Los damnificados del capitalismo
FRAGUA
Ya pasaron casi cuatro meses desde que un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter sacudió el centro del país.
Cuatro meses de idas y venidas, sinsabores, negativas por parte de las
autoridades de los diferentes estados y el cinismo de los empresarios
quienes buscan “ayudarnos”, dejándonos más endeudados.
Las
marchas cada vez se hacen más pequeñas, los acopios poco a poco
desaparecen y la solidaridad se apaga en medio de las fiestas de fin de
año y la cuesta de enero. Cierra el 2017 y parece que todo quedará en el
pasado; el 2018 es año electoral y el dinero se irá a las campañas, lo
normal. Mientras, nosotros seguimos sin techo, con polines junto a la
cama y con deudas y grietas que no paran de crecer.
Aunado a
esto, parece que los damnificados no tenemos un rumbo claro ni objetivos
concretos. Por allá piden presupuesto, por acá se pelean contra la Ley
de Reconstrucción, unos más se van a plantón pidiendo más apoyos al
Instituto de Vivienda (INVI) y del otro lado andan los que quieren
convencer a sus vecinos que lo mejor es que una empresa privada
reconstruya y le meta cuatro pisos más al edificio. Tal parece que no
nos damos cuenta de la necesidad de unificar fuerzas, de encontrar ese
objetivo común que nos movilice y demuestre cuál es nuestra exigencia
central.
Nosotros creemos que la consigna central de los
damnificados debe ser la vivienda digna y no sólo para nosotros, sino
para todo el pueblo. ¿Por qué decimos esto? En principio, porque las
autoridades son mañosas, si les pedimos presupuesto nos dirán que no hay
y bueno, ahí se acaba la exigencia; si les pedimos una ley, la harán a
su manera para beneficiarlos a ellos y los empresarios (como ya
sucedió). Por el contrario, nosotros debemos exigir que se nos dé
vivienda digna y ahora sí que “haiga sido como haiga sido” saquen los
recursos de donde puedan y como puedan.
Debemos reclamar lo que
nos pertenece por derecho que es la vivienda digna con todo lo que eso
implica: construida con materiales resistentes y con la tecnología
suficiente para aguantar los fuertes sismos de la Ciudad de México
(CDMX), impermeabilizada, con baño, luz natural, protección al clima,
seguridad de tenencia, acceso a todos los servicios públicos y al agua,
sin redensificar y, sobre todo, que no nos cargue la deuda a quienes ya
pagamos por una casa, sino que sea el Estado quien nos la garantice.
También decimos que la vivienda digna debe ser para todo el pueblo
porque antes del 19 de septiembre ya existía gente sin casa o con casas
con servicios deficientes, sin agua, con altas tarifas de luz y
prediales impagables. Ellos, como nosotros, somos damnificados del
capitalismo, somos los que pagan los platos rotos de los grandes
empresarios a quienes únicamente les importan sus ganancias y la vida de
la gente no es más que moneda de cambio. Todos fuimos afectados
por el sismo y todos somos afectados por el capitalismo, crear grietas
entre nosotros sólo ayuda a que las autoridades y los empresarios se
salgan con la suya.
Desafortunadamente, existen algunas voces
que dicen “gracias pero no”, voces que monopolizan el micrófono en los
encuentros, que nos separan del resto del pueblo y las organizaciones,
tomando la bandera de los damnificados como su tesoro personal y ni dan
alternativas ni nos organizan de manera eficiente, voces que dicen “que
las organizaciones van de un lado y los damnificados de otro”, cuando
estas mismas voces participan en proyectos políticos (algunos
electorales y otros supuestamente independientes).
Estas
voces oportunistas, como decía una compañera damnificada, “sólo nos
hacen dar pasos para atrás”. Por eso, desde la Organización de Lucha por
la Emancipación Popular (OLEP) hacemos el llamado a la congruencia y la
unidad con objetivos claros y firmes. Nosotros proponemos la lucha
por vivienda digna para todo el pueblo y la justicia para las víctimas
mortales del sismo quienes, al final, son víctimas del capitalismo y su
desinterés por la vida.
Aún estamos a tiempo, esta lucha
será larga, pero si nos quedamos sentados y de brazos cruzados jamás
recuperaremos nuestras casas, nuestro patrimonio. Es momento de
organizarnos y luchar por vivienda digna, retomemos las calles, pues por azares de la vida para muchos éstas ya son nuestra casa y exijamos junto con el pueblo que nos garantice la vivienda.
Como OLEP los invitamos a participar con nosotros en las diferentes
brigadas informativas y movilizaciones que realizamos para denunciar las
afectaciones del sismo, en las pláticas informativas que hacemos cada
15 días en la Unidad Popular Nueva Tenochtitlán-Santa Cruz Alcalpixca, a
que nos escriban para ampliar la base de datos de los damnificados y
participar en el censo que realizan los estudiantes de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia acerca de las personas y
edificaciones dañadas por el terremoto en la CDMX .
¡Vivienda digna para todo el pueblo!
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección LUCHA POPULAR del No. 31 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Enero-Febrero 2018.
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