Luis Hernández Navarro
El profesor Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo es un tipo con suerte. Tenía apenas 33 años cuando fue designado dirigente de los maestros de Hidalgo. Aunque fue nombrado para un periodo máximo de cuatro años, estuvo al frente más de cinco años y medio. Ahora Nueva Alianza lo acaba de designar candidato a diputado federal por el distrito 7.
No obstante que ha cometido uno que otro pecadillo, Sinuhé ha encontrado la forma de evadir la justicia. Es así como está libre, pese a que la joven Lizbeth Yanin Maqueda Hidalgo, lo acusó de haberla violado. Según consta en la averiguación previa 12/DAP/392/2010 de agosto de 2010, la muchacha denunció el ultraje en la Procuraduría General de Justicia.
Quizás porque la justicia es ciega, a pesar de que el ex secretario general de la sección 15 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se vio inmiscuido en turbias maniobras financieras, no le ha sucedido nada. El asunto no es de poca monta. Entre el 13 de julio y el 21 de agosto de 2013 depositó más de 100 millones de pesos a Pablo Pérez Martínez, entonces subsecretario de Administración de la SEP en Hidalgo. A su vez, el funcionario transfirió ese dinero a su hija Nancy Vianavy Pérez Velasco. ¿Cómo es que un humilde líder sindical tuvo acceso a ese dinero? ¿Por qué lo dio al subsecretario de Educación de Hidalgo?
Curiosamente, Pablo Pérez está acusado de ser operador financiero del ex gobernador de la entidad José Francisco Olvera Ruiz. Existe una orden de aprehensión en su contra luego de que se le ha relacionado con el desfalco de 68 millones en perjuicio de las arcas públicas. Pero, como también es un hombre afortunado, está prófugo de la justicia. Presuntamente ya no se encuentra en el país.
La suerte ha acompañado a Sinuhé a lo largo de toda su vida. Probablemente por eso, aunque nació en cuna humilde y aprendió de su abuelo el noble oficio de panadero, hoy tiene una nada despreciable fortuna. Cosas de la vida, la antigua casa de sus abuelos maternos en Pachuca, es, mediante el pago de una razonable renta, la sede estatal del Partido Nueva Alianza, en el que él milita.
El destino ya le sonreía incluso antes de ser secretario general. Sus enemigos –envidiosos, como son– lo apodaban El cuatro nóminas. Era, al mismo tiempo, regidor por las siglas de Nueva Alianza en el municipio de Zempoala, líder municipal del Panal, regidor, director escolar y delegado de la zona escolar D-1-178.
El poeta César Peña, en La reforma educativa en Hidalgo: la historia de una infamia, cuenta cómo, en virtud de su proletaria afición a los autos, se hizo de una modesta colección de 14 Audi, cuyos precios oscilan entre 700 mil y más de millón y medio de pesos. Y, faltaba más, en el cumplimiento de sus tareas como sacrificado líder sindical se transportaba en una camioneta Cadillac Escalade. Ya se sabe que como lo ven a uno lo tratan.
Sus amigos de la juventud –recuerda Peña– lo describen como arrogante, presumido y algo fanfarrón, fanático de la competencia y de ser el más galán y el mejor, sobre todo con las chicas. Pero, generoso, se libraba de la agotadora tensión de defender laboralmente a los maestros, en increíbles francachelas en una diversidad de antros, en los que discutía con sus camaradas, hasta agotar la orden del día, sobre las tácticas a seguir en la defensa inclaudicable de los intereses gremiales.
Francisco Sinuhé Ramírez llegó a la secretaría general de la sección 15 con el apoyo del entonces hombre fuerte del SNTE en la entidad, Moisés Jiménez Sánchez (hoy una figura clave de las Redes Sociales Progresistas), y de la entonces dirigente estatal, Mirna García López, la ex secretaria general institucional que puso reparos a la reforma educativa y fue detenida en el intento.
Con la ayuda y protección del profesor Jiménez, Sinuhé se convirtió en maestro y director de la primaria Nezahualcóyotl, en la comunidad de San Mateo Tlajomulco, desde donde perfiló su carrera política. Y, gajes del oficio, tan pronto llegó al poder, Ramírez Oviedo le clavó el puñal por la espalda a Moisés.
Por supuesto, Francisco Sinuhé Ramírez es un aguerrido y enérgico defensor de la reforma educativa, la misma que le ha permitido al Estado recuperar la rectoría del sector. Por eso, y por su inquebrantable compromiso con la niñez, se dedicó a perseguir a la disidencia magisterial en la entidad con particular saña.
En septiembre de 2016, en Tulancingo, grupos de golpeadores a su servicio, tomaron por la fuerza las instalaciones de los supervisores de las zonas 145 y 88 de primaria, para disciplinar a los supervisores que no comulgaban con el entonces secretario general. Curiosamente, esos mismos elementos fueron los que resguardaron las sedes donde se aplicó la evaluación docente.
Se trata de un botón de muestra. Sinuhé ha hecho la guerra a fondo contra la disidencia en todos los frentes. Centenas de maestros están desplazados y sus salarios retenidos.
Según Armando Azpeitia Díaz, dirigente de la CNTE en Hidalgo, el grupo de Ramírez Oviedo se adjudicó supervisiones y direcciones (presuntamente para mantener el control del seccional) a costa de los compañeros maestros que están en las escuelas.
Ramírez Oviedo tuvo que dejar el cargo sindical (que no el mando) en marzo pasado. Con la ayuda de su amigo Juan Díaz de la Torre dejó a un incondicional a bordo.
Afortunado que es él, en el nombramiento de Sinuhé como candidato de la coalición de Nueva Alianza, PRI y Partido Verde por el distrito con cabecera en Tepepulco, no ha importado que se filtren multitud de informaciones que documentan la corrupción al frente de la sección, y que involucran a su esposa y otros familiares.
Francisco Sinuhé Ramírez no es una excepción en el grupo de Juan Díaz de la Torre. Es la regla: así son la mayoría de los líderes sindicales que se han hecho del control del SNTE. Todos son igual de suertudos. Por lo pronto, si él llega a ser diputado disfrutará de inmunidad parlamentaria. ¡Bingo!
Twitter: @lhan55
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