso aseguran tener una relativa alta cultura, dicen ¿Pero qué
hay ahí? ¡Si son puros cerros pelones! Bueno, en realidad los cerros
pelones de nuestro desierto tienen una biodiversidad increíble
–respondió.
Incluso, destacó, el oso negro es una especie que prácticamente había
desaparecido de Zacatecas, y actualmente, investigadores y
ambientalistas avistaron de nuevo varios ejemplares en un hábitat de
bosque mixto con agave, al noroeste de la entidad.
Desierto rico en biodiversidad
–¿Zacatecas pierde sin esta reserva de la biosfera? –se le preguntó a Cervantes.
–Sí, porque se pierde el control para la conservación de la
biodiversidad. El desierto es una de las áreas más ricas en esa
condición; es triste que especialistas que trabajan para las mineras, se
expresen de una manera tan precaria de la pobreza del desierto, al
decir que ahí no hay nada, cuando es evidente que hay otros intereses
que prevalecen.
El 2 de julio de 2014, se pronunciaron contra la reserva de la
biosfera los representantes de las principales mineras de capital
nacional y extranjero que operan en el estado: Minera Peñasquito de la
canadiense Goldcorp (en Mazapil); Grupo Frisco, de Carlos Slim Helú, que
opera las unidades mineras Tayahua (en Mazapil y Concepción del Oro),
así como El Coronel (Ojocaliente); Minera Fresnillo PLC y Peñoles de
Alberto Bailleres (en Fresnillo, Sombrerete y Zacatecas) y Grupo México
de Germán Larrea Mota Velasco (Sombrerete), entre otras. A su oposición
se sumó también la Cámara Mexicana de Minería.
Este sábado se conmemoró el Día Mundial contra la Megaminería.
Foto Alfredo Valadez Alfredo Valadez Rodríguez Periódico La Jornada
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