5/01/2010

Pide especialista regresar a la alimentación tradicional mexicana
Accesibilidad alimentaria para toda la infancia, para combatir la obesida
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Por Narce Santibañez Alejandre
México DF, 30 abr 10 (CIMAC).- La pobreza alimentaria, la marginación y la falta de políticas públicas en salud son los principales generadores de obesidad y sobrepeso en niñas, niños y adolescentes mexicanos.

Al respecto, Julieta Ponce, directora del área de nutrición del Centro de orientación Nutricional, señaló que el origen de la obesidad y el sobrepeso es la pobreza. Asegura que desde hace cuatro décadas las y los mexicanos perdieron identidad alimentaria y adoptaron alimentos ajenos (comida enlatada, refrescos) a nuestra dieta tradicional (frijol, maíz y frutas).

La también nutrióloga dijo que ante la actual crisis alimentaria, las niñas y niños deben regresar a los alimentos mexicanos que se preparan en sus hogares, pues en nuestro país cerca del 10 por ciento de los niños de 0 a 5 años de edad que habitan en las zonas más pobres de la república, padecen un grado alarmante de desnutrición.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), en los países con altos niveles de desnutrición, la aplicación de programas de asistencia alimentaria universal para menores de 12 años de edad, ha sido la política más eficaz, ha mejorado las condiciones de salud y propicia el rendimiento escolar de las niñas y niños.

En 2007, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó en México ocho mil 765 fallecimientos por desnutrición, y más de tres mil 410 muertes por anemias. En la población de cero a 14 años de edad, se registraron mil 22 muertes por desnutrición y anemias.

Ante ello, la nutrióloga Julieta Ponce, determina que para combatir la obesidad y el sobrepeso se debe pensar en la accesibilidad alimentaria para toda la población, es decir, para las zonas rurales, marginadas y urbanas, ya que las zonas más pobres del país también han sido invadidas por productos industrializados (comida chatarra) que no siempre tienen la mejor calidad, y propicia el aumento de los índices de desnutrición.

LA OBESIDAD Y EL IMPACTO EN NIÑAS Y MUJERES

El sobrepeso y la obesidad aumentó en siete años 22.6 y 26.5 por ciento respectivamente, entre las niñas, adolescentes y mujeres, lo que se ha traducido en un mayor índice de enfermedades cardiacas,
diabetes y algunos tipos de cáncer, revela la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT ) 2006.

El informe Género y salud en cifras, elaborado por la Secretaría de Salud (SSA) señala que en condiciones de escasez alimentaria, ganar peso suele ser lo socialmente adecuado, mientras que en condiciones de abundancia, la delgadez se convierte en una norma, lo que cual tiene una mayor impacto en las niñas y mujeres, pues en los hombres la corpulencia puede representar un signo de virilidad y dominación.

La obesidad es una condición más frecuente y más estigmatizante en niñas y mujeres, puntualiza la investigación y afecta en los diferentes niveles sociales, aunque el mayor impacto se presenta en las poblaciones de desventaja social.

En general, en la adolescencia es cuando se presenta la inconformidad de las mujeres con su imagen corporal e implica un mayor riesgo de sufrir trastornos psicológicos como la bulimia, la anorexia y la depresión.

Asimismo, en la adolescencia son más visibles los estigmas hacia las niñas y mujeres obesas o con sobrepeso, a quienes se les considera “descuidadas, sucias e incapaces de conseguir novio” o de realizar ciertas actividades físicas. Además se ha observado que sus relaciones interpersonales y su desempeño escolar también pueden verse afectado debido al rechazo de sus amistades, de la familia y docentes.

Por otra parte, la obesidad durante la maternidad implica riesgos para la salud fetal y neonatal que incluyen muertes fetales y malformaciones congénitas. También, puede provocar alteraciones hormonales como trastornos menstruales, infertilidad y abortos espontáneos, así como alteraciones metabólicas que aumentan el riesgo de hipertensión de diabetes gestacional, apunta el informe elaborado por la Secretaría de Salud.

Resultados de la ENSANUT 2006 señalan que la baja talla – indicador que refleja el efecto acumulado de la desnutrición crónica- afecta a 12.3 por ciento de las adolescentes de 12 a17 años de edad; y en el rango de 20 a 49 años la anemia afecta al 20.6 por ciento de las embarazadas y a 15.5 por ciento de las no embarazadas.

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