Eduardo Ibarra Aguirre
Cumplió su primer mes El acuerdo para la cobertura informativa de la violencia, mejor conocido como decálogo antinarco, auspiciado por la veintena de dueños de Televisa y Televisión Azteca, y justo el 24 de abril Héctor Villarreal evidenció “una actitud incongruente” de la televisora presidida por Emilio Azcárraga Jean y la transmisión de la telenovela La reina del sur.
Primero es preciso subrayar que Villarreal no es cualquier hijo de vecino, como usted o como yo, sino el subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación, la instancia que dicta y observa las políticas del gobierno federal en la materia, ni más ni menos que el principal beneficiario del pacto suscrito por representantes de 500 medios de comunicación y los inoportunos acompañantes como José Narro Robles, no a título individual sino como rector de la Universidad Nacional, antítesis de la uniformidad promovida por Iniciativa México.
La reina del sur es una telenovela producida por Telemundo y se transmite por el Canal 9 de Televisa. Me la recomendó una lectora de Santa Rosa, California, Estados Unidos, circunstancia que utilicé para invitar a la lectura de la gozosa novela de Arturo Pérez-Reverte, que es en la que se basa el guión telenovelero.
El funcionario de la Segob mostró la clara incongruencia existente entre la firma de un decálogo –elogiado hasta la ignominia por los periodistas de Tercer Grado-- de criterios editoriales que propone no usar un lenguaje que convierta a delincuentes en “héroes públicos” y la transmisión de una serie en sentido contrario.
Sabedor de la mala fama que tiempo ha acumula la dependencia en que labora, el funcionario solicitó que su comentario no sea tomado como censura y tiene completa razón, aunque entre las prácticas que allí se ejercen destaquen la de obstruir la vida y las tareas de los medios impresos que como Diario Monitor, La Carpeta Púrpura y Forum, además de Monitor Radio, no se ciñeron a las políticas de Los Pinos y desaparecieron por los bloqueos oficiales.
Los autocensurados, en todo caso, son los firmantes del decálogo con el objetivo de “proponer criterios editoriales comunes para que la cobertura informativa de la violencia que genera el crimen organizado no sirva para propagar el terror entre la población, sin demérito de la independencia editorial de cada medio, y establecer mecanismos para proteger a periodistas y la identidad de las víctimas de esta violencia”.
Tras la rúbrica personalizada, Azcárraga Jean proclamó muy orondo ante las pantallas y los micrófonos en cadena nacional: “¡Somos muchos más los buenos que los malos!”, frase maniquea hasta el extremo y favorita de Felipe Calderón Hinojosa, pero en el litigio judicial por la herencia de Emilio Azcárraga Milmo y en la detención de Paula Kusi Presa Matute queda demasiado poco claro a cuál de los supuestos bandos pertenece Emilio III.
Los contenidos de la programación de las dos grandes televisoras están saturados de violencia verbal y física, a ella se rinde culto hasta teñir de rojo las pantallas chicas, empezando con los noticiarios que aún no muestran el anunciado cambio tras la suscripción del modelo de uniformidad editorial autoimpuesta.
Sin embargo, resulta coherente la conducta de los socios del duopolio de la televisión porque, escandalosas campañas publicitarias por separado, sus referentes esenciales son la defensa y el incremento de las ganancias económicas y la multiplicación de las oportunidades de lucro político, como uno de los integrantes clave de los poderes fácticos, ilegales como todos y opuestos a los intereses y necesidades de una sociedad ávida de información veraz y diversa.
Acuse de recibo
El doctor Octavio Rodríguez Araujo enmienda la plana a El camino del aislamiento (13-IV-11): “Con todo respeto, Eduardo, la CFE está dando mucho mejor servicio que la Compañía de Luz y Fuerza, por lo menos en Cuernavaca”… Carlos Rivera apunta sobre Legalizar la militarización (27-IV-11): “Eso tiene un tufo a la Ley Patriótica gringa, mero eufemismo al terrorismo de Estado. ¡Cuán similar son los procesos en México y Puerto Rico en esta área y en la educativa! ¡Parecen gemelos idénticos!”… En torno a la misma Utopía, Fernando Carmona comenta: “No olvidemos que Mussolini llegó al poder usando argumentos similares a los que emplea calderoncillo y que Hitler ganó con el 31 % de la votación germana apoyándose en el mismo idiota truco, pero no tan idiota. Los pueblos anhelan vivir en paz, ya de perdida, sin diferenciar entre el emisor y las circunstancias”… Y Ramsés Ancira sentencia: “Por supuesto creo que hay plena relación entre el crimen en México y la inutilidad de la izquierda. AMLO pasó de la lumpenización a la guadalupanización, Bravo Mena quiere ganar el Estado de México solo con la bendición del Opus Dei; Calderón se va al Vaticano y Peña Nieto es 100 por ciento egresado de escuelas confesionales. Los vacíos de poder no existen y los llena el crimen organizado, no AMLO, tampoco el PRD, deberían”.
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