José Enrique González Ruiz
Educar para liberar o instruir para someter. He ahí el dilema.
Se soltó la jauría
Se desató una tormenta de denuestos sobre la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, a partir de la publicación de un documento que aparenta ser un balance de las actividades de esa Institución, que está cumpliendo diez años de funcionamiento a contraflujo del modelo neoliberal dominante. El embate se dirigió lo mismo a profesores y estudiantes de la Institución, que al Instituto de Enseñanza Media Superior (IEMS) y a quien propició desde el gobierno su creación: Andrés Manuel López Obrador. Van algunos ejemplos:
- El secretario de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa del DF, Juan Carlos Zárraga afirmó que “el modelo académico que usa el IEMS no promueve la excelencia académica y da a los estudiantes una pésima preparación…” (El Universal, 30 de marzo del 2011, sección C página 1. Esta información se combinó con la calificación de que quienes se titulan en la UACM forman parte de “un grupo privilegiado”).
- Laura Herrejón, escribió en El Universal el 18 de abril del 2011 que la UACM “…fue creada con el sello inconfundible del populismo demagógico que caracteriza al ‘rayito de la esperanza’, mejor conocido como el ‘mesías tropical’”. Con esa base, puso entre comillas a la “universidad” y la calificó como “Un Fraude Monumental”.
- René avilés Fabila afirma que la UACM “nunca fue un proyecto académico, era una maniobra política. Pero ahí está y es la esperanza de miles de jóvenes (Crónica). Al menos se conduele que los pobres jóvenes que cursan sus estudios en esta Institución.
- Otto Granados, quien tal vez se considere hijo putatitvo de Jesús Reyes Heroles, dijo que la UACM se autodenomina Universidad y acusó a quien esto escribe de haber amenazado a su etílico héroe (Crónica, abril del 2010).
- En un artículo convertido en cartel que se difundió ampliamente por la UACM, Marcelino Cereijido tildó de “analfabetas científicos” a quienes no compartimos los métodos de la doctora Orozco. Otros “científicos duros” nos quieren impresionar con las credenciales, pero nosotros sabemos que Obama es Premio Nóbel de la Paz y que eso no le ha impedido ensangrentar países al declarar guerras y bombardear poblaciones.
Lo que espanta a los conservadores
Tanta saña contra una Casa de Estudios que se esfuerza por construir un proyecto alternativo no es gratuita; se debe a que realiza sus tareas conforme a una orientación pedagógica liberadora.
La Ley de la UACM se pronuncia porque la educación superior llegue a todos los y las jóvenes de la capital, dando “apoyo preferente a quienes tienen mayores dificultades para satisfacer sus necesidades educativas, sin prejuzgar acerca de méritos”, porque…”el sistema educativo ha funcionado en muchos casos, como un instrumento de reforzamiento de las diferencias sociales” (Exposición de Motivos, punto 1, párrafo 8). Este pronunciamiento define claramente una vocación democrática, que contraría los postulados de la corrientes neoliberal hegemónica, que considera que el examen de admisión –aplicado incluso por instancias externas de carácter privado- es el instrumento idóneo para seleccionar a los estudiantes.
En la UACM, la autonomía se concibe como un autogobierno en términos del artículo 3º constitucional, y tiene los siguientes propósitos: “a)…la exclusión de los intereses ajenos (y)…un ejercicio pleno de la libertad de pensamiento…fundamentado en la crítica…; b) garantizar que la institución cumpla con sus responsabilidades con los más altos niveles académicos y con genuino sentido social, brindando asimismo otros servicios útiles a su comunidad; y c) administrar su patrimonio y recursos” (Exposición citada, punto 2 párrafo7).
Asumir plenamente el carácter público de la UACM, según la Ley significa dar cabida a todos, “independientemente de cualquier singularidad social o económica…donde no hay diferencias, donde se eliminan las circunstancias que dentro de las propias instituciones han venido acentuando las desigualdades” (Exposición, punto 3, párrafo 6).
Como proyecto innovador, el de la UACM no se guía exclusivamente por criterios de orden cuantitativo, sino también cualitativo. Esto debe tomarse en cuenta al aplicar “criterios modernos de diseño curricular” e instaurar “sistemas de evaluación eficaces y confiables…” (Exposición, punto 4 párrafo 2).
A los estudiantes, la Ley los considera “agentes activos de su proceso educativo”, que tienen el deber de “asumir la responsabilidad de formarse una cultura propia”. No son seres pasivos ni dependientes (Exposición, punto 7 párrafo 2).
Es éste, en resumen, el modelo educativo que ha sido satanizado por las derechas de todos los partidos políticos oficializados.
Ni desastre, ni fraude académico, ni pantano
La primera manifestación de la agresión fue un acuerdo de la Comisión de educación de la ALDF que posibilita la reelección de la rectora y la autoriza para contratar personal de confianza. Esta descarada violación a la autonomía despertó un gran descontento entre los uacemitas, que se movilizaron para echar abajo esa maniobra.
Luego se levantó un coro de intelectuales orgánicos del poder, que aprovecharon la coyuntura para volver a externar sus odios contra todo lo que no se alinee con el neoliberalismo. Se valieron de las declaraciones de la rectora, que pusieron por el suelo a la UACM. No se tuvo el cuidado de encubrir las condenas en medio de algunas alabanzas, como hicieron Jesús Reyes Heroles cuando convocó a la “Revolución Educativa” mandatada por el Banco Mundial, y Jorge Carpizo en su célebre documento “Fortalezas y Debilidades de la UNAM”.
La perfección sólo existe en la mente de las personas, de modo que sería absurdo pedírsela a la UACM. Pero es una creación valiosa que debe ser fortalecida con trabajo de sus integrantes y con respaldo externo de parte de quienes coinciden con sus objetivos liberadores.
29/abril/11.
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